sábado, 23 de marzo de 2024

LA MUERTE TENÍA UN PRECIO (1965), DE SERGIO LEONE.

De un argumento tan simple como el de dos cazarrecompensas - que son los mejores en lo que hacen - que unen fuerzas para cazar a un forajido, Sergio Leone construye una película tan artificiosa como fascinante. Las escenas de presentación de ambos ya nos los presentan como una especie de héroes todopoderosos que han de enfrentarse a un villano a su altura. La película se ve con mucho agrado y es una especie de precedente de formas más actuales de hacer cine, al estilo Quentin Tarantino y similares. Aquí se abandona toda pretensión de verosimilitud en favor del efectismo, de las escenas que queden en la retina del espectador y luego pueda recordarlas. La muerte tenía un precio dobla la apuesta estilística que ya comenzó en Con un puñado de dólares y consolida una manera muy original de ver el western, que se corroboraría posteriormente con la última parte de la trilogía del dólar, El bueno, el feo y el malo.

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