domingo, 30 de noviembre de 2025

PRIMAVERA REVOLUCIONARIA (2023), DE CHRISTOPHER CLARK. LA LUCHA POR UN MUNDO NUEVO, 1848-1849.

En el último curso del Instituto se nos impartía una asignatura de Historia Contemporánea. Uno de los temas que había que estudiar era el de las Revoluciones de 1820, 1830 y 1848, como un conjunto de acontecimientos históricos con conexiones entre sí. En este monumental libro, el historiador Christopher Clark pone en su contexto la última de ellas y no lo hace como un todo, sino como una serie de revoluciones de carácter estrictamente local que involucró a un gran número de territorios de Europa, pero que no se encontraban coordinadas entre ellas, por mucho que terminaran influyendo unas en otras, dado el ambiente de ebullición que por diferentes motivos existía en los diferentes lugares donde se produjeron los levantamientos:

"Las coincidencias son llamativas. Las mismas palabras resonaron por todas partes: Constitución, libertad, libertad de prensa, asociación y reunión, guardia civil (o nacional), reforma electoral: este era el icono liberal de la Europa del siglo XIX, fruto de décadas de conversaciones internacionales. Ninguna de estas revoluciones –con la posible excepción de los levantamientos fallidos de Madrid– fue la consecuencia de planes conspiratorios. Ninguna estuvo dominada por un solo grupo. Los «revolucionarios» de 1848 no fueron ejecutores de un plan, sino improvisadores, para quienes el presente era una frontera expuesta. Tenían en común un fuerte sentido de su posición en una época concreta, la edad de la «servidumbre» –según la histriónica calificación de Paul Boerner– inaugurada por el Tratado de Viena de 1815. La rapidez de la victoria fue asombrosa y la euforia que siguió, comprensible. Pero quedaba una infinidad de problemas, quehaceres que ejercerían una presión de urgencia en los diversos teatros de la revolución. ¿Cómo llevar a cabo negociaciones con monarcas que permanecían en sus respectivos tronos y mantenían el control de las fuerzas armadas? Esta fue una cuestión especialmente apremiante en los territorios de los Habsburgo, Prusia y muchos de los estados alemanes e italianos, donde el afecto por el monarca o el respeto hacia la institución que representaba seguían muy arraigados entre la población. ¿Quién debía velar por el orden público en lugares donde las estructuras policiales habían sido desmanteladas o sustituidas por aficionados entusiastas? ¿Cómo conciliar la «revolución política», tan apreciada por los liberales urbanos, con los llamamientos a la «revolución social» que emanaban de los radicales, o de los trabajadores de los suburbios conflictivos? ¿Hasta dónde debía ampliarse el derecho al voto? ¿De dónde obtendría dinero el gobierno posrevolucionario? ¿Cómo conseguir que unas insurrecciones tan sumamente locales en sus intereses se fusionaran para sustentar esfuerzos regionales o nacionales más amplios? ¿Cuándo debería ceder la política de compromisos ante un enfrentamiento armado?"

Bien es cierto que el balance final para muchas de ellas es de fracaso, ya que la reacción de los poderes imperantes fue implacable, pero muchas de sus reivindicaciones debieron ser tenidas en cuenta a corto o medio plazo, ya que habían calado de manera irreversible en amplias capas de la sociedad, muchos de cuyos miembros se habían jugado la vida por sus ideales. Y dichas reivindicaciones no eran solo de carácter nacionalista o liberal, como comúnmente se cree, sino que Clark incorpora muchas otras dependiendo de los territorios donde se produjeran las insurrecciones: socialismo, abolicionistas de la esclavitud o defensores de la igualdad frente a los abusos al pueblo judío. Es tal la complejidad de los acontecimientos que sucedieron en aquellos dos años en Europa que ha habido que escribir un volumen tan amplio como éste para intentar dar cabida a todos. Pero Clark no se conforma con la descripción de acontecimientos históricos y luchas callejeras, sino que su mirada intenta abarcar hasta la más mínima anécdota de lo que sucedió aquellos días y describe a personajes históricos y a gente anónima, valiéndose de un impresionante conjunto de fuentes. Lo que más impresiona son los esbozos biográficos de algunos luchadores por la libertad que estuvieron presentes en varios países armados con un idealismo a prueba de balas.

