miércoles, 28 de septiembre de 2022

UNA CURIOSA HISTORIA DEL SEXO (2021), DE KATE LISTER. UN INSTINTO MUY HUMANO.

Dejo aquí enlace al último artículo que he publicado en El placer de la lectura: 

https://elplacerdelalectura.com/2022/09/una-curiosa-historia-del-sexo-de-kate-lister.html

INSTINTO (2019), DE HALINA REIJN.

El tema de esta película ha sido ya tratado en otras ocasiones - recuerdo una española llamada Horas de luz - pero no por ello deja de resultar interesante. Se trata de la historia de una psicóloga muy experimentada en su campo, que se siente atraída irresistiblemente de un agresor sexual muy violento en proceso de rehabilitación. Desde luego la hibristofilia es una triste realidad. Muchos delincuentes violentos o asesinos en serie que se hacen famosos a través de los medios de comunicación reciben cientos de cartas de admiradoras, sobre todo el físico del delincuente acompaña, aunque esto último no siempre es necesario. Pero lo que experimenta la protagonista es un fenómeno mucho más complejo, derivado de la relación profesional que establece con su peligroso paciente. Entre ambos se establece una especie de juego de manipulaciones y mentiras en el que ella tiene que tratar de contener la atracción irracional que se le ha despertado por tal sujeto. Todo este juego de poder - el poder institucional de ella contra el malsano poder de seducción de él - está bien planteado a priori en el argumento, pero el desarrollo se pierde en un desarrollo muy irregular, quizá porque la situación mental de Nicoline es demasiado compleja como para ser trasladada de forma efectiva a la pantalla. Además, está esa extrañísima relación con su madre, que seguramente tiene que ver con el estado de su psique, pero al final constituye otro factor de ambigüedad del relato. El espectador queda con una gran sensación de desasosiego, pero también bastante desconcertado.

P: 5

lunes, 26 de septiembre de 2022

YO ACUSO (1901), DE ÉMILE ZOLA Y EL OFICIAL Y EL ESPÍA (2019), DE ROMAN POLANSKI. LA VERDAD EN MARCHA.

Encontramos en este volumen una recopilación de los escritos de Émile Zola en el que toma partido por el oficial Alfred Dreyfus, un militar de alto grado que fue condenado a cadena perpetua por un caso de espionaje del que era completamente inocente. Lo verdaderamente escandaloso es las pruebas presentadas contra Dreyfus en el Consejo de guerra eran tan endebles que los responsables de la misma sabían que la sentencia era injusta desde primera hora, aunque la fundamentaran en una serie de documentos secretos - inexistentes - que no podían ser exhibidos por comprometer a la seguridad nacional. La perversa lógica que condujo a la condena de Dreyfus fue su condición de judío, por lo que fue considerado un enemigo de Francia y el mejor chivo expiatorio posible para ser exhibido a una nación a la que se le habían ido inculcando altas dosis de antisemitismo durante muchos años. Así lo denuncia Zola:

"El veneno es ese odio rabioso hacia los judíos que, cada mañana, desde hace años, se imbuye al pueblo. Hay toda una banda que se dedica a ese oficio de envenenadores, y lo más gordo es que lo hace en nombre de la moral, en nombre de Cristo, como si fuera un vengador y justiciero. ¿Y quién nos dice que ese ambiente donde se fraguaba no ha influido en el consejo de guerra? No es extraño que un judío traidor venda a su país. Aunque no encontremos ningún motivo humano que explique el crimen, aunque ese hombre sea rico, inteligente, trabajador, sin pasiones, de vida impecable, ¿no basta con que sea judío?"

