sábado, 21 de octubre de 2023

UMBERTO ECO: LA BIBLIOTECA DEL MUNDO (2022), DE DAVIDE FERRARIO.

Umberto Eco era un hombre propio del Renacimiento, un humanista que jamás abandonó una inmensa curiosidad que se materializaba en una inmensa biblioteca personal que atesoraba más de treinta mil volúmenes, algunos de ellos auténticas joyas que harían las delicias de cualquier bibliófilo. Pero ante todo Eco era un hombre afable, un profesor que quería transmitir su entusiasmo por el conocimiento a cualquiera que quisiera escucharlo o leer sus libros y así aparece en este maravilloso documental, como un tipo maravilloso entregado a una misión. El entusiasmo que despertaba se resume en las imágenes de su funeral, en el que cientos de personas colapsaron el lugar donde se celebró. Nada más comenzar el documental, Eco nos guía a través de los pasillos de su casa, con todas sus paredes ocupadas por estanterías repletas de volúmenes, hasta desembocar en una serie de habitaciones con las mismas características. Un auténtico paraíso privado siempre abierto a amigos y visitantes en el que él era el único que sabía donde hallar un determinado volumen, como si del bibliotecario de El nombre de la rosa se tratara. Eco nos habla de su gusto por los libros escritos por farsantes o por autores errados, que son una de las bases de su colección, fascinado por autores como el jesuita del siglo XVII Athanasius Kitcher, un prolífico escritor que llenó volúmenes y volúmenes sobre temas que no dominaba en absoluto, pero acerca de los que sentía una enorme curiosidad intelectual. Umberto Eco: La biblioteca del mundo es la celebración de una figura irrepetible, un tipo que, ante todo nos enseña, a través de un sutil sentido del humor, que ser feliz en el paso por este mundo es mucho más sencillo de lo que parece. Además nos enseña que todavía es posible aprender sin tener que recurrir constantemente a las nuevas tecnologías.

P: 8

TITANES DE LA HISTORIA (2012), DE SIMON SEBAG MONTEFIORE. HÉROES Y MONSTRUOS.

¿La Historia la hacen los grandes hombres? Tolstói, al final de Guerra y paz concluía que no, que son los pequeños movimientos de grandes masas humanas los que construyen los grandes hechos históricos. En cualquier caso, si nos ha quedado el recuerdo de hombres y mujeres que vivieron hace siglos es por qué fueron relevantes, ya sea en forma de líderes, de descubridores o de misántropos. Personajes que dejaron su huella y que el gran historiador Simon Sebag Montefiore recopila en este grueso volumen en decenas de perfiles de cuatro o cinco páginas que nos introducen de manera muy efectiva en la biografía de cada uno de los elegidos. 

Titanes de la historia puede leerse de forma espaciada, puesto que no contiene una unidad temática más allá de estar dedicado cada capítulo a un personaje histórico relevante, por lo que es una obra de las que incita a descubrir otras en las que profundizar en las vidas de los que más nos puedan interesar. Simon Sebag Montefiore es ante todo un escritor ameno y riguroso, por lo que el acercamiento a este volumen, a pesar de su tamaño, constituye un pequeño placer para cualquiera. El autor se encuentra ahora de actualidad por haber escrito durante la pandemia un ambicioso estudio titulado El mundo, que sigue la evolución de una serie de familias a lo largo de siglos, un libro muy apropiado para acercarse a él durante unas vacaciones.

lunes, 16 de octubre de 2023

CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE (1973), DE RICHARD FLEISCHER.

Película adelantada a su tiempo, Cuando el destino nos alcance es una hija fiel del pesimismo de los años setenta. Basándose en la novela de ciencia ficción "¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!", de Harry Harrison, que yo leí hace muchos años, la película presenta una distopía que se produce en nuestro tiempo actual. La población de la Tierra ha crecido de manera exponencial y no hay recursos para todos. Nueva York se ha convertido en una especie de ratonera en la que la gente malvive hacinada en cualquier rincón y solo un reducido grupo de privilegiados mantiene el nivel de vida de antaño. Aquí se nos presenta a un policía (Charlton Heston), que debe investigar el asesinato de uno de estos miembros de la clase social alta, algo que le va a llevar a hacer un descubrimiento asombroso respecto al producto con el que se está alimentando a la población. Aunque su estilo visual es mejorable, Cuando el destino nos alcance es una de esas obras míticas que reflexiona sobre la condición humana y nuestro comportamiento en situaciones límites. El valor de la vida se ha degradado hasta tal punto que cuando hay manifestaciones o disturbios, la policía tiene autorización para llevarse a la gente hacinada en excavadoras. Además, el Estado facilita el suicidio asistido. La gente sabe que sobra, pero el instinto de vida sigue siendo poderoso, a pesar de no existir ya la esperanza, sobre todo porque a la hambruna se le ha unido una eterna ola de calor derivada de ese cambio climático del que nosotros, habitantes reales de los años que describe la película, empezamos a notar los primeros efectos. Me quedo con esa poderosa escena protagonizada por el soberbio Edward G. Robinson, ese suicidio nostálgico con el que el Estado premia a aquellos que deciden quitarse de en medio y dejar de ocupar sitio.