Primavera revolucionaria es una muy completa crónica de unos acontecimientos casi inabarcables por su complejidad. Christopher Clark acaba reivindicando su legado: a pesar del aparente fracaso de las revoluciones, muchos territorios debieron adaptarse y modernizar sus instituciones a través de la redacción de nuevas constituciones y apertura del parlamentarismo a una representación más extensa de distintas clases sociales, algo que sucedió en lugares como Dinamarca o Países Bajos. Además, todos estos acontecimientos quedaron en la memoria colectiva como episodios heroicos de lucha por la libertad, algo que sirvió para afianzar posteriores reivindicaciones de carácter liberal.

sábado, 29 de noviembre de 2025

ANATOMÍA DE UN INSTANTE (2025), DE ALBERTO RODRÍGUEZ.

Nuestro país tiene una historia impresionante que no se ha aprovechado lo suficiente como material para realizar buenas películas y series. Uno de los hechos contemporáneos capitales es el asalto al Congreso el 23 de febrero de 1981, unos hechos que todavía suscitan controversia, sobre todo por la participación (o al menos inspiración) del Rey en los mismos. Aquí se parte de un material tan valioso como el libro de Javier Cercas para ofrecer el retrato de tres personajes que el escritor define como "héroes de la retirada": Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo, tres hombres que tuvieron que traicionar sus ideales, con lo que ello conlleva en términos de descrédito, con el fin de fomentar un bien mayor: la consolidación de la democracia en nuestro país. La perfecta elección de los actores que los interpretan y la cuidada ambientación hacen que esta serie refleje de manera perfecta no solo unos hechos, sino el ambiente de una época en la que España se asomaba al abismo de un nuevo régimen autoritario y quien sabe si a una nueva Guerra Civil. Suárez es retratado como el hombre clave de la Transición que fue desechado por el Rey una vez que había cumplido su misión. Carrillo es el viejo político que vuelve a España poniendo en peligro su vida para que su partido pueda aprovechar el momento histórico para volver a ser hegemónico en la izquierda. Gutiérrez Mellado es el militar que traiciona los principios franquistas por fidelidad a una idea de democracia y - sobre todo - a quien se está dejando el pellejo por construir la misma. Estas vidas confluyen en el momento decisivo del asalto al Congreso: ninguno de los tres se amedrentó cuando los guardias civiles empezaron a disparar al techo y permanecieron impasibles (quizá salvaguardando la dignidad de un país en sus peores horas) frente a su posible muerte. Una de las mejores series españolas de los últimos años que debería servir de guia acerca de cómo contar nuestros numerosos episodios históricos de una manera imparcial y verosímil.

P: 8

FRANKENSTEIN (2025), DE GUILLERMO DEL TORO.

El interés de Guillermo del Toro por la inmortal novela de Mary Shelley ya se atisbaba en su anterior obra, Pinocho, ya que existían referencias a la misma en la creación del muñeco de madera. Frankenstein es la grandiosa historia de cómo un creador reniega de su creación y de cómo esta criatura va pasando de una inocencia absoluta a un absoluto deseo de venganza. Del Toro ha plasmado esta narración de imágenes muy impactantes y ha desarrollado de manera muy efectiva una biografía del doctor Frankenstein, por lo que entendemos mucho mejor su personalidad y sus ambiciones a través de las difíciles relaciones con su padre (algo que anticipa las propias con su hijo). Aunque al principio sus intenciones son nobles - aunque las presente casi como un showman ante la comunidad científica - pronto tratará a su criatura más como un logro propio que cómo un ser sintiente, por lo que la rebajará a un estado cercano a la esclavitud. Uno de los puntos flacos de la película es la relación de la criatura con la esposa del hermano de Frankenstein, del todo inverosímil, ya que se intenta que ella sea el personaje humanista, que advierte de manera espontánea su verdadera naturaleza y deja atrás inmediatamente cualquier prevención al acercarse a un ser tan insólito. Sí que es muy acertado el comienzo de la película, en ese escenario hostil repleto de hielo, en el que la aparición de la criatura es verdaderamente terrorífica: así la ven las humanos después de haber pasado por varios traumas que se irán contando posteriormente. Frankenstein tiene, en suma, la acertada estructura de unas vidas paralelas - creador y criatura - que se muestran de manera muy cruda al espectador, a la vez que el director otorga a su película un tono casi onírico muy adecuado para contar esta historia.