Yo acuso, quizá el más famoso de los escritos de combate político es ante todo un alegato apasionado a favor de la libertad contra los abusos del Estado. Zola asume el papel de ciudadano escandalizado frente a una decisión radicalmente injusta que está haciendo sufrir a un inocente y deja libre a un culpable, porque los responsables de tal decisión necesitan ocultar su negligencia. Se trata de una figura prácticamente inédita hasta ese momento, la del intelectual que arriesga su prestigio y su libertad - Zola finalmente fue condenado a un año de prisión, aunque huyó a Inglaterra para no cumplir la sentencia - en beneficio de una causa noble. Para él Francia no se jugaba solo la libertad de Dreyfus, sino la esencia misma del Estado y para que su mensaje llegara al mayor número de personas posible no solo lo publicó en los periódicos más liberales de la época, sino también en forma de panfletos que se repartían en la vía pública, en la sagrada misión de contrarrestar la gran mentira oficial.

La película de Roman Polanski es una extraordinaria recreación del caso Dreyfus que no se centra en Émile Zola - esté aparecerá solo al final - sino en uno de sus grandes protagonistas, el coronel Georges Picquart. A priori Picquart era un héroe improbable para esta historia, un tipo que no simpatizaba en absoluto con los judíos, pero sí con el correcto funcionamiento de las instituciones, en especial del estamento militar, por lo que las escandalosas implicaciones del juicio a Dreyfus era algo que no podía tolerar, aunque su actuación pusiese en peligro su brillante carrera. Tampoco Dreyfus aparece retratado como un gran héroe, sino como un tipo corriente que es víctima de hechos extraordinarios y que lo único que busca, con gran angustia, es que alguien advierta que él es un tipo absolutamente inocente respecto a los graves hechos que se le han imputado.

El oficial y el espía es una película cuidada hasta el último detalle, con una ambientación prodigiosa en la que hasta los sonidos remiten a la Francia de finales del siglo XIX y funciona como un retrato magistral del funcionamiento de los servicios secretos del Estado, cómo estos se refugian discretamente en un edificio que huele a cloaca y manejan información sensible al antojo de su promotores. Y todo ello apelando más al intelecto del espectador que a sus emociones, una elección extraña hoy día. Una película que pasó bastante desapercibida en momento, pero que demuestra que los viejos maestros como Polanski o Ridley Scott todavía tienen la fuerza y el oficio como para trasladarnos de manera fidedigna a los hechos del pasado.

P: 9

jueves, 22 de septiembre de 2022

LA CALLE 42 (1933), DE LLOYD BACON.

El Musical no tiene por qué ser siempre un género optimista. La calle 42 transcurre en plena época de la depresión estadounidense y la situación afecta directamente a sus personajes, sobre todo a Julian Marsh, el director de la obra que se quiere poner en escena. Julian creía que había llegado el momento de su jubilación dorada, pero el hundimiento de Wall Street le obliga a volver con la arriesgada apuesta de levantar una obra desde la nada cuando se encuentra enfermo y el médico le ha recomendado descanso. Hay otros personajes que deben hacer cosas muy desagradables para mantener su nivel de vida, como Dorothy, que debe atender a las proposiciones sexuales del productor de la obra para que mantenga su inversión. Durante la mayor parte de la película asistimos a los ensayos y a la vida de los artistas, marcada por una promiscuidad sexual que en cierta forma los libera de la tensión de los exigentes y extenuantes ensayos. Lo mejor de La calle 42 es su espectacular número final, que corresponde al estreno de la obra, un homenaje a Nueva York como ciudad que nunca descansa, algo por lo que merece la pena haber seguido una película de trama muy interesante pero de ritmo algo irregular.

P: 6 

miércoles, 21 de septiembre de 2022

HASTA SIEMPRE, HIJO MÍO (2019), DE WANG XIAOSHUAI.

Hasta siempre, hijo mío, transcurre durante varias décadas y es la historia trágica de dos familias que experimentan las distintas épocas que ha atravesado el régimen chino desde los años setenta, desde la política del hijo único a la explosión capitalista y de consumo de los últimos años. El acontecimiento primigenio con el que se abre la película es la muerte del hijo de uno de los matrimonios, un hecho que queda un poco entre brumas hasta que mucho tiempo después éstos conocen la verdad. Mientras tanto, el extenso metraje - muy justificado en esta ocasión - que Xiaoshui otorga a su película nos sirve para asistir a los enormes cambios sociales fomentados por el mismo Régimen que sigue venerando al impulsor de la Revolución Cultural. Como sucede en cualquier país del mundo, siempre hay gente que se queda atrás, es incapaz de adaptarse a los cambios y vive de la nostalgia del pasado. Todo esto y mucho más está narrado primorosamente en una película que sabe utilizar con sabiduría sus continuos saltos entre pasado y presente, tomándose su tiempo para ofrecer un poderoso retrato de sus distintos personajes y sus diferentes motivaciones a través de los años, personajes que deben sufrir prácticamente en silencio el escozor de las heridas provocadas por un Estado que raramente se mostrará humanitario con sus ciudadanos más allá de la omnipresente propaganda.

