Nueva lectura que realizo del clásico de George Orwell, también esta vez para un taller de lectura. Esta vez he intentado centrarme más en la figura de Winston Smith, tratando de identificarme con él, con sus sentimientos de total opresión y de impotencia. Porque Smith trata de comprender de dónde ha salido ese mundo de pesadilla en el que está obligado a habitar y no puede hacerlo, puesto que el pasado es alterado continuamente por ese Ministerio para el cual trabaja. Pero lo más monstruoso es que la respuesta solo puede ser - según el Estado de cosas imperante - es que él está loco y el resto de personas, que es capaz de doblepensar, está cuerda, por lo que debe ser sometido a tratamiento. El tratamiento es una terrible tortura que concluirá con un drástico lavado de cerebro que llegará al punto de quitarle su bien más preciado: el amor que siente por Julia, la otra rebelde, de índole mucho menos intelectual, pero igualmente con anhelos profundos de libertad que no pueden ser tolerados de ningún modo por este Estado ultratotalitario. Es un poco estremecedor que fuera en nuestro país donde Orwell sacara todas las enseñanzas que le llevaron a escribir el documento más terrible del siglo XX, que sigue influyendo plenamente en el pensamiento de hoy.
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