lunes, 12 de enero de 2009
PALESTINA, EN LA FRANJA DE GAZA, DE JOE SACCO. MÁS NECESARIO QUE NUNCA.
""Cuando sospechamos que hay un miliciano en una casa disparamos un misil, después dos proyectiles de artillería y luego la excavadora derriba las paredes". La explicación es de un mando militar israelí a la prensa de este país. Y pone de manifiesto la brutalidad de la agresión: la sospecha es suficiente para arrasar con lo que sea. No es de extrañar, pues, que las muertes de inocentes se disparen. Una familia perdió a 31 de sus miembros en una sola operación. "Desde nuestro punto de vista, ser cuidadoso significa ser agresivo", añadió el militar. La atrocidad es bien recibida si se trata de limitar la cifra de uniformados (israelies) muertos..."
La cita es de El País de el pasado 8 de enero. La guerra continúa a día de hoy y los palestinos muertos seguirán siendo muchos más que los uniformados. En 1992, el periodista Joe Sacco comenzó a publicar un cómic basado en sus experiencias en Palestina, en la época de la intifada. Todavía hay personas que creen que el comic es un medio de expresión infantil, incapaz de transmitir ideas o innovar. Cuando una película es despreciable se dice que tiene "estética de cómic" o que "el guión parece sacado de un cómic". Si estos críticos tuvieran a bien leer obras como este "Palestine" quizá cambiarían algunos de sus criterios.
El cómic, como cualquier arte, está lleno de porquerías y obras funestas, pero también tiene sus obras maestras. No se puede meter todo en el mismo saco. Si habláramos de la literatura a partir de la lectura de novelitas del oeste o del cine a partir del visionado de un ciclo completo de Fernando Esteso, también diríamos que son artes deplorables. Afortunadamente el cómic está saliendo de la marginalidad en la que ha estado demasiado tiempo y comienza a ser algo prestigioso. Incluso en la revista del Círculo de Lectores empiezan a ofertarse comics: últimamente lo han hecho con Persépolis y Mauss, ambos absolutamente recomendables.
Respecto a la obra de Joe Sacco, pocas veces se utilizan tan magistralmente las posibilidades expresivas que da el noveno arte para denunciar una situación. El protagonista es él mismo, viajando por la franja de Gaza y siendo testigo del infierno cotidiano que han de sufrir los palestinos: vigilados por los soldados hebreos con controles rutinarios y humillantes, viviendo en campamentos de refugiados, sin trabajo, sin futuro, sin esperanzas, teniendo que abandonar sus tierras para dejar paso a asentamientos israelies. La lectura de esta obra deja entrever que pocas posibilidades caben de paz entre israelies y palestinos. Israel es el amo de la situación y quien afixia cotidianamente a Gaza, haciendo todo lo posible por que no progrese ni social ni económicamente. Es raro encontrar en el cómic un palestino que no tenga una historia triste que contar: madres que han perdido a sus hijos, viejos que recuerdan como tuvieron que abandonar sus pueblos en 1948, jóvenes sometidos a torturas... Una situación límite que se va a ver más agravada, si cabe, con la injustificable y bárbara agresión a la que se está viendo sometida Gaza en la actualidad. Ya no podrá levantar cabeza en décadas. A sus habitantes solo les quedará como opciones la emigración (si esto fuera posible), la miseria absoluta o el terrorismo suicida. Desgraciadamente la política de Israel es una fábrica de desesperados. Estas "guerras contra el terrorismo", no hace más que fomentarlo. Cuando suceda un nuevo atentado sangriento, Israel justificará nuevas acciones, que justificarán nuevos atentados... El círculo vicioso de la violencia, muy difícil de romper.
Lean si pueden este cómic (publicado por Planeta De Agostini), disfruten de su dibujo, de sus detalladas descripciones, de las vivencias de un periodista que viaja hasta el último rincón del infierno para comprender mejor lo que está sucediendo. Desde aquí mi humilde apoyo al pueblo palestino. Ojalá algún día pueda levantar cabeza y pueda disfrutar de una paz con dignidad. Como dice el propio autor en el prólogo: "Los pueblos palestino e israelí continuarán mantándose entre sí en un conflicto de baja intensidad o con una violencia desgarradora (con hombres bomba o helicópteros armados o bombardeos) hasta que este hecho central (la ocupación israelí) se trate como un tema de ley internacional y de derechos humanos básicos."
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