P: 8

lunes, 19 de septiembre de 2022

MALAS CALLES (1973), DE MARTIN SCORSESE

Malas calles puede contemplarse como un ensayo general bastantes años de que Scorsese filmara una de sus películas más recordadas, Uno de los nuestros. Aquí hay un acercamiento casi documental al mundo de la calle y a los extraños seres que la habitan. Nada más comenzar la película vemos al protagonista, Charlie - Harvey Keitel - rezando, pero más en un ejercicio de costumbres que por una auténtica aspiración espiritual, como les sucede a muchos mafiosos o aspirantes a mafiosos, tal y como ocurre aquí. No en vano, "los pecados no se redimen en la Iglesia, sino en la calle". Los personajes son jóvenes que tienen modelos poco recomendables a quienes admirar en el barrio y aspiran a ganarse la vida como ellos, pero todavía es gente en formación e imprudente y no paran de meterse en líos que podrían evitar con solo actuar con un poco de cabeza. En realidad, aunque existen un par de tramas generales, el guion de la película de Scorsese resulta un poco caótico, por lo que lo que es verdaderamente interesante en Malas Calles es la construcción del estilo que Scorsese va a utilizar en obras posteriores y la indudable fuerza de algunas escenas, propias de un cineasta que va a manifestar mucha personalidad en el futuro. No es una gran película, pero el acercamiento a ella es imprescindible para entender a uno de los grandes directores norteamericanos de las últimas décadas.

P: 6

sábado, 17 de septiembre de 2022

POEMAS ESCOGIDOS (1807-1824), DE LORD BYRON. EL POETA DEL PRESENTE.

Lord Byron es uno de esos ejemplos en los que la figura pública y el poeta se confunden. Fue un hombre muy famoso en su tiempo, tanto por su literatura como por su carácter. Guapo, romántico y defensor de las causas que estimaba justas, su presencia causaba agitación allá por donde iba, como las actuales estrellas de rock. Además, como no podía ser de otra manera, fue protagonista de numerosos escándalos sexuales. Que muriera - aunque fuera de enfermedad - cuando se había enrolado para combatir por la independencia de su amada Grecia cuando todavía era joven, no hizo sino acentuar su halo legendario. La poesía de Byron es la de la exaltación del romanticismo que sobreviene cuando se recuerdan amores apasionados. Es algo muy propio de él dedicar versos a mujeres que han fallecido en la plenitud de su belleza y atormentarse en tal recuerdo:

¡Y tú has muerto, siendo tan joven y hermosa

como si no fueras de nacimiento humano,

y forma tan suave y encantos tan únicos

tan pronto han regresado a la tierra!

Aunque la tierra los recibió en su lecho

y sobre el sitio la multitud ande

descuidada en su regocijo,

hay unos ojos que no podrían tolerar

mirar ni un instante a esa tumba.


Otro de sus grandes temas es Grecia, como cuna de la civilización y la poesía, la Antigüedad sagrada a la que la cultura del presente le debe todo:


¡Las islas de Grecia, las islas de Grecia!

¡Donde la ardiente Safo cantó y amó,

donde nacieron las artes de la paz y de la guerra,

donde se levantaba Delos, y surgió Febo!

Eterno estío aún las embellece,

aunque todo, salvo su sol, haya desaparecido.

También es de destacar la estremecedora lectura de En este día completo mi trigésimo sexto año, en la que parece profetizar su propia muerte pocos meses después:

Si tú lamentas tu juventud, ¿por qué vives?

