martes, 28 de marzo de 2023

ALMAS EN PENA EN INISHERIN (2022), DE MARTIN McDONAGH.

Aunque cuenta con algunos buenos toques de comedia, esta película es un drama de dimensiones casi terroríficas, si nos atenemos al terreno más íntimo de los sentimientos de los personajes. Todo empieza con la caprichosa ruptura de una amistad de años. Un día, sin que haya mediado conflicto alguno, Colm le dice a su amigo Pádraic que ya no le interesa seguir con dicha amistad. El motivo es que Pádraic no le aporta nada y que él, como se siente un artista, no quiere perder más tiempo en conversaciones banales que no le llevan a ninguna parte y centrarse en desarrollar sus inspiraciones musicales. La película deviene entonces en un conflicto entre los dos protagonistas, entre un Pádraic que no es capaz de asumir la nueva situación y necesita una explicación y un Colm que solo quiere disfrutar de su soledad. Aunque Pádraic sufre un ligero retraso mental, poco a poco iremos descubrimiendo que Colm, quizá por el deprimente efecto de vivir tantos años en una isla tan pequeña, ha ido adquiriendo unas insospechadas tendencias autodestructivas. Ambos se enfrentan a sus propios fantasmas en forma de tedio y aburrimiento respecto al porvenir. Uno necesita de las rutinas de las que se ha alimentado durante tantos años y el otro anhela un cambio radical en su existencia, por eso ambos están condenados a una dura disputa tanto psicológica como física. Los dos están secundados por un magnífico elenco de secundarios, entre los que destaca la hermana de Pádraic, una mujer de mediana edad que se siente absolutamente sola en la isla, ya que es la única que siente inquietudes culturales de carácter literario. Una película magnífica con ecos de John Ford en sus escenarios que trata el trillado tema de la amistad de una manera bastante original a la vez que reflexiva. ¿Tenemos derecho a hacer daño a nuestros mejores amigos en pos de nuestra propia felicidad?

P: 8

sábado, 25 de marzo de 2023

VIDA CONTEMPLATIVA (2022), DE BYUNG-CHUL HAN. ELOGIO DE LA INACTIVIDAD.

Como en casi todos sus ensayos anteriores, en éste Han critica al capitalismo como esclavizador del hombre, que se convierte en un ente productivo que solo es contemplado en términos de trabajo y rendimiento, por lo que el descanso y la inactividad serían una anomalía. El propio trabajador, si está bien educado respecto a lo que se espera de él, sería el primero que se sentiría mal en dicha inactividad, pues estaría hurtando a la sociedad su fuerza de trabajo. El filósofo pretende cambiar esta mentalidad e invitar, en estos tiempos de severa incertidumbre, a ser dueños de nuestro tiempo y de nuestra mente:

"Solo en la inactividad nos percatamos del suelo sobre el que pisamos y del espacio en el que nos hallamos. La vida se pone en modo contemplativo y vuelve a montarse sobre su secreta razón de ser. Se encuentra consigo misma y se contempla a sí misma. Llega hasta su inmanencia profunda. Sólo la inactividad nos inicia en el misterio de la vida."

Vida contemplativa es también una invitación a abandonar nuestra dependencia de máquinas y ordenadores, que parecen ayudarnos a recordar y a tener experiencias nuevas, pero acaban secuestrando nuestro ocio. Pensar por nosotros mismos y ser capaces de debatir alternativas a la situación actual es lo verdaderamente revolucionario hoy día, según el autor. Así pues, la inactividad no tiene por qué ser improductiva, pudiéndose convertir en la más creativa de las elecciones. Claro que, esto se podría dar si el ser humano contara con alternativas al trabajo incesante que nos sigue también hasta el interior de nuestros hogares. La mayoría dependen de éste para sobrevivir y sufrirían grandes apuros materiales si renunciaran al mismo. Una utopía hermosa, pero que solo puede ser practicada si se dan unas circunstancias personales que no se encuentran al alcance de todo el mundo. Han repite ideas de trabajos anteriores y las estructura para llegar a estas hermosas y casi inalcanzables conclusiones adornadas con citas de Arendt y Hegel. 

KLONDIKE (2022), DE MARYNA GORBACH.

