lunes, 29 de agosto de 2022

EL PRÓXIMO AÑO, A LA MISMA HORA (1978), DE ROBERT MULLIGAN.

En el año 1951, George y Doris se conocen por casualidad al estar alojados en el mismo Motel. Entre ellos surgen un repentino y sorprendente flechazo que los lleva a compartir habitación esa misma noche. A partir de aquí, estas dos personas de caracteres antagónicos quedarán en verse todos los años el mismo fin de semana para vivir una historia de amor adúltero en pequeñas dosis. La película va mostrando, a través de estos encuentros entre ellos situados en diferentes años, una evolución de personajes que va a la par de la agitada historia de Estados Unidos en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta. Este es un planteamiento que recuerda poderosamente al de Avanti! de Billy Wilder, aunque se trata de películas muy distintas. El próximo año, a la misma hora tiene un tono mucho más melodramático cuyas escenas transcurren casi todo el tiempo en una habitación de Motel que se va convirtiendo poco a poco en un hogar provisional para George y Doris. Hay que decir que la película va ganando conforme transcurren los minutos y los personajes van cambiando por circunstancias ajenas a la relación anual, pero eso nunca impide que se mantenga la fidelidad de esas reuniones. Pese a este delicioso planteamiento y las posibilidades del mismo, la obra de Mulligan no termina nunca de funcionar del todo, quizá porque se convierte en algo muy teatral y repleto de elipsis, aunque el conjunto final deja un razonable buen sabor de boca.

P: 6

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