P: 8

sábado, 22 de noviembre de 2025

SIN PERDÓN (1992), DE CLINT EASTWOOD.

Uno de los grandes prodigios del cine de los años noventa fue esta revitalización y puesta al día de un género que se creía extinto. No es que desde entonces se haya sucedido un torrente de películas del oeste, pero Sin perdón demostró que se podía dar una vuelta de tuerca a uno de los géneros más populares. Aquí no existe el heroísmo, la historia es absolutamente sórdida y por ello absolutamente realista. El protagonista no es un héroe, ni siquiera un antihéroe. Se trata de un antiguo asesino despiadado y cruel que redimió su existencia gracias al amor de una mujer que murió hace pocos años. Vive retirado en una pobre granja con sus hijos, tratando de llevarla adelante entre enfermedades de los animales y grandes cantidades de estiércol. Por eso, cuando se le ofrece la oportunidad de volver, aunque sea brevemente, a su antigua vida, la tentación será demasiado fuerte, puesto que comprende que todo era más fácil en aquellos días, pues solo se trataba de apretar el gatillo y emborracharse. En cierto modo, a William Munny se le convoca para hacer justicia, como un demonio vengador que tiene que ajustar la cuentas a quienes han marcado horriblemente el rostro de una prostituta. Todo es deshumanizador en el oeste que refleja Clint Eastwood. Las prostitutas son mera mercancía cuyo daño el consumidor debe compensar económicamente. La justicia está representada por un sheriff corrupto y violento que decide lo que es la ley con su mera voluntad, por lo que las víctimas deben recurrir a peligrosos forajidos para encontrar su anhelada venganza. Sin perdón está rodada por un Clint Eastwood en estado de gracia que retrata magistralmente a unos personajes que experimentan reacciones muy humanas frente al mundo violento en el que se ven inmersos. Una película que puede contemplarse una y otra vez sin que pierda un ápice de su fuerza y autenticidad.

P: 10

UNA BONITA MAÑANA (2022), DE MIA HANSEN-LOVE

La premisa con la que se inicia esta película es tan terrible que le puede pasar a cualquiera: la protagonista tiene que hacerse cargo de los cuidados de un padre que sufre una severa enfermedad neurodegenarativa, un antiguo profesor de filosofía que contempla desolado como se le va escapando la memoria mientras contempla su nutrida biblioteca, símbolo de tiempos mejores. Quizá para refugiarse de esta situación Sandra, que es una viuda joven, empieza una relación con un hombre casado. Todo en esta película apela a lo coditiano, a que el espectador se pueda ver reflejado en las circunstancias que tiene que vivir la protagonista, sus buenos y sus malos momentos. Mi escena favorita, que también tiene algo de siniestro, es el reparto de la biblioteca del fallecido profesor entre algunos de sus antiguos alumnos. Es como recoger fragmentos de una persona e intentar salvaguardarlos. Los libros duran más que las personas, es uno de los absurdos de la existencia y una de las grandezas de la palabra escrita, que puede ser aprovechada por nuestros sucesores.

P: 5

jueves, 20 de noviembre de 2025

PRESENTES (2024), DE PACO CERDÀ. UN FANTASMA DESPUÉS DE LA BATALLA.

Finalizada la Guerra Civil, en el otoño de 1939, se produjo un hecho singular, que solo había tenido un precedente en el peregrinaje de Juana la Loca con el cadáver de su esposo por los caminos de su Reino. Se trata del traslado a pie de los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera desde Alicante hasta El Escorial, donde se le había preparado una tumba en un lugar reservado a los Reyes. Se trata de un hecho verdaderamente notable, una procesión de muchos días en los que diferentes agrupaciones de falangistas se iban relevando para llevar los restos de su líder a hombros mientras pasaban por diferentes localidades que se engalanaban para la ocasión. El cortejo fúnebre era algo impresionante a la vez que grotesco en las circunstancias de una guerra fraticida recién acabada, en una época en la que el bando nacional se estaba ensañando en una depuración salvaje de los prisioneros del enemigo.