La guerra no tiene por qué ser todo el tiempo un escenario de combates y destrucción. También contiene buenas dosis de tedio y de ansiedad frente a lo que está por venir, esa amenaza invisible y casi física que puede materializarse en cualquier momento. Klondike transcurre en los primeros compases del conflicto del Donbass del 2014, en una zona divida entre las leales al Estado ucraniano y separatistas prorrusos, aunque seguramente lo que la mayoría de la gente quiere en su fuero más íntimo es que la dejen seguir viviendo en paz. La película sigue la existencia vacía de un matrimonio que tiene que decidir si se queda en su casa o se marcha, ya que su hogar se encuentra en el centro del conflicto bélico y además son testigos del derrivo del avión de pasajeros de julio de ese año, presuntamente cometido por las fuerzas separatistas. Gorbach sabe crear el ambiente idóneo que se respira en una situación como esta, entre el miedo, el tedio y la rabia, algo que puede transformar a seres humanos pacíficos en auténticos animales y derribar la convivencia de las más sólidas parejas. Estremece pensar que el actor que interpreta al hermano del protagonista se encuentra actualmente peleando en el frente real de la invasión rusa de Ucrania.

P: 6

martes, 21 de marzo de 2023

EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA (1981), DE STEVEN SPIELBERG.

El gran mérito de En busca del arca perdida es la recuperación de ese cine de aventuras de las sesiones matinates - en nuestro caso, de las películas que podía emitir Tve los sábados por la tarde - y presentarnos al héroe definitivo de las mismas, un personaje que parece salido de los mejores sueños de los amantes del cómic de tiras de prensa. Indiana Jones es una especie de Superman que se transforma en un tímido intelectual cuando se pone sus gafas de profesor, pero que esconde un alma intrépida que da todo de sí cuando se encuentra a la búsqueda de alguna reliquia arqueológica. Ésta, su carta de presentación, es una película maravillosamente dotada de un ritmo frenético de principio a fin. No importa que muchas de sus escenas sean absolutamente inverosímiles, la magia de Spielberg consiste en que nos dé exactamente igual y que pidamos más espectáculo. Ahora uno no puede imaginarse a otro intérprete mejor para el protagonista que Harrison Ford, aunque Tom Selleck fuera la primera elección de los productores. Indy estaba hecho para Ford y Ford para Indy, hasta el punto de que ahora, con casi ochenta años a sus espaldas, está a punto de estrenar su última interpretación del aventurero. No obstante, para mí la película verdaderamente redonda de la trilogía no es ésta, sino la tercera, en la que se ahonda en el pasado de Jones y la coprotagoniza con su propio padre. Ver En busca del arca perdida es asomarse al origen de uno de los grandes mitos de la historia del cine, que sigue aglutinando a hordas de seguidores.

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domingo, 19 de marzo de 2023

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (2005), DE ANTONY BEEVOR. ESPAÑA COMO TRAGEDIA.

Dice Antony Beevor en el último capítulo de esta magnífica historia de nuestra Guerra Civil que ésta no fue más que una continuación de la política a través de medios militares. Y es que la primera mitad del año 1936 fue una etapa de tensiones políticas - después de la victoria electoral del Frente Popular - que harían estallar ese verano los odios acumulados durante tanto tiempo entre los dos bandos irreconciliables en nuestro país. La enfermedad española, que había estado incubando durante décadas, con estallidos de fiebre ocasionales como la Revolución de Asturias, arrancó con toda su virulencia en aquel verano aciago. El golpe de Estado de los generales rebeldes fue un fracaso, pero la República no tuvo la habilidad ni la fuerza suficiente para atajarlo por completo, entre otras cosas porque no confiaba en la entrega de armas al pueblo para contraatacar en aquellas primeras horas decisivas.