La tierra de la muerte honorable

es ésta: ¡ve hacia el campo y entrega

allí tu aliento!

Busca la tumba del soldado, menos

buscada a menudo que hallada, para ti la mejor;

luego mira alrededor y escoge el sitio,

y toma tu descanso.

THOR: LOVE AND THUNDER (2022), DE TAIKA WAITITI.

La nueva aventura de Thor continúa con el tono paródico de su predecesora y nos presenta al Dios del Trueno como un personaje simplón, algo bruto, pero de buen corazón, nada que ver con el tono épico con el que intentan reflejarlo los cómics. Aquí se intenta adaptar la saga dedicada al Carnicero de Dioses, interpretado por un Christian Bale que aporta dignidad y oficio al papel. De hecho, su actuación contrasta poderosamente con las del resto del elenco y cuando aparece parece que estemos viendo otra película, puesto que es el único personaje que no se dedica a hacer chistes de manera continua. Y hay que matizar que no nos encontramos precisamente ante una comedia de alto nivel, sino ante un sentido del humor de trazo muy grueso. En cualquier caso, aunque Thor: Love and Thunder es un despropósito como película y encaja difícilmente en el tono que ha ofrecido hasta el momento el universo Marvel - que siempre ha apostado por el humor, pero no por el tono paródico - al menos no comete el pecado de ser aburrida. La conclusión es que prácticamente nos encontramos ante un producto de usar y tirar.

P: 3

miércoles, 14 de septiembre de 2022

YO, CRISTINA F. (1981), DE ULI EDEL.

La época de finales de los setenta y principios de los ochenta estuvo marcada en occidente por la proliferación de la droga entre la juventud. Estas sustancias dejaron de ser algo casi glamuroso para convertirse en símbolo de marginalidad, delincuencia, enfermedad y muerte prematura. Los que sobrevivieron a esta experiencia quedaron marcados de por vida. Yo Cristina F, una película muy conocida por su ambición de realismo cuenta la historia de una adolescente berlinesa que poco a poco va cayendo en la trampa de las drogas, primero por experimentar, por no quedarse atrás respecto a los amigos y poco después por auténtica necesidad: para conseguir sus dosis llega a ser capaz de prostituir su joven cuerpo. La película de Edel retrata ambientes absolutamente sórdidos, estando su epicentro en la Estación Zoo, filmada como un auténtico purgatorio en el que continuamente suceden cosas horribles ante la indiferencia de los viajeros que deambulan por allí. Pero Yo Cristina F, aún tiene reservadas escenas más perturbadoras, como el intento de desintoxicación a las bravas de la protagonista y su pareja, en la que no se esconde el sufrimiento, el sudor y los vómitos del proceso. Una película muy interesante que además retrata el ambiente de Berlín occidental en la Guerra Fría y que cuenta con la curiosa presencia de David Bowie, cuya música está presente en todo el metraje.

P: 7

lunes, 12 de septiembre de 2022

LA MUJER CRUCIFICADA (1954), DE KENJI MIZOGOCHI.

Sorprende muy positivamente el planteamiento tan ágil del drama que quiere mostrar un Mizogochi en una película que desde sus primeros minutos va al grano, sin demasiadas florituras. Se trata del conflicto entre juventud y madurez, pero planteado de una manera retorcida, a la japonesa: una madre en relación amorosa con un joven médico que se enamora de la hija de ésta, transcurriendo todo ello en un prostíbulo que regenta la madre. La hija tiene mucho que agradecer a su progenitora: el negocio familiar ha pagado sus estudios y su independencia - aunque todo eso ha sido quebrado por un oscuro intento de suicidio -, por eso traicionarla de esa manera supone un auténtico conflicto moral. Además, la bofetada de realidad que sufre su protagonista hace que se empiece a ver a sí misma como un ser ridículo, la parte más bizarra de un triángulo amoroso en el que sabe que sobra, puesto que ella misma observa mucha más pasión del doctor hacia su hija que la que le podía dedicar a ella. El ambiente del lupanar, otro de los factores que influyen en la historia, es filmado con realismo, pero también con un gran respeto a las prostitutas. Estas son retratadas como seres humanos con sus miedos, sus anhelos y sus problemas cotidianos, por mucho que intuyamos un fondo de sordidez en todo esto, con esos  clientes que llegan borrachos - muchos de ellos compañeros de empresa con sus jefes - creando un ambiente de euforia artificial y triste en el fondo. Una gran película, mucho más compleja de lo que se puede inferir de su sencillez narrativa. 