En realidad todo fue un macabro espectáculo orquestado por un Franco que quería consolidar su poder personal utilizando la figura de José Antonio, convirtiéndolo en un mito que se habría sacrificado para que fuera posible el nuevo Estado que se estaba construyendo. Se dio orden para que periódicos y radios glosaran al gran héroe que junto al Caudillo había hecho posible resurgir de la verdadera España. El autor transcribe muchos de estos elogios, escritos casi todos en un lenguaje pomposo e imperial muy propio de la época. El final fue apoteósico, incluyendo en el homenaje al fallecido representantes de la Italia fascista y de la Alemania nazi, que respaldaban con su presencia al nuevo caudillo de España.

Pero Presentes no se limita a una descripción minuciosa del cortejo fúnebre de José Antonio. Mira alrededor del mismo y se ocupa de la suerte de los vencidos, de aquellos que esperaban la muerte en prisiones miserables, de los que estaban escondidos como topos y de aquellos que habían tenido que emprender un doloroso exilio. Además, también se aproxima a los vencedores, a aquellos que habían bendecido su suerte en la victoria y aquellos que habían sido mutilados y prácticamente abandonados a su suerte, pese a haber luchado en el bando ganador. Paco Cerdà realiza un magnífico retrato de una época oscura, en la que la política del nuevo Estado era la de la venganza y en la que no podía haber esperanza de regreso a un régimen democrático que había fracasado también por sus errores internos. Es necesario asomarse a un libro que describe como pocos lo que significa una lucha fraticida y sus funestas consecuencias. 

domingo, 16 de noviembre de 2025

UN FANTASMA EN LA BATALLA (2025), DE AGUSTÍN DÍAZ YANES.

El estreno de está película ha venido marcado por las inevitables comparaciones que se han establecido con una que estuvo presente en los cines hace unos meses: La infiltrada, de Arantxa Echevarría, ya que cuentan con un argumento similar, aunque el tono sea distinto. Mientras La infiltrada tiene más características de thriller, aquí se pretende ofrecer un fresco histórico de un periodo determinado de la lucha contra ETA a través de la historia de Amaia, que permanece, sin desvelar nunca a sus compañeros terroristas su condición de guardia civil, más de una década como miembro de la banda terrorista. Lo más sugerente de Un fantasma en la batalla es que está mostrando un guerra oculta, que se producía mientras el resto de ciudadanos del país realizaba una vida normal, que se manifestaba de vez en cuando con feroces acciones que conmocionaban durante unos días a la opinión pública. Mientras tanto gente como la protagonista se jugaba la vida día a día intentando que los atentados fueran los menos posibles. Pero los personajes más interesantes de esta película son las dos mujeres de ETA que aparecen. Ambas con expresión amargada, resentidas y protagonistas de una lucha baldía cuyos frutos solo se manifestaban como un intenso dolor para ambas partes. Mujeres que se representan como la quintaesencia de lo fanático y que son capaces de sacrificar sus vidas y las de sus familias en pos de objetivos irreales mientras el pueblo al que dicen representar mira hacia otro lado y solo espera que llegue de una vez la anhelada paz.

P: 7

TIBURÓN (1975), DE STEVEN SPIELBERG.

Recuerdo que cuando vi esta película, de niño, por primera vez - supongo que sería en una reposición en el cine - me impactó tanto que incluso lei la novela de Peter Benchley, que se publicó un par de años antes de que se estrenara la película y que contiene una serie de tramas (alguna de carácter un tanto erótico) que se eliminan de la versión cinematográfica. Porque al joven Spielberg lo que le interesa es transmitir esa especie de terror primitivo que se apodera del espectador ante la amenaza de un monstruo que permanece casi todo el tiempo invisible. Un monstruo real, que existe en nuestros océanos, por lo que adquiere una dimensión única, hasta el punto de que, después del estreno de la película y de haberse convertido en una de las más taquilleras de la historia, la gente tenía miedo de bañarse en el mar. Aquí el ritmo de la narración está medido con sabiduría por Spielberg. La trama comienza con un ataque nocturno del tiburón, una escena muy cruda que sirve para que el espectador entre en materia de manera directa. Luego contemplamos el debate entre los partidarios de cerrar las playas y los que, liderados por el alcalde, no quieren echar a perder la temporada turística. Después veremos una escena que hoy en día sería impensable: la muerte de un niño, a plena luz del día, por el ataque del tiburón. La última parte será la dedicada a la caza del escualo, que es donde la película alcanza ya una tensión insoportable, entre otras cosas porque el espectador ya ha adquirido un cierto cariño a los tres valientes personajes que se han embarcado en su búsqueda. Tiburón es una película modélica, realizada sin muchos medios pero con un talento inmenso. Dio lugar a una serie de secuelas que ni siquiera se acercan a la calidad del original.

