domingo, 21 de julio de 2024

EL PALACIO DE LA LUNA (1989), DE PAUL AUSTER. EL AZAR Y LA NECESIDAD.

El protagonista absoluto de El Palacio de la Luna es Marco Fogg, un joven con nombre de resonancias viajeras marcado por la ausencia de su padre y la muerte prematura de su madre. Estos acontecimientos, aunque a primera vista desgraciadamente normales, van a desencadenar una trama que Auster va ordenando muy lentamente hasta que al final al lector se le muestren todas las piezas. Mientras tanto a la historia principal se le añaden otras, como si de una novela cervantina se tratara, narradas por otros personajes, historias que van a ser importantes para descubrir los orígenes de Fogg.

Aunque al principio parece una novela urbana, la narración se transforma en una odisea de supervivencia en pleno Central Park de Nueva York y llega a ser también un western que transcurre en la zona del Gran Cañón. La vida de Marco Fogg es una auténtica montaña rusa de fortunas y adversidades, absolutamente marcada por un azar y una suerte que van a ser los factores que le hagan conocer su pasado. En este sentido la novela de Auster resulta algo irregular en su estructura, pues se alarga más de lo necesario a  la hora de ir aportando información, por lo que tarda bastante en interesar verdaderamente al lector, que hasta la mitad de la misma solo puede disfrutar de la prosa, pero desconcertado por una trama que parece no llevar a ninguna parte.

sábado, 20 de julio de 2024

LA PEQUEÑA VENECIA (2011), DE ANDREA SEGRE.

Shun Li es una joven china que ha emigrado a Italia, pero vive en condiciones de semiesclavitud. Obligada a trabajar en un bar por la deuda contraída y sin poder estar con su hijo mientras quieran mantener esa situación los jefes mafiosos, la existencia de la protagonista no es más que una sórdida sucesión de jornadas laborales con algún que otro día de descanso. En el bar conoce a Bepi, un maduro marino ya jubilado con el que conecta enseguida. Lo que viven ambos no es una historia de amor, sino una relación de profunda amistad y afecto, pero este vínculo no es bien visto ni por los amigos de él ni por los compatriotas de ella, por lo que la relación se convierte en una especie de extraña variante de la historia de Romeo y Julieta. Si en algo destaca La pequeña Venecia es en el retrato de la sordidez en la que ha de sobrevivir la protagonista, víctima de una mafia que aprieta sin ahogar del todo, porque ofrece esperanzas de un futuro mejor en la tierra prometida. La película nos hace reflexionar acerca de esas tragedias ocultas con las que nos cruzamos en los momentos más inesperados, sobre esos trabajadores inmigrantes invisibles que sostienen nuestras economías a base de un gran sacrificio personal mientras las mafias que los dominan se enriquecen un poco más cada día.

P: 7

PÁJAROS (2024), DE PAU DURÁ.

Una road movie que transcurre por media Europa que intenta reflejar el viaje de dos hombres del montón en busca de un objetivo incierto. Como es tópico en este tipo de producciones, los dos personajes chocan al principio, pero después se convertirán en uña y carne. Como no podía ser de otro modo, la película aprovecha para ir dando una lección moral tras otra, todas políticamente correctas, mientras su trama avanza lentamente en un ambiente de tragicomedia, cuyos momentos cómicos son siempre inspirados por el consumo de la omnipresente marihuana. El principal problema de Pájaros es que su trama es poco creíble. Presenta a dos hombres zafios - sobre todo el personaje de Javier Gutiérrez - que necesitan ser deconstruidos, pero en este sentido la presencia femenina aporta más bien poco. Algo sí que hay que valorar en la obra de Pau Durá, y es esa sensación que sabe transmitir muy bien de cansancio y tedio de los personajes frente a un viaje desmesurado y del que uno de ellos desconoce el objetivo. Pájaros no se ve exactamente con desagrado, pero una vez terminada no apetece volver a ella.

P: 4

martes, 16 de julio de 2024

EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA (2022), DE RUBEN ÖSTLUND.

El triángulo de la tristeza es una especie de fábula sobre el mundo de hoy que transcurre durante un crucero, en el que las clases sociales se encuentran muy estructuradas. La película de Östlund comienza como una ácida crítica al frívolo mundo de los influencers y los modelos, de esa búsqueda de perfección que no puede ocultar el más inmenso vacío. Vivimos en un mundo tan peculiar que, lo que a primera vista parece un retrato de personajes surrealistas se convierte en un acertado retrato de personajes muy reales. Al final la película enfrenta a los ricos a una situación en la que su dinero no tiene validez, en la que las clases más humildes de los trabajadores del barco deben tomar el poder para que la supervivencia sea posible. La necesidad del pobre para cimentar el bienestar de los que están por arriba se convierte en una cuestión de vida o muerte, lo que produce situaciones extremas después de un aparatoso naufragio. Aunque no es perfecta y se inscribe en un conjunto de series y películas que han salido últimamente y retratan a los ricos de forma grotesca, El triángulo de la tristeza es un espectáculo muy divertido y gratificante, un retrato de la estupidez de nuestra civilización.

P: 6

domingo, 14 de julio de 2024

MOTEROS TRANQUILOS, TOROS SALVAJES (1998), DE PETER BISKIND. LA GENERACIÓN QUE CAMBIÓ HOLLYWOOD.