A pesar de las discrepancias con falangistas y monárquicos, el bando sublevado logró pronto una mayor coherencia interna otorgando todos los poderes en la figura de Francisco Franco, un general mediocre en la aplicación de las doctrinas militares modernas, pero muy astuto a la hora de ir acumulando poder, actuando con una mezcla de prudencia y amenazas veladas a todo el que se le opusiera - además de contar con la suerte de la desaparición de sus rivales directos en la candidatura al mando absoluto -. Los Republicanos jamás consiguieron esa estabilidad y llegaron a sufrir una Guerra Civil dentro de la Guerra Civil en Cataluña, además de las tensiones permanentes entre comunistas, socialistas, republicanos, nacionalistas y anarquistas entre otras facciones que formaban el llamado bando Republicano. Además, la estrategia militar de la República jamás fue realista y se basó, a pesar de los fracasos acumulados al respecto, en lanzar ofensivas directas contra las fuerzas nacionales que en la mayoría de los casos terminaron en desastres que fulminaban a las mejores fuerzas sobre el terreno. La República no supo ver que su esperanza de victoria pasaba únicamente por el mantenimiento de una defensa regular, constante y firme, como sucedió en la batalla de Madrid, junto con la organización de guerrillas bien abastecidas detrás de las líneas de las tropas franquistas que hostigaran constantemente al enemigo. La República fue quizá víctima de su moral de victoria en los primeros meses que llevaba a sus generales a la creencia de que luchar por unos ideales bastaba para obtenerla, frente a la profesionalidad de las tropas que tenían enfrente, en muchos casos veteranos de las guerras africanas.

Casi tan importante como el frente interno era el frente internacional. La República intentaba que la comunidad internacional de países democráticos se implicase en su defensa y les suministrara armas (algo muy parecido a lo que sucede hoy con Ucrania), mientras que los rebeldes llegaban a un rápido acuerdo con Alemania e Italia que resultó decisivo para su victoria militar. El cinismo con el que se justificaba el embargo de armas al gobierno legítimo mientras se miraba a otro lado respecto al descaro con el que las potencias fascistas colaboraban con Franco, obligó a la Unión Soviética a intervenir en favor de la República, aunque su ayuda militar, con ser importante, no llegó al nivel de eficacia de la alemana. A pesar de todo, gracias ella se pudo armar a las famosas Brigadas Internacionales. Mientras tanto, los gobernantes republicanos no cejaron hasta el último momento en su empeño de presentar la tragedia española como una advertencia, que acabaría materializándose pocos meses después, de lo que iba a suceder en Europa de manera inminente:

"Los argumentos de la República eran simples, quizá demasiado simples: su gobierno, que había sido elegido democráticamente en febrero de 1936, había sufrido un golpe de estado a cargo de generales reaccionarios apoyados por las dictaduras del Eje. La República luchaba por la causa de la democracia, la libertad y la ilustración contra el fascismo. Aunque entonces y más tarde todos estos argumentos se defendieron con vehemencia, las propias credenciales democráticas de la izquierda dejaban mucho que desear, como había demostrado palmariamente su rebelión contra un gobierno legal en octubre de 1934. Los partidarios de la República no constataron tampoco lo que era obvio, es decir que la derecha, amenazada por la extinción por la izquierda y por una situación prerrevolucionaria en la primera mitad de 1936, tenía que reaccionar. Los indecibles horrores de la guerra civil rusa y el sistema soviético de opresión que surgió de ella - la dictadura del proletariado que había pedido Largo Caballero - constituían una lección difícil de olvidar."

Pero los verdaderos perdedores de la contienda fueron los civiles. Ambos bandos fueron responsables de matanzas injustificables, pero la República al menos podía alegar que en su caso las habían protagonizado elementos fuera de su control, porque en este aspecto la actuación de los franquistas fue infinitamente más cruel y sistemática, prolongándose muchos años después de finalizados los combates. Esta realidad alejó todavía más la posibilidad de llegar a un acuerdo entre dos bandos absolutamente irreconciliables que solo podían sobrevivir si aniquilaban al contrario, por lo que los combates fueron absolutamente crueles y con pocas muestras de piedad por ambas partes. Como si de una maldición se tratara un conflicto ya tan distante en el tiempo sigue presidiendo muchos de nuestros debates políticos, como si fuera una historia que jamás va a estar definitvamente escrita, puesto que fue alimentada por infinitas cantidades de odio que todavía hoy no se han disipado del todo.

jueves, 16 de marzo de 2023

BEDLAM, HOSPITAL PSIQUIÁTRICO (1946), DE MARK ROBSON.