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sábado, 14 de octubre de 2023

EL RUIDO DE UNA ÉPOCA (2023), DE ARIANA HARWICZ. CENSURAS DE NUESTRO SIGLO.

Vivimos en una época en la que los trabajadores se autoexplotan y los escritores se autocensuran. Ariana Harwicz ha escrito un ensayo para reivindicar la libertad del autor frente a la pesada dictadura de lo políticamente correcto. Hoy muchos creen equivocadamente que la literatura tiene que tener una función social, de reivindicación y de lucha. Pero la literatura es algo más grande, es un panel en el blanco en el que el autor debería poder expresarse cómo crea más conveniente y provocar, si eso es necesario, al lector, sin que éste tenga que escandalizarse porque esté leyendo algo que confronta sus ideas. 

Este es el siglo de la identidad, denuncia Harwicz. Nada es más importante que sentirse parte de un colectivo y denunciar las presuntas injusticias de la que éste es objeto. Esto lleva a que muchos crean que solo los miembros de estos colectivos puedan escribir sobre los problemas del mismo o a que se reivindique el absurdo de que solo actores de una determinada condición sexual puedan interpretar a ese tipo de personajes:

"Se buscan traductores afrodescedientes para traducir a autores afrodescendientes, no binarios para traducir a no binarios. Esa reducción del ser humano a su condición genital, biológica, de identidad de género, sexual o a su color de piel, es propia del fascismo. Es una clasificación de la que huyeron horrorizados en el siglo xx y que hoy estamos, colaboradores mediante, retomando en el arte. Vaciar el lenguaje de violencia es imposible."

El verdadero escritor es el que escribe sin pensar en las consecuencias, el que es honesto consigo mismo y no teme a la censura de las redes sociales, a esa muerte civil que la masa intenta adjudicar a los que califica de fascistas, es decir, a los que piensan diferente. Lo más penoso de esta realidad es que suelen ser personas que se dicen de izquierdas quienes actúan así, siempre, piensan, en nombre de un bien mayor, en nombre la defensa de los excluidos, de las minorías eternamente oprimidas que necesitan voces que las defiendan. Si esto hubiera sido así siempre, no existiría la historia de la literatura tal y como la conocemos. Ningún autor pasaría el filtro de pureza y perfección que intenta imponerse como sinónimo de calidad. 

En el pasado han existido auténticos genios en la escritura, en la pintura o en la música que fueron reconocidos maltratadores, asesinos o violadores, pero no por eso debemos de dejar de acercarnos y apreciar su obra. El mundo no es perfecto y jamás lo será y el arte debe ser el espacio en el que se refleje dicha imperfección, en el que se describan los males y la suciedad del mundo, no un lugar terapéutico en el que estos se denuncien y se intenten resolver, aunque esta última visión también cabe si no es el única posible. El peligro de caer en el pensamiento único es algo que permanece latente en nuestra sociedad, una realidad que polariza todos los debates y que impide acercar posturas. Y esto se refleja también cada vez más en los libros, unos objetos que, ante todo, deben ser vehículos de libertad radical, si no queremos volver a experimentar épocas más oscuras que se creían más que superadas.

NUEVE MESES (1976), DE MÁRTA MÉSZÁROS.