P: 8

sábado, 10 de septiembre de 2022

OBRA MAESTRA (2022), DE JUAN TALLÓN. EN BUSCA DE LA OBRA PERDIDA.

La noticia, aparecida en 2006, despertó fascinación desde el mismo momento en que fue publicada: el Museo Reina Sofía había extraviado una escultura de Richard Serra que pesa treinta y ocho toneladas. La obra estaba almacenada en una nave perteneciente a la empresa Macarrón S.A, que había quebrado hacía ya tiempo, debido, paradójicamente, a las deudas que las instituciones culturales mantenían con ellos. A pesar de las advertencias de sus gerentes, nadie en el museo se preocupó por ir a recoger la escultura y, cuando se acudió a la nave para derribarla y construir un nuevo edificio de la Seguridad Social, Equal-Parallel: Guernica-Bengasi había desaparecido sin dejar rastro. Comenzó así uno de los misterios más estrambóticos de la historia del arte.

Y es que a partir de ese momento se dispararon las especulaciones: que se hallaba enterrada, como si de una pieza arqueológica se tratara, en el mismo terreno de la nave, que unos chatarreros con mucho ingenio la habían ido despedazándola poco a poco y la habían vendido, que había sido escondida por el propio artista o que había sido retirada por algún coleccionista muy rico que actualmente la exhibía a sus amistades en alguna de sus propiedades. La realidad es que a día de hoy la escultura no ha aparecido y en el Reina Sofía se exhibe una réplica en una sala que seguramente incrementará sus visitas después de la publicación de esta interesante obra de Juan Tallón.

Hay que decir que, aunque se basa en una noticia real, Obra maestra no es exactamente un ensayo, - el autor la califica como una mezcla constante de imaginación y realidad- sino más bien una obra literaria y especulativa que da voz a personajes reales y a otros quizá inventados, que ofrecen sus versiones de lo sucedido o detalles acerca de hechos relacionados. Así se consigue un retrato muy preciso del funcionamiento de las instituciones de este país, de la ineficacia en ocasiones de los procedimientos burocráticos, de la lentitud de la justicia y del trabajo policial, además de ofrecernos detalles de la gran estrella del libro, el prestigioso artista Richard Serra, un hombre que ha ido creando esculturas de acero - con una técnica que se mueve entre lo industrial, lo artesanal, lo artístico y lo empresarial - en grandes ciudades del mundo y que tiene una especial vinculación con nuestro país.

Aunque se pueda hacer sangre de la ineficacia institucional de nuestro país a través de este insólito caso, tampoco creo que esa sea exactamente la pretensión del libro de Tallón. A él lo que le interesa sobre todo es recoger un gran número de voces en torno a un gran misterio, discursos que son inventados por el autor, pero que poseen la característica común de la verosimilitud, porque reconocemos en ellos a distintos tipos de ciudadanos con diversos grados de responsabilidad en el asunto. En este sentido Obra maestra tiene mucho de literatura experimental, por mucho que el lector no la sienta como tal cuando se encuentra entre sus páginas.

LA GOLFA (1931), DE JEAN RENOIR.

