Ahora que la guerra ha vuelto a tomar triste protagonismo en la actualidad mundial, conviene recordar que en tiempos muy recientes Europa padeció un conflicto muy cruel en su mismo corazón. Un conflicto auspiciado por un nacionalismo ciego que consiguió que, prácticamente de un día para otro, vecinos que habían convivido pacíficamente durante décadas se convirtieran en enemigos acérrimos. La masacre de Srebrenica fue uno de los más terribles episodios de la Guerra de los Balcanes. Se trató del acto de genocidio más importante en continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial y fue llevado a cabo ante las mismas narices de unas tropas de Naciones Unidas que apenas supieron reaccionar ante la decisión firme del general Mladic de llevar a cabo la limpieza étnica que deseaba para la ciudad. Quo vadis, Aida? relata de manera muy cruda la impotencia de una traductora de la ONU que asiste a la preparación de la masacre y sus intentos de salvar a su marido e hijos. Zbanic ofrece imágenes verdaderamente estremecedoras que narran de forma extremadamente realista el ambiente de pesadilla que se organizó en torno al cuartel general de la ONU en la zona, con cientos de inocentes buscando protección, mientras las tropas de Mladic se sentían las intocables dueñas de la situación. El espectador no puede sino contemplar la película con el corazón en un puño y sentirse identificado con estas pobres gentes que, solo unos meses antes, gozaban de una existencia muy similar a la de otros países de occidente y en sus mentes la posibilidad de sufrir una guerra - y menos una tan cruel como esa - estaba tan alejada como puede estarla a día de hoy en las nuestras.
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