Retrato de la vida íntima de una pareja en una pequeña localidad de la Hungría comunista, Nueve meses quiere ante todo ceñirse a un realismo estricto. Su título alude, evidentemente, al embarazo de su joven protagonista, que fue en paralelo al de la actriz que la interpreta. El parto que aparece en su metraje es real, algo verdaderamente insólito. La película refleja de manera muy efectiva cómo era la existencia cotidiana en uno de los países del llamado realismo socialista. A la frialdad del clima se une la apatía de unas gentes que cuenta con un empleo y una existencia humilde aseguradas, pero que viven sin mucha ilusión de mejora, como en un ciclo interminable de trabajo y ocio de mala calidad en un paisaje realmente poco atractivo. Además, Juli, la protagonista debe enfrentarse al machismo que, de forma natural, impera en el pequeño microcosmos en el que habita, una sociedad en la que oficialmente todos son iguales, pero que se encuentra en realidad estrictamente jerarquizada. Un cine diferente realizado en un mundo diferente.

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jueves, 12 de octubre de 2023

VIDA DEL BUSCÓN (1626), DE FRANCISCO DE QUEVEDO. EL ETERNO PÍCARO.

Si comparamos El buscón con el Lazarillo de Tormes, encontramos que la obra de Quevedo es más cruel, si cabe, como si el propósito principal de la misma fuera buscar la risa del lector a toda costa. Pocos personajes son tan maltratados como don Pablos, ese buscador de fortuna con una mala suerte proverbial, condenado a ser un pícaro eterno que jamás alcanzará a mejorar su posición social, su gran anhelo y el gran motivo de burla durante toda la obra. Porque el protagonista es alguien que pretende quitarse de encima sus manchas de nacimiento, algo casi imposible en las circunstancias de la época. Al final su intención de marcharse a América para iniciar una nueva vida resume el sentir de muchos españoles de la época que decidían arriesgar sus vidas con el fin de encontrar la fortuna que se le negaba en su tierra.

Quevedo no intenta con esta obra señalar mal alguno, sino que los describe continuamente como un fenómeno cotidiano de la época. En el siglo XVII todo es duro para un desgraciado como nuestro protagonista. Pasa hambre, recibe palizas, es ridiculizado a cada paso y sus planes de mejora son siempre alcanzados por la fatalidad. Así pues, no tiene más remedio que espabilar y aprender de la escuela de la calle para, al menos, ir tirando y comer de vez en cuando. La nación que se retrata, una España ya en decadencia, es desoladora desde un punto de vista social. Legiones de mendigos y de ganapanes frente a una minoría noble que solo ofrecen una escasa caridad a aquellos. Y la Iglesia católica como gran poder y garante de una moral que en realidad es inexistente en la vida cotidiana, intentando sostener un edificio social ya en ruinas.

A pesar de que Pablos es un personaje creado para hacer reír, el lector a veces se conmueve por las injusticias de la que es objeto y las que le suceden a los que le rodean. Episodios como la estancia en la casa del dominé Cabra, en la que el protagonista casi muere de hambre o las bromas salvajes de las que es objeto como novato en la Universidad. Episodios muy conocidos y muy recordados por todos los lectores que si se profundiza un poco en ellos constituyen también una denuncia tremenda de la inoperancia del Estado, mucho más preocupado en sostener las costosas guerras externas que en el bienestar de sus habitantes. El lenguaje que utiliza Quevedo en la obra es sencillamente magistral. Todo está lleno de dobles sentidos, hipérboles y de una riqueza de vocabulario que casi exprime todas las posibilidades de la lengua castellana. Tal y como expone Francisco Rico la mejor definición de El buscón es calificarlo como "libro genial".

INDIANA JONES Y EL TEMPLO MALDITO (1984), DE STEVEN SPIELBERG.

Después del gran éxito cinematográfico de En busca del Arca perdida, película que creó un mito cinematográfico comparable a James Bond, la segunda parte de la saga situaba a Indiana Jones un año antes de los acontecimientos de la primera y en un escenario muy exótico, pues empezaba en China y seguía la aventura en la India. Spielberg comienza homenajeando el cine musical del Hollywood más clásico y a partir de ahí rueda una aventura enloquecida que apenas da respiro al espectador. En cierto modo Indiana Jones y el templo maldito es una película muy adulta e infantil a la vez. La presencia de un personaje como Tapón ofrece un alivio cómico recurrente a las situaciones peligrosas y de tensión, que son constantes, pero también su guion fue criticado por incluir escenas muy fuertes y sádicas, sobre todo las que muestran el culto a la diosa Kali. Quizá el mayor error - aunque se perdona, pues esta obra ha alcanzado el nivel de mito cinematográfico - es la presencia del personaje de Willie, una mujer cuyo único papel en la función parece ser el de asustarse, gritar y que el héroe tenga alguien a quien besar al final. Una aventura absolutamente inverosímil ante la que cualquier espectador puede volver a gozar como un niño.