El precedente de esa obra maestra que es Perversidad es esta magistral - rodada todavía con aires de cine mundo - película de Jean Renoir, una devastadora crítica social que causó escándalo en su tiempo. Maurice, el protagonista, lleva una vida desgraciada bajo el despótico gobierno de su mujer, que quedó viuda en la Primera Guerra Mundial y venera a su primer esposo. Frente a la bravura del héroe de guerra, Adèle considera a su actual esposo poco menos que un inútil. Maurice intenta refugiarse de su triste realidad a través de su afición a la pintura, pero su existencia dará un giro radical cuando conozca a Lulú, una joven que vive explotada por su chulo, de quien se enamora. La golfa ataca en primer lugar a la institución matrimonial y a la restrictiva legislación sobre el divorcio en aquel tiempo, que podía dejar a la gente atrapada en relaciones desgraciadas. Por otro lado también realiza un retrato crudo de la otra cara de la sociedad burguesa y católica, el submundo de los bajos fondos en el que no existe ninguna moral y donde el protagonista no es más que una perfecto palurdo ingenuo a la que dejar sin un franco. Aunque al principio Maurice vive todo aquello como una gran ilusión, yo creo que es lo suficientemente inteligente - timidez no significa estupidez - como para advertir que ha entrado en un irreversible sendero de perdición, aunque en el fondo no le importe demasiado, ya que necesita alguna emoción en su triste existencia. Una obra muy moderna que ha influido poderosamente en el cine posterior.

P: 8

jueves, 8 de septiembre de 2022

JOSEPH ANTON (2012), DE SALMAN RUSHDIE. UN HOMBRE FRENTE AL FANATISMO.

El reciente intento de asesinato de Salman Rushdie nos vuelve a recordar que el fanatismo jamás descansa. Las religiones e ideologías que intentan imponer su visión del mundo al resto de seres humanos gozan todavía de buena salud y sus adeptos permanecen en las sombras hasta que tienen la oportunidad de actuar para intentar amedrentar a los amantes de la libertad. En este sentido, Joseph Anton es un libro extraordinario, son las memorias de un hombre que se convirtió en el icono de la libertad de expresión a su pesar, un escritor que fue utilizado por el detestable régimen iraní para reafirmarse ante su gente, al que se condenó a muerte con toda impunidad. 

Uno de los logros más impresionantes de las memorias de Rushdie es que consigue en todo momento que el lector se ponga en su piel y comprenda perfectamente la montaña rusa de emociones a la que se vio sometido el autor desde aquel 14 de febrero de 1989. La fetua que lo condenaba fue entendida desde el primer momento como un pronunciamiento literal, no simbólico, por lo que el escritor tuvo que ser protegido desde el primer momento por la autoridades británicas. Rushdie cuenta la vorágine de aquellos primeros meses, con cambios constantes de domicilio, periodistas interesados en su vida privada y personajes públicos pronunciándose sobre su situación, algunos de ellos culpabilizándolo por haber ofendido al islam y criticando el gasto público que suponía su seguridad. 

Mientras todo esto sucedía a su alrededor, el protagonista intentaba hacer llegar el mensaje de que él no tenía por qué renunciar a unos principios que eran lo que se había otorgado la civilización occidental en sus Constituciones democráticas. Aunque muchos no quisieran verlo, quizá por cobardía frente al fanatismo, en el caso Rushdie Occidente se jugaba mucho más que la vida de uno de sus ciudadanos más talentosos. Aquí lo que se imponía era la firmeza frente a las amenazas y un discurso claro y cristalino de defensa de las libertades frente a sus enemigos totalitarios. Bastaba con volver a leer a Voltaire. Sin embargo, en más de una ocasión, Rushdie se encontró solo y cuestionado por aquellos que debían haber estado a su lado con toda firmeza. Hasta el príncipe de Gales, en un acto de suprema arrogancia, criticó los, según él, enormes gastos que Gran Bretaña dedicaba a proteger al escritor:

"Los principios volvían a interpretarse como obstinación. Su empeño en mantenerse firme, en insistir en que él era la víctima, no el perpetrador, de una gran injusticia se recibía como arrogancia. Siendo tanto lo que se hacía por él, ¿por qué era tan inflexible? Aquello lo había iniciado él: también él debía ponerle fin."