Curiosa película - por el tema que trata - que trata de reivindicar la dignidad de los enfermos mentales. La historia transcurre en el siglo XVIII, en el que los internos en Bedlam son exhibidos a los visitantes por su siniestro director prácticamente como atracciones de feria, una práctica muy llamativa en plena Edad de la razón La película está realizada con pocos medios y se nota cierta pobreza en sus escenarios, apostándolo todo al tenebroso manicomio y al retrato de sus habitantes, que resultan estar mucho más cuerdos en ciertos aspectos que su director. También intenta sacar partido a la presencia de Boris Karloff que no destaca excesivamente en su papel. La trama pronto derivará a la injusticia cometida contra una mujer que se gana la vida como acompañante de un aristócrata bonachón que, por una serie de circunstancias, acabará ingresada en el manicomio. Bedlam, hospital psiquiátrico, como leve película de denuncia intenta establecer continuamente contrastes entre la vida de lujo de los ricos y la miseria de los enfermos, pero tampoco consigue del todo ese objetivo. Una película que se deja ver por la curiosidad que despierta, pero cuyo resultado final es bastante decepcionante, sobre todo teniendo a un gran director como Mark Robson detrás de las cámaras.

P: 5

UNA ÍNTIMA CONVICCIÓN (2018), DE ANTOINE RAIMBAULT.

Melodrama judicial que arrastra algunos tópicos de partida que influyen notablemente en su resultado final. Tenemos un juicio por asesinato - u homicidio - de un marido hacia su esposa, cuando ya ella estaba viviendo con otro hombre. Del acusado se hará cargo un famoso abogado que no quería tener nada que ver con este caso, defensa patrocinada por la protagonista, una madre de familia, que trabaja como cocinera, que se llega a obsesionar con el caso hasta el punto de pasar todas sus horas libres dedicada a la lectura de los expedientes. Al final la conclusión de la película es muy obvia: si el juez tiene dudas razonables para condenar al acusado, pues evidentemente no podrá condenarlo. Algo muy obvio que Una íntima convicción presenta como si fuera revolucionario. Además se trata de un film que se hace largo y un tanto tedioso, quizá porque se ha querido primar el realismo sobre las emociones propias de un caso como éste. 

P: 4

lunes, 13 de marzo de 2023

1984 (1949), DE GEORGE ORWELL Y DE MICHAEL RADFORD (1984).

Nueva lectura que realizo del clásico de George Orwell, también esta vez para un taller de lectura. Esta vez he intentado centrarme más en la figura de Winston Smith, tratando de identificarme con él, con sus sentimientos de total opresión y de impotencia. Porque Smith trata de comprender de dónde ha salido ese mundo de pesadilla en el que está obligado a habitar y no puede hacerlo, puesto que el pasado es alterado continuamente por ese Ministerio para el cual trabaja. Pero lo más monstruoso es que la respuesta solo puede ser - según el Estado de cosas imperante - es que él está loco y el resto de personas, que es capaz de doblepensar, está cuerda, por lo que debe ser sometido a tratamiento. El tratamiento es una terrible tortura que concluirá con un drástico lavado de cerebro que llegará al punto de quitarle su bien más preciado: el amor que siente por Julia, la otra rebelde, de índole mucho menos intelectual, pero igualmente con anhelos profundos de libertad que no pueden ser tolerados de ningún modo por este Estado ultratotalitario. Es un poco estremecedor que fuera en nuestro país donde Orwell sacara todas las enseñanzas que le llevaron a escribir el documento más terrible del siglo XX, que sigue influyendo plenamente en el pensamiento de hoy.

sábado, 11 de marzo de 2023

LA INVASIÓN DE LOS ULTRACUERPOS (1978), DE PHILIP KAUFMAN.

Remake de una película de Don Siegel de 1956 que se podría decir que mejora al original. En esta versión Kaufman enfatiza el ambiente malsano que rodea a unos protagonistas que son testigos de una invasión extraterrestre silenciosa que va afectando a todos sus seres queridos y conocidos. La película puede ser metáfora de muchas cosas, pero ante todo muestra el miedo humano al desmoronamiento de la civilización, que no tiene por qué llegar con su destrucción física, sino que ésta puede ser meramente espiritual. La verdadera vocación de La invasión de los ladrones de cuerpos es aterrorizar al espectador y esto lo consigue no solo con elaboradas escenas sorpresivas, sino con sabio uso de una tensión que va creciendo conforme avanza el metraje. Puedo decir que, la primera vez que la vi, supongo que en algún pase televisivo, lo pasé realmente mal, quizá por no estar acostumbrado a películas con este argumento, ya que Kaufman quiere implicar en todo momento al espectador, para que este se sienta identificado con la angustia de los protagonistas. El final es uno de los mejores de la historia del cine de terror, algo mítico y que, ya en nuestra época, ha tenido el dudoso honor de protagonizar numerosos memes.