P: 9

sábado, 15 de noviembre de 2025

EL RUGIDO DE NUESTRO TIEMPO (2025), DE CARLOS GRANÉS. BATALLAS CULTURALES, TRIFULCAS POLÍTICAS.

Vivimos en un mundo muy extraño en el que los artistas se han vuelto moralistas y los políticos son unos transgresores que ofrecen espectáculos cada día más grotescos.  A raiz de fenómenos como el Me Too, el auge del feminismo y de los valores de una izquierda purista e identitaria han convertido a una buena parte de los componentes del mundo del arte y la cultura en unos moralistas insoportables: la idea de justicia, de ética, prevalece sobre la libertad del artista. La política en cambio es más que nunca un campo de batalla en el que todo vale. Personajes tan insólitos como Trump o Milei, que hace unos años hubieran parecido risibles a cualquier elector, suscitan pasiones inusitadas y adhesiones fervientes, quizá porque venimos de un tiempo de promesas incumplidas, de políticas que han favorecido sistemáticamente a los más poderosos en detrimento de una clase media que pierde poder adquisitivo y derechos a pasos agigantados:

"La política era ahora el campo de las bajas pasiones, de la teatralización del odio y del desprecio, de la performance agresiva y visceral que encarnaba la rabia contenida y la contagiaba. Su función era aglutinar a través de la animadversión y del resentimiento. Destruir un orden global liberal para que volvieran a imponerse los valores tradicionalistas, nacionalistas y religiosos, si quien hablaba era Javier Milei, Santiago Abascal o Donald Trump, destruir la oligarquía, a los conservadores, el neoliberalismo o la "fachosfera·, si quien hablaba era Petro, AMLO o Pedro Sánchez, Cambiaba el rol del político. Ahora importaba menos lo que hacía en la realidad, sus acciones concretas para resolver problemas, porque más relevante era la manera en la que intervenía en el mundo simbólico que se materializaba en pantallas y en las redes."

Quizá no somos conscientes, pero los asesores de los políticos ya no se encargan tanto de guiarlos en decisiones económicas, sociales o legislativas. Ahora lo importante es la construcción de un relato (en la mayoría de los casos ficticio y absolutamente interesado) que sea satisfactorio para la parroquia propia. No se quieren ganar batallas reales, que tengan que ver con los problemas que afectan a los ciudadanos en su día a día, sino simbólicas. El político tiene que tener un estilo reconocible y su actividad debe ser juzgada en las redes más que en el Parlamento. Si hay una crisis de la vivienda, por ejemplo, no se elabora un plan ambicioso de construcción de vivienda pública, sino que se lanza una campaña publicitaria asegurando al ciudadano que el gobierno ha hecho todo lo posible para resolver el problema (algo que casi nos remite a la célebre frase de Groucho Marx: "¿a quién va a creer usted, a mí o a sus propios ojos?") y se habilita un teléfono para que el afectado se empodere (otra de las grandes palabras grandilocuentes y vacías de contenido de nuestro tiempo) frente al inmenso problema que va a seguir ahí en los próximos años.

Cuando se le pregunta al gobierno por los casos de corrupción que empiezan a oler de forma insoportable, por los fallos en las pulseras de víctimas de violencia de género o por otros temas incómodos, las respuestas jamás serán concretas sino que remitirán a una conspiración de jueces y ultraderecha o negarán sistemáticamente los errores cometidos. Esta forma de actuar puede que salve al día a día, pero a medio plazo resulta demoledora para los intereses de los ciudadanos y del propio gobierno, ya que va a llegar el momento en el que tengan que responder, aunque sea delante de un juez. Nos han tocado vivir unos tiempos muy inquientantes, en el que la mentira descarada se ha instalado en la normalidad del discurso político y en el que empiezan a escucharse argumentos cada vez más aislacionistas en muchos países. Es un acierto que Granés dedique uno de sus capítulos a analizar a cada uno de los líderes políticos de la esfera hispanoamericana (incluyendo también a Donald Trump), llegando a conclusiones desoladoras con cada uno de ellos. Es lo que nos ha tocado vivir y el futuro no parece mucho mejor en un mundo cada vez más desesperanzado.

domingo, 9 de noviembre de 2025

CALLE RIVER, 99 (1953), DE PHIL KARLSON.