Desde finales de los años sesenta hasta principios de los ochenta Hollywood experimentó una época revolucionaria, en la que un grupo de geniales directores tomó el control de los estudios y empezó a entregar un cine de estilo verdaderamente independiente, un cine creativo y libre que fue acogido de manera muy irregular por los espectadores. Mientras algunas películas fueron legendarios éxitos de taquilla, otras se convirtieron en épicos fracasos que hundieron estudios e hicieron recapacitar a los directivos sobre la conveniencia de volver a tomar el control. Los setenta siguen siendo recordados como la época más libre del cine norteamericano, en la que se produjeron obras que hubieran sido impensables pocos años atrás:

"Fue la última vez que Hollywood produjo obras de riesgo y de alta calidad —un auténtico corpus, algo opuesto a la obra de arte aislada o irregular—, películas más centradas en los personajes que en el argumento, que desafiaban las tradicionales convenciones narrativas y la tiranía de la corrección técnica, que rompían los tabúes del lenguaje y del comportamiento, que se atrevieron a tener un final no feliz. Eran, a menudo, películas sin héroe, sin romance, sin —en el léxico de los deportes, que ha colonizado a Hollywood— nadie «por quien gritar». En una cultura habituada incluso al impacto de lo novedoso, en la cual la noticia de hoy ya es historia mañana y, si no cae en el olvido, se recicla de una manera degradada e inimaginable, las películas de los años setenta aún conservan su inquietante poder; el tiempo no ha pasado para ellas, y son tan provocativas hoy como lo fueron el día de su estreno."

En realidad una época tan caótica como los años setenta tuvo un perfecto reflejo en el espejo del cine. Hacer películas, que siempre ha sido una actividad compleja, se convirtió en ocasiones en toda una epopeya, al mando de directores perfeccionistas que querían dejar su huella a base de ideas y originalidad. Francis Ford Coppola, por ejemplo, cuya carrera fue una montaña rusa en la que, después del inmenso éxito de El Padrino, era capaz de arriesgar cantidades obscenas de dinero para conseguir la obra que tenía en mente u otros como Scorsese que se embarcaron en una orgía de consumo de toda clase de drogas. Las drogas fueron fundamentales en este periodo porque ofrecían ideas delirantes, pero también grandes dosis de creatividad y ruptura de los valores convencionales. Así podemos disfrutar hoy de la obra de visionarios como los ya nombrados Coppola y Scorsese además de Paul Schrader, Peter Bodganovich, Al Ashby o William Friedkin, que recogieron el testigo de la revolución que ya había comenzado mucho antes en Europa.

Fueron éxitos como Tiburón y sobre todo La guerra de las galaxias los que dieron la puntilla al nuevo Hollywood. Los espectadores empezaron a darle la espalda a un cine sórdido y violento y a preferir historias más maniqueas y sencillas, protagonizadas por héroes puros que protagonizaban aventuras de evasión, no fábulas sociales. Los estudios volvieron a tomar el control e intentaron evitar desastres financieros como el de La puerta del cielo volviendo a impulsar un cine para toda la familia con guiones poco arriesgados. Atrás quedó la década más prodigiosa de Hollywood, destruida por una espiral de excesos financieros y de consumo de drogas. Martin Scorsese lo resumió muy bien:

"Nos volcábamos enteros en una película, y si no dábamos en el blanco, toda nuestra carrera se hundía con ella. Hay directores a los que, después de ciertos títulos, ya no les quedó nada, ya no tuvieron fuerzas para seguir luchando."

sábado, 13 de julio de 2024

CASINO ROYALE (2006), DE MARTIN CAMPBELL.

El reinicio de la saga Bond no pudo ser más redondo. El actor escogido, Daniel Craig, sembró la polémica desde que se anunció que iba a ser la nueva encarnación del agente secreto. Pero Craig demostró que se había preparado física y mentalmente para el papel como ningún actor antes y ofreció la interpretación más tridimensional hasta la fecha, demostrando que Bond también puede ser un personaje muy complejo. Adaptando de manera magistral la primera novela de Ian Fleming, aquí encontramos a un protagonista que al principio parece un frio asesino imperturbable, pero que acaba enamorándose de la chica que le asignan para que le acompañe a la misión y sufriendo psicológicamente como nunca antes. Todo en esta película funciona a la perfección: las escenas de acción, la tensión en la partida de cartas, la química entre los personajes y la creación progresiva de los elementos que van a sostener al mito en historias posteriores. Es una lástima que las siguientes entregas - con la posible excepción de Skyfall - no siguieran por este camino y bajaran el listón de calidad de forma muy considerable. Lo interesante será saber el camino que se va a escoger en el futuro inmediato una vez que Daniel Craig ha dejando el papel.

P: 10

martes, 9 de julio de 2024

GABRIELLE (2005), DE PATRICE CHÉREAU.

Gabrielle refleja el intenso drama provocado por una crisis matrimonial en pleno siglo XIX. La esposa hace amago de marcharse sin avisos previos y el mundo perfectamente burgués del esposo se desmorona, porque se ha puesto en duda su lugar en la sociedad. Conceptos como amor, desamor o sexo son expuestos por ambos miembros de la pareja en un combate singular y agotador. Él se conforma con guardar las formas y permanecer al lado de la que considera su mejor posesión. Ella se ha rebelado definitivamente frente a su papel secundario y se encuentra definitivamente desorientada. Chéreau entrega una película muy teatral a la vez que psicológica que no logra conmover al espectador, quizá por la frialdad de una puesta en escena que se transmite a los personajes. En cualquier caso la película es sostenida por dos gigantes de la interpretación como Isabelle Huppert y Pascal Greggory, que salen airosos del reto de transmitir sentimientos que han estado guardados durante muchos años.

P: 5