P: 8

MÁS PODEROSO QUE LA VIDA (1956), DE NICHOLAS RAY.

De Ed Avery, el protagonista de esta película, sabemos ante todo que es un buen tipo, trabajador y amante de su familia, hasta el punto de que oculta a su esposa uno de sus empleos para que ella no sepa que pasan por dificultades económicas. Pero este no es el principal argumento de Más poderoso que la vida, sino la terrible enfermedad que empieza a padecer Ed, que se ve obligado, si quiere permanecer vivo, a tomar un medicamento que se encuentra en fase experimental: la cortisona. Entonces la película se centra en los laberintos de la mente de un protagonista que empieza a tener delirios que llegan al punto de intentar sacrificar a su hijo emulando el episodio bíblico de Abraham e Isaac. ¿Hay aquí una crítica soterrada a la vida en la América profunda? En cierto modo la película es fallida, porque no se atreve a llevar sus interesantes planteamientos - al final la medicación es para Ed una droga que no puede dejar bajo ninguna circunstancia y acaba comportándose como un adicto, algo totalmente opuesto a su papel social de padre y esposo - pero ver en pantalla una interpretación tan enorme de uno de mis actores favoritos justifica, junto a la excelente dirección de Ray, acercarse a esta obra.

P: 7 

martes, 7 de marzo de 2023

AMORES, PENAS Y DESPECHO (1973), DE ALAN J PAKULA.

Película muy olvidada y a reivindicar, el argumento de Amores, penas y despecho transcurre casi íntegramente en nuestro país, más concretamente en tierras castellanas. Cuenta la historia de dos jóvenes - inglesa y norteamericano - que se conocen estando aquí de vacaciones. Su relación no empieza con buen pie, ambos son tímidos e inexpertos y él sobre todo es un tipo muy torpe necesitado de una experiencia sexual y amorosa y perteneciente, por fortuna para él, a una familia bien. Lo más interesante de la película es observar una parte de nuestro país que a los ojos de los protagonistas es absolutamente exótica y primitiva, puesto que a ellos parece no interesarles visitar la costa, sino el interior. Eso lo harán en un destartalado vehículo con caravana en el que consolidarán un amor muy puro. Destaca la presencia de una guapísima Maggie Smith y el insólito cameo de Jaime de Mora y Aragón, que casi consigue llevar una película muy equilibrada a la esencia del cine español casposo que se empezaba a realizar en aquel tiempo de tardofranquismo, aunque en el fondo el breve episodio resulta tan divertido como curioso. Lo importante es que, al final, la película deja muy buen sabor de boca.

P: 7

sábado, 4 de marzo de 2023

THE DEEP BLUE SEA (2011), DE TERENCE DAVIES.

Hester Collyer vive una existencia acomodada en el Londres de los años cincuenta. Es esposa de un maduro juez del Tribunal Supremo y, mientras a su alrededor la gente pasa por las estrecheces de la posguerra, ella tiene que aguantar el conservadurismo de la familia de su marido, aunque él es muy buena persona y su trato hacia ella es exquisito. Su amante, Freddie, es todo lo contrario. Para él el mejor momento de su existencia fue el batalla de Inglaterra, cuando se convirtió en un héroe exponiendo su vida todos los días. Después de eso, todo ha ido cuesta abajo, porque es un inadaptado. Sin embargo es un hombre atractivo con un halo de superviviente que lo hace irresistible para una Hester que deja a su marido y se va a vivir con él, ante el escándalo de su círculo social. A partir de ahí la existencia de Hester es arrastrada por el carácter de su amante, que se caracteriza por sus bruscos cambios de humor que pueden derivar en ocasionales brotes de violencia, sin que su amor por él se agriete, a pesar de su constante sufrimiento. Parece como si el personaje prefieriese vivir en una permanente montaña rusa emocional junto a su agresivo amante frente a la rutina y comodidad que le ofrece su marido (el cuál incluso hace sus intentos por recuperarla). The deep blue sea parte de una premisa interesante, pero pronto se transforma en una película muy fría que adolece de la falta de química de los protagonistas. Podría haberse decantado por ofrecer un estudio psicológico más profundo del trío protagonista, pero se queda un poco en tierra de nadie, demasiado dependiente de la obra de teatro en la que se basa.

P: 5