La vida de Ernie Driscoll está marcada por un combate de boxeo que protagonizó hace unos años. Esta es la escena con la que comienza Calle River, 99, mostrando esta pelea en la que el protagonista estuvo a punto de ganar el título, pero de la que salió perdedor y con una lesión en el ojo por la que tuvo que retirarse. Pronto nos damos cuenta de que el combate que estamos viendo - magníficamente filmado -  es una reproducción televisiva que el protagonista contempla como hipnotizado mientras su mujer le reprocha la vida austera que llevan. Y este va a ser el detonante de la trama de la película, una mujer irrespetuosa y poco agradecida que se siente atraída por un mafioso. Ernie descubre la infidelidad, justo en el momento en el que el mafioso ha protagonizado un robo con diamantes y está a punto de huir con ella. A partir de aquí se desarrolla una trama muy sorprendente que incluye un asesinato insólito. Al final Calle River, 99 es una obra modélica de cine negro con un protagonista (un taxista muy trabajador que anhela sus días de gloria en el ring), que es un tipo inocente que se ve arrastrado a enfrentarse a unos acontecimientos que le sobrepasan. Como suele suceder en las películas de este género, la sordidez de la ciudad es filmada de un modo casi documental.

P: 7

sábado, 8 de noviembre de 2025

A COMPLETE UNKNOWN (2024), DE JAMES MANGOLD.

En los últimos tiempos se han popularizado las películas que cuentan la vida de los grandes artistas musicales de las últimas décadas. He de reconocer que no soy un gran seguidor de Bob Dylan, pero su imagen de hombre enigmático, que ni siquiera se altera cuando se le otorga el premio Nobel de literatura, resulta bastante llamativa. Este es uno de los grandes temas de la película (su título alude a ello), la extraña personalidad del mito, un hombre de inmenso talento que obtuvo un merecido reconocimiento desde muy joven y que supo reiventarse en numerosas ocasiones, hasta el punto de dar lugar a esa curiosa escena en la que irrita al público de un festival folk tocando rock con su banda, mientras se muestra indiferente a los abucheos que provoca. Uno de los puntos fuertes de A complete unknown es su ambientación. La película nos muestra una época muy diferente a la actual, unos años sesenta en los que parece que las cosas eran más auténticas y se vivía de forma mucho más intensa, una época en la que los artistas exploraban nuevos caminos y no les importaba arriesgarse frente a los gustos de su público. A pesar de no ser exactamente una película épica, la propuesta de Mangold consigue enganchar inmediatamente al espectador y despertar su interés por su enigmático protagonista, interpretado de manera muy solvente por Timothée Chalamet.

P: 7

TRAS EL VERANO (2025), DE YOLANDA CENTENO.

En este mundo repleto de rupturas de pareja y de divorcios, la situación en la que quedan los hijos tras una situación así, es ciertamente complicada, puesto que empiezan a compartir su tiempo con dos familias diferentes. En esta película el conflicto viene de la necesidad de Paula, la nueva pareja de Raúl, de desarrollar su afectividad por un hijo que no es suyo biológicamente. Ambos se llevan muy bien y se quieren, pero ella sabe que en cierto modo es una intrusa en la búsqueda de cariño por parte del niño. Lo que podría haber sido una historia interesante se convierte en un drama en el que los personajes no evolucionan, pues parecen afectados por un eterno bucle de amargura. Lo cierto es que ciertos aspectos de la vida moderna fomentan estos sentimientos: la esclavitud laboral, la falta de horizontes y las difíciles relaciones con su expareja hacen de Raúl un ser amargado. Tras el verano (título que hace referencia a la melancolía que produce el fin de las vacaciones y la vuelta a la terrible rutina) desarrolla estos temas de forma insatisfactoria, de manera bastante aburrida y repetitiva y no ofrece muchos incentivos al espectador para hacer llevadera esta historia que cuenta con un buen planteamiento, pero que carece de buen nudo y desenlace.

