El precedente de esa obra maestra que es Perversidad es esta magistral - rodada todavía con aires de cine mundo - película de Jean Renoir, una devastadora crítica social que causó escándalo en su tiempo. Maurice, el protagonista, lleva una vida desgraciada bajo el despótico gobierno de su mujer, que quedó viuda en la Primera Guerra Mundial y venera a su primer esposo. Frente a la bravura del héroe de guerra, Adèle considera a su actual esposo poco menos que un inútil. Maurice intenta refugiarse de su triste realidad a través de su afición a la pintura, pero su existencia dará un giro radical cuando conozca a Lulú, una joven que vive explotada por su chulo, de quien se enamora. La golfa ataca en primer lugar a la institución matrimonial y a la restrictiva legislación sobre el divorcio en aquel tiempo, que podía dejar a la gente atrapada en relaciones desgraciadas. Por otro lado también realiza un retrato crudo de la otra cara de la sociedad burguesa y católica, el submundo de los bajos fondos en el que no existe ninguna moral y donde el protagonista no es más que una perfecto palurdo ingenuo a la que dejar sin un franco. Aunque al principio Maurice vive todo aquello como una gran ilusión, yo creo que es lo suficientemente inteligente - timidez no significa estupidez - como para advertir que ha entrado en un irreversible sendero de perdición, aunque en el fondo no le importe demasiado, ya que necesita alguna emoción en su triste existencia. Una obra muy moderna que ha influido poderosamente en el cine posterior.
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