Pero Joseph Anton - homenaje a Joseph Conrad y Anton Chejov, el nombre que Rushdie eligió como nueva identidad - no se limita a retratar las consecuencias públicas de la fetua, sino que pone su foco en las consecuencias para la vida privada de Rushdie de tan insólitos acontecimientos, un Rushdie que escribe de sí mismo en todo momento en tercera persona, quizá para poner algo de distancia frente a unos recuerdos en gran parte dolorosos. Es posible que si el protagonista hubiera llegado a saber que aquello se iba a alargar durante tantos años y que iba a terminar alcanzándole en 2022, no hubiera podido afrontar el asunto con tanta serenidad y sangre fría. Las páginas de estas memorias no ocultan sus problemas conyugales con sus parejas, la difícil relación con un hijo que vivió su infancia y adolescencia con su padre confinado. 

La vida de Rushdie osciló desde aquel momento entre la esperanza y la desesperación, puesto que cualquier movimiento dependía de la autorización de las fuerzas policiales que lo custodiaban, una labor que también aprovecha para retratar fielmente en el libro. Un grupo numeroso de amigos escritores y artistas - Ian McEwan, Susan Sontag, Paul Auster, Bono, el cantante de U2...-, permaneció en todo momento a su lado y apoyó su causa con firmeza, frente a la tibieza de un Estado británico que no quería romper del todo sus relaciones comerciales con Irán y que evitaba condenas firmes y claras a la situación de uno de sus ciudadanos que no había cometido crimen alguno. Por supuesto, también hubo víctimas en esta situación deplorable: algunos traductores, editores y gente que murió en manifestaciones. Algo que el escritor lamenta profundamente pero en las que carece de responsabilidad. En todo caso, en la historia de Joseph Anton se reitera el poder de la literatura como garante de la libertad de expresión, un derecho humano que jamás debería ser puesto en cuestión:

"La literatura intentaba abrir el universo, aumentar, aunque fuera solo un poco, la suma total de lo que para los seres humanos era posible percibir, comprender y por tanto, en último extremo, ser. La gran literatura llegaba hasta los lindes de lo conocido y empujaba los límites del lenguaje, la forma y la posibilidad, para crear la sensación de que el mundo era más grande, más amplio  que antes. Sin embargo en estos tiempos se arrastraba a los hombres y las mujeres hacia una definición cada vez más estrecha de sí mismos, se los alentaba a considerarse sólo una cosa, serbio o croata o israelí o palestino o hindú o musulmán o cristiano o bahaísta o judío, y cuanto más estrechas se volvían esas identidades, mayor era la probabilidad de conflicto entre ellas. La visión de la naturaleza humana presentada por la literatura inducía a la comprensión, la solidaridad y la identificación con personas distintas a uno mismo, pero el mundo empujaba a todos en la dirección opuesta, hacia la estrechez, el fanatismo, el tribalismo, el sectarismo y la guerra. Eran muchos quienes no querían un universo abierto, quienes, de hecho, preferían cerrarlo lo más posible, y por eso cuando los artistas se acercaban a la frontera y empujaban, a menudo se encontraban con la resistencia de poderosas fuerzas. Y aun así, hacían lo que tenían que hacer, incluso a costa de su propia tranquilidad, y a veces de su vida."

DEPREDADOR (1987), DE JOHN MC TIERNAN.

Uno de los títulos más míticos de los años ochenta, que dio origen a una saga - con secuelas bastante pobres, creo - que llega hasta nuestros días. Depredador es algo más que el típico vehículo para el lucimiento de los músculos de Schwarzenegger, es una película bien rodada y que sabe utilizar bien sus bazas en la utilización de la tensión hasta el último minuto. Quizá el conjunto hubiera ganado si se hubiera comenzado la película sin mostrar a ningún extraterrestre, sino como una trama convencional bélica de rescate de prisioneros y en un determinado momento hubiera irrumpido el alien, algo parecido a lo que hizo Hitchcock en Psicosis. En cualquier caso, Depredador es un producto de acción muy digno, una película sin complejos que sigue disfrutándose a día de hoy como una fiesta de disparos, explosiones y testosterona. Es cierto que los efectos especiales han envejecido bastante mal, pero la criatura se ha convertido en un ser icónico que ha llegado a enfrentarse a los aliens de Ridley Scott, aunque sin mucha fortuna cinematográfica. 

