Porque la inmortalidad ha sido un sueño humano desde que éste empezó a pensar racionalmente, primero como ficción y mucho después como posibilidad científica, hoy día todavía descartada por casi todos los biólogos: la muerte de las células y el deterioro progresivo de nuestros cuerpos es un proceso hoy por hoy irreversible y demasiado complejo como para poder ser evitada, ni siquiera por la medicina futura que sí que conseguirá, seguramente, que podamos vivir muchos más años de lo que lo hacemos en la actualidad.
Ricard Solé deja claro desde el principio del libro que no existe una sola definición de muerte, porque también dejarán de existir, además de los seres humanos, las ciudades, las civilizaciones o la inteligencia artificial más avanzada que podamos crear en un futuro próximo. El mito del doctor Frankenstein está lejos de cumplirse en nuestra realidad, esa pretensión de luchar contra lo que nos parece injusto, contra esa idea insoportable de nuestra propia extinción, aunque es seguro que el espíritu humano jamás dejará de tener esperanzas y seguirá retando a la señora de la guadaña, esa gran igualadora que nos aboca a todos al mismo triste destino.
A esta entrada voy a responder con otra
ResponderEliminarhttps://tigrero-literario.blogspot.com/2013/04/es-imposible-desligar-la-vida-que.html