Los años setenta, los llamados años de plomo, fueron un periodo terrible en Italia, que rozó en algunos periodos la guerra civil. Uno de los episodios que más marcó a la generación de aquella época fue el secuestro de Aldo Moro, el presidente del gobernante partido democratacristiano, que fue utilizado por las Brigadas Rojas como mecanismo publicitario y reivindicativo: Moro terminó siendo asesinado después de haber sido encontrado culpable en un juicio celebrado por sus captores, que lo señalaron como máximo representante del fascimo y de la corrupción de un gobierno que acababa de pactar el apoyo por parte de los comunistas. Toda esta complejidad de la situación italiana del momento es reflejada de manera magistral por Marco Bellocchio, que ha creado una obra portentosa, que no solo recrea los hechos históricos desde múltiples puntos de vista, sino que traslada al espectador a una época dominada por la grisura, en la que se intuía que la misma existencia del Estado estaba puesta en peligro después del formidable reto planteado por los terroristas. Aldo Moro - y su familia - son presentados en todo momento como lo que son, como víctimas de una situación que los sobrepasa. También, en diferentes episodios, se nos presentan los puntos de vista de Pablo VI - excepcional Tony Servillo -, del ministro del interior, que parece ir perdiendo la cordura progresivamente cuanto más se alarga el secuestro y de una pareja de terroristas, una de ellas fanatizada hasta el punto de abandonar a su hija y el otro un cínico que no cree en la causa por la que lucha, pero que está ahí porque le gustan la violencia y la vida al límite. Aparte de todo esto, la serie es mucho más compleja e inteligente de lo que parece a primera vista y es capaz de utilizar, por ejemplo, la simbología religiosa para reflejar el calvario que vivieron los personajes. Otro de los puntos a favor de Exterior noche es que no hace falta ser experto en este periodo de la historia italiana para seguir la trama a la perfección. Ojalá algunos productores españoles tomaran nota y reflejaran de esta manera tan convincente algunos episodios de nuestra historia reciente y no tan reciente que merecen ser reflejados en pantalla con este nivel de calidad y afán de veracidad.
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