domingo, 2 de noviembre de 2025

HAY UN CAMINO A LA DERECHA (1953), DE FRANCISCO ROVIRA.

Hay un camino a la derecha es una de esas películas del cine español que desconciertan por el drama social que reflejan, el de una España mísera en la que los pobres solo pueden aspirar a sobrevivir, no a prosperar. La película adopta desde el principio un acertado tono neorrealista en el que las imágenes de las calles del Raval, del puerto de Barcelona y de las chabolas de Somorrostro son casi tan importantes como las acciones de los personajes. Aquí se cuenta una historia tremendamente trágica, que comienza con el protagonista despidiéndose de su duro empleo de marino y volviendo a casa con su mujer y su hijo en una Barcelona tremendamente sórdida. A partir de aquí, Miguel debe resolver sus problemas económicos y de dignidad, por lo que entrará en una espiral que le llevará al crimen (algo que recuerda bastante al argumento de Surcos). Aunque la película quiere lanzar ciertos mensajes morales en forma de diálogos muy artificiales entre la pareja protagonista, lo cierto es que la conclusión que saca el espectador es bastante desoladora, puesto que la historia refleja una ciudad siniestra y sin oportunidades para los más desafortunados, un reflejo realista de la España de la época, que todavía era época de hambre y privaciones para gran parte de la población. Además de como una historia muy bien rodada y creíble (a pesar de los añadidos edulcorantes), Hay un camino a la derecha puede contemplarse como un estupendo documento histórico.

P: 7

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