P: 3

domingo, 2 de noviembre de 2025

HAY UN CAMINO A LA DERECHA (1953), DE FRANCISCO ROVIRA.

Hay un camino a la derecha es una de esas películas del cine español que desconciertan por el drama social que reflejan, el de una España mísera en la que los pobres solo pueden aspirar a sobrevivir, no a prosperar. La película adopta desde el principio un acertado tono neorrealista en el que las imágenes de las calles del Raval, del puerto de Barcelona y de las chabolas de Somorrostro son casi tan importantes como las acciones de los personajes. Aquí se cuenta una historia tremendamente trágica, que comienza con el protagonista despidiéndose de su duro empleo de marino y volviendo a casa con su mujer y su hijo en una Barcelona tremendamente sórdida. A partir de aquí, Miguel debe resolver sus problemas económicos y de dignidad, por lo que entrará en una espiral que le llevará al crimen (algo que recuerda bastante al argumento de Surcos). Aunque la película quiere lanzar ciertos mensajes morales en forma de diálogos muy artificiales entre la pareja protagonista, lo cierto es que la conclusión que saca el espectador es bastante desoladora, puesto que la historia refleja una ciudad siniestra y sin oportunidades para los más desafortunados, un reflejo realista de la España de la época, que todavía era época de hambre y privaciones para gran parte de la población. Además de como una historia muy bien rodada y creíble (a pesar de los añadidos edulcorantes), Hay un camino a la derecha puede contemplarse como un estupendo documento histórico.

P: 7

sábado, 1 de noviembre de 2025

UNA CASA LLENA DE DINAMITA (2025), DE KATHRYN BIGELOW.

Hace unos meses reseñé aquí mismo un libro magnífico de Annie Jacobsen, titulado Guerra nuclear. Los creadores de esta película han debido leerlo también, puesto que plasma perfectamente en imágenes el escenario que propone Jacobsen: el de un ataque nuclear imprevisto que desencadene en minutos la Tercera Guerra Mundial, lo que podría significar el fin de nuestra civilización. Como sucede en el libro, Una casa llena de dinamita pone énfasis en el escaso margen temporal de respuesta que supone una agresión de estas características, una respuesta protagonizada por una serie de funcionarios de Defensa que buscan desesperadamente a sus líderes para que decidan en minutos qué hay que hacer en una situación así, una situación inimaginable por mucho que la hayan simulado en cientos de ocasiones. Como el margen temporal es tan escaso, Bigelow enseña sucesivamente los mismos acontecimientos desde diferentes puntos de vista. El resultado causa mucha más sensación de terror que cualquier película moderna del género, puesto que en pantalla se está mostrando una posibilidad real que está presente en la agenda de nuestros políticos, aunque no se enseñen imágenes apocalípticas. Al final lo que retrata Una casa llena de dinamita es a seres humanos tratando de asimilar el fin del mundo y tomando decisiones imposibles, incluyendo al mismísimo presidente de Estados Unidos, al que los acontecimientos le sorprenden en un evento baloncestístico con adolescentes, algo que recuerda mucho al George Bush del 11 de septiembre. Una película que quiere ser absolutamente realista y veraz que, por cierto, ha sido criticada por el Pentángono.

P: 7

HORIZONTES DEL OESTE (1952), DE BUDD BOETTICHER.

Dos hermanos vuelven a su hogar después de participar en la Guerra Civil americana. Han formado parte del bando perdedor, pero regresan con cierta dignidad después de años de dura lucha. El hermano joven, un idealista, vuelve contento porque ha peleado por lo que creía y espera volver a trabajar las tierras familiares como vaquero. El hermano mayor es mucho más ambicioso, quiere enriquecerse rápidamente aprovechando las oportunidades de negocio que observa en su entorno. A partir de aquí Boetticher, con gran economía de medios, construye un relato ejemplar en el con unos pocos trazos define a unos personajes complejos con unas motivaciones bien establecidas. Desde luego el papel más agradecido es el de Robert Ryan, un tipo decente y ambicioso que va corrompiéndose hasta convertirse en un criminal debido a haber contraído una importante deuda de juego y haberse enamorado de la esposa de su acreedor. Una muestra más del talento de Boetticher, que era capaz de rodar unas películas en las que no falta ni sobra nada y que se han convertido en auténticos clásicos del género.

P: 7