P: 7

sábado, 3 de septiembre de 2022

UNA LUZ EN EL HAMPA (1964), DE SAMUEL FULLER.

Una de las películas más transgresoras de la historia del cine, protagonizada por una prostituta que quiere olvidar su sórdido pasado instalándose en la tranquila ciudad de Grantville. Kelly pretende ofrecer sus servicios de forma independiente - bajo la obvia tapadera de agente comercial de una marca de champán - pero pronto va a tener su primer encontronazo con la hipocresía de Gratville en forma de su jefe de policía, que primero la contrata para pasar la noche y a la mañana siguiente la invita a abandonar la localidad para acudir como recomendada al prostíbulo del pueblo de al lado. Todo este cúmulo de circunstancias motivan a la protagonista a abordar un cambio radical en su vida y empieza a trabajar como enfermera cuidadora de niños minusválidos. Allí va a enamorar al millonario filántropo de la localidad, frente a las suspicacias del jefe de policía, que no tiene mucha fe en la redención de las prostitutas. Como ya le adelantó su primera experiencia al llegar a la ciudad, bajo la capa de moralidad intachable de sus ciudadanos puede latir la más extrema de las corrupciones, porque al final, pese a su pasado, Kelly va a ser el único personaje cuya existencia se ha mostrado de manera transparente. Una obra extremadamente libre, dura y que apela directamente a la moral del espectador, tal y como declaró Fuller a Cahiers du Cinéma el mismo año de su estreno:

"No voy a hacer un sermón, pero es tiempo de que alguien como una prostituta eche en cara a las personas piadosas y honradas, el mundo en suma,  lo que, desde su punto de vista, no funciona. Sé que me arriesgo mucho con respecto al público, pero espero que cada cual creerá que es su vecino o vecina, y no él, quien está realmente implicado. Mi protagonista es una mujer dura y tierna a la vez y que, al no poder tener niños, se dedica con todas sus fuerzas a cuidar pequeños lisiados."

P: 9

LIGHTYEAR (2022), DE ANGUS MACLANE

La idea de la que parte Lightyear es bastante sugestiva: mostrar la que fue película favorita de Andy, el niño protagonista de la saga Toy Story y en la que se basó el popular juguete. Aunque comienza con buen ritmo y con tono muy aventurero, muy pronto la película se instala en una trama muy convencional, en la que se intenta mostrar a los jóvenes espectadores la fuerza de un grupo cohesionado frente a las acciones individuales. Casi más interés tiene la extraña polémica suscitada por una escena que dura dos segundos y que retrata muy bien el carácter casi distópico de los tiempos que nos ha tocado vivir, en los que todo está sometido al escrutinio de los inquisidores de uno y otro bando. Pues bien, Lightyear sirve como entretenimiento ligero, con una animación muy bien concebida, como es marca de la casa, pero poco más. Está muy por debajo de sus maravillosas predecesoras.

P: 5

jueves, 1 de septiembre de 2022

LA BAHÍA DE LOS ÁNGELES (1963), DE JACQUES DEMY.

La película de Jacques Demy es la crónica de la autodestrucción de un joven aparentemente integrado en la sociedad, arrastrado a la pasión por el juego por una mujer madura con la que vive una enfermiza historia de amor y desamor. Sus encuentros siempre son directos, pues juegan impulsivamente siendo así que en ocasiones consiguen ganar pequeñas fortunas, para arruinarse poco después en la miseria más absoluta. Todo esto tiene algo de metafísico, de sometimiento irrevocable al destino. A pesar de que Jean intenta reservar algo de dinero para emergencias, al final todo acaba cayendo en el mismo pozo negro. Ambos se sienten vivos y muertos a la vez, pero siguen adelante con esa relación que los arrastra a la nada. Formalmente, La bahía de los ángeles, es también una película muy interesante, que en cierta forma hipnotiza al espectador con su espléndida dirección y fotografía. No es una de tantas obras dedicadas a analizar el vicio del juego. Esta posee una especie de elemento etéreo e indefinible que seduce durante todo su metraje.

P: 9