P: 8

lunes, 9 de octubre de 2023

THE CREATOR (2023), DE GARETH EDWARDS.

El planteamiento distópico de la nueva película de Gareth Edwards es impecable: nos encontramos ante un mundo que ha desarrollado la inteligencia artificial y un error de ésta ha desatado - presuntamente - un ataque nuclear contra Los Ángeles. Ante tan inmensa tragedia, Occidente la prohíbe, aunque países de oriente siguen usándola. Esto provoca una guerra entre la Humanidad y quienes quieren seguir trabajando junto a las IA. Un guion que bebe de clásicos como Terminator, pero que cambia las tornas y acaba presentando a las inteligencias artificiales como víctimas de la brutalidad humana, pero que dista mucho de ser redondo, puesto que pone toda la carne en el asador en presentar los espectaculares efectos especiales en detrimento del desarrollo de personajes. Cuando uno está contemplando una película en la que pasan tantas cosas y tan deprisa piensa que todo esto se hubiera desarrollado mucho mejor en una serie que presentara con más detalle una distopía tan interesante, aunque sea por lo cercana que se encuentra a los miedos de la Humanidad de hoy. Al final The creator no es más que una espectacular ensalada de tiros que echa por tierra sus mejores posibilidades, esas que hubieran dado voz con mayor hondura a esos seres con gran humanidad que parecen ser las IA.

P: 4

sábado, 7 de octubre de 2023

EL CONDE (2023), DE PABLO LARRAÍN.

Presentar al impresentable dictador Pinochet como un vampiro que nació en la Francia prerrevolucionaria es una idea genial. Otra cosa es cómo se desarrolle esa idea. El conde es el retrato de una familia grotesco, con unos hijos deplorables que solo piensan en la herencia que deben recibir de su siniestro padre, mientras éste sigue chupando - literal y figuradamente - la sangre a Chile. Quizá Larrain quiere imprimir a tan excéntrico relato una lógica buñuelesca, pero le sale una película muy extraña, tan gris como su fotografía, con un guion que se mueve entre la comedia bufa y el relato de terror puro, pero sin decantarse jamás por un tono claro. También quiere ser, por supuesto, un film de denuncia política, sobre todo con la revelación final, pero se queda una obra que está muy lejos de ser redonda. Quizá un personaje tan siniestro de por sí como Pinochet no necesita ser presentado como vampiro. Un retrato realista de su vida y obra hubiera bastado para mostrarlo al espectador como un monstruo mucho más terrible que cualquier invención humana.

P: 4

domingo, 1 de octubre de 2023

M, EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF (1931), DE FRITZ LANG.

Nos encontramos, quizá, ante la primera película del género de asesinos en serie de la historia. M es una obra que se mueve entre el cine negro y el expresionismo para ofrecer un retrato realista y sobrecogedor - la actuación de Peter Lorre es prodigiosa - de un enfermo que asesina niñas. Y lo hace de una manera cruda, sugiriendo más que mostrando la actuación del criminal, alguien que se presenta ante el espectador de una manera simbólica, como sombra que se cierne sobre su víctima o reflejado en el escaparate de una tienda de cuchillos. A Lang le interesa ante todo mostrar la investigación policial agotadora que se organiza en torno a la caza del asesino pero, en paralelo, los criminales y los mendigos también se organizan para atraparlo, puesto que su presencia en las calles está afectando a sus negocios. Y son estos últimos, con métodos menos ortodoxos pero quizá más eficaces que los policiales, los que consiguen cercar al criminal, un criminal que no es como ellos, que jamás podría formar parte de su hermandad, porque sus acciones van más allá de tolerable. El juicio en ese escenario oscuro de las profundidades de la ciudad es el gran remate a una obra redonda, en la que la sociedad se topa con sus propios fantasmas y son los elementos más indeseables de la misma las que se conjuran para resolver un problema para el que la policía no parece tener solución. Quizá todo esto también sea una metáfora de la próxima llegada de los nazis al poder, unos criminales que también ofrecían al pueblo soluciones contundentes a sus problemas, unas soluciones que acabarían engendrando pesadillas nunca vistas.

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