domingo, 30 de noviembre de 2025

PRIMAVERA REVOLUCIONARIA (2023), DE CHRISTOPHER CLARK. LA LUCHA POR UN MUNDO NUEVO, 1848-1849.

En el último curso del Instituto se nos impartía una asignatura de Historia Contemporánea. Uno de los temas que había que estudiar era el de las Revoluciones de 1820, 1830 y 1848, como un conjunto de acontecimientos históricos con conexiones entre sí. En este monumental libro, el historiador Christopher Clark pone en su contexto la última de ellas y no lo hace como un todo, sino como una serie de revoluciones de carácter estrictamente local que involucró a un gran número de territorios de Europa, pero que no se encontraban coordinadas entre ellas, por mucho que terminaran influyendo unas en otras, dado el ambiente de ebullición que por diferentes motivos existía en los diferentes lugares donde se produjeron los levantamientos:

"Las coincidencias son llamativas. Las mismas palabras resonaron por todas partes: Constitución, libertad, libertad de prensa, asociación y reunión, guardia civil (o nacional), reforma electoral: este era el icono liberal de la Europa del siglo XIX, fruto de décadas de conversaciones internacionales. Ninguna de estas revoluciones –con la posible excepción de los levantamientos fallidos de Madrid– fue la consecuencia de planes conspiratorios. Ninguna estuvo dominada por un solo grupo. Los «revolucionarios» de 1848 no fueron ejecutores de un plan, sino improvisadores, para quienes el presente era una frontera expuesta. Tenían en común un fuerte sentido de su posición en una época concreta, la edad de la «servidumbre» –según la histriónica calificación de Paul Boerner– inaugurada por el Tratado de Viena de 1815. La rapidez de la victoria fue asombrosa y la euforia que siguió, comprensible. Pero quedaba una infinidad de problemas, quehaceres que ejercerían una presión de urgencia en los diversos teatros de la revolución. ¿Cómo llevar a cabo negociaciones con monarcas que permanecían en sus respectivos tronos y mantenían el control de las fuerzas armadas? Esta fue una cuestión especialmente apremiante en los territorios de los Habsburgo, Prusia y muchos de los estados alemanes e italianos, donde el afecto por el monarca o el respeto hacia la institución que representaba seguían muy arraigados entre la población. ¿Quién debía velar por el orden público en lugares donde las estructuras policiales habían sido desmanteladas o sustituidas por aficionados entusiastas? ¿Cómo conciliar la «revolución política», tan apreciada por los liberales urbanos, con los llamamientos a la «revolución social» que emanaban de los radicales, o de los trabajadores de los suburbios conflictivos? ¿Hasta dónde debía ampliarse el derecho al voto? ¿De dónde obtendría dinero el gobierno posrevolucionario? ¿Cómo conseguir que unas insurrecciones tan sumamente locales en sus intereses se fusionaran para sustentar esfuerzos regionales o nacionales más amplios? ¿Cuándo debería ceder la política de compromisos ante un enfrentamiento armado?"

Bien es cierto que el balance final para muchas de ellas es de fracaso, ya que la reacción de los poderes imperantes fue implacable, pero muchas de sus reivindicaciones debieron ser tenidas en cuenta a corto o medio plazo, ya que habían calado de manera irreversible en amplias capas de la sociedad, muchos de cuyos miembros se habían jugado la vida por sus ideales. Y dichas reivindicaciones no eran solo de carácter nacionalista o liberal, como comúnmente se cree, sino que Clark incorpora muchas otras dependiendo de los territorios donde se produjeran las insurrecciones: socialismo, abolicionistas de la esclavitud o defensores de la igualdad frente a los abusos al pueblo judío. Es tal la complejidad de los acontecimientos que sucedieron en aquellos dos años en Europa que ha habido que escribir un volumen tan amplio como éste para intentar dar cabida a todos. Pero Clark no se conforma con la descripción de acontecimientos históricos y luchas callejeras, sino que su mirada intenta abarcar hasta la más mínima anécdota de lo que sucedió aquellos días y describe a personajes históricos y a gente anónima, valiéndose de un impresionante conjunto de fuentes. Lo que más impresiona son los esbozos biográficos de algunos luchadores por la libertad que estuvieron presentes en varios países armados con un idealismo a prueba de balas.

Primavera revolucionaria es una muy completa crónica de unos acontecimientos casi inabarcables por su complejidad. Christopher Clark acaba reivindicando su legado: a pesar del aparente fracaso de las revoluciones, muchos territorios debieron adaptarse y modernizar sus instituciones a través de la redacción de nuevas constituciones y apertura del parlamentarismo a una representación más extensa de distintas clases sociales, algo que sucedió en lugares como Dinamarca o Países Bajos. Además, todos estos acontecimientos quedaron en la memoria colectiva como episodios heroicos de lucha por la libertad, algo que sirvió para afianzar posteriores reivindicaciones de carácter liberal.

sábado, 29 de noviembre de 2025

ANATOMÍA DE UN INSTANTE (2025), DE ALBERTO RODRÍGUEZ.

Nuestro país tiene una historia impresionante que no se ha aprovechado lo suficiente como material para realizar buenas películas y series. Uno de los hechos contemporáneos capitales es el asalto al Congreso el 23 de febrero de 1981, unos hechos que todavía suscitan controversia, sobre todo por la participación (o al menos inspiración) del Rey en los mismos. Aquí se parte de un material tan valioso como el libro de Javier Cercas para ofrecer el retrato de tres personajes que el escritor define como "héroes de la retirada": Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo, tres hombres que tuvieron que traicionar sus ideales, con lo que ello conlleva en términos de descrédito, con el fin de fomentar un bien mayor: la consolidación de la democracia en nuestro país. La perfecta elección de los actores que los interpretan y la cuidada ambientación hacen que esta serie refleje de manera perfecta no solo unos hechos, sino el ambiente de una época en la que España se asomaba al abismo de un nuevo régimen autoritario y quien sabe si a una nueva Guerra Civil. Suárez es retratado como el hombre clave de la Transición que fue desechado por el Rey una vez que había cumplido su misión. Carrillo es el viejo político que vuelve a España poniendo en peligro su vida para que su partido pueda aprovechar el momento histórico para volver a ser hegemónico en la izquierda. Gutiérrez Mellado es el militar que traiciona los principios franquistas por fidelidad a una idea de democracia y - sobre todo - a quien se está dejando el pellejo por construir la misma. Estas vidas confluyen en el momento decisivo del asalto al Congreso: ninguno de los tres se amedrentó cuando los guardias civiles empezaron a disparar al techo y permanecieron impasibles (quizá salvaguardando la dignidad de un país en sus peores horas) frente a su posible muerte. Una de las mejores series españolas de los últimos años que debería servir de guia acerca de cómo contar nuestros numerosos episodios históricos de una manera imparcial y verosímil.

P: 8

FRANKENSTEIN (2025), DE GUILLERMO DEL TORO.

El interés de Guillermo del Toro por la inmortal novela de Mary Shelley ya se atisbaba en su anterior obra, Pinocho, ya que existían referencias a la misma en la creación del muñeco de madera. Frankenstein es la grandiosa historia de cómo un creador reniega de su creación y de cómo esta criatura va pasando de una inocencia absoluta a un absoluto deseo de venganza. Del Toro ha plasmado esta narración de imágenes muy impactantes y ha desarrollado de manera muy efectiva una biografía del doctor Frankenstein, por lo que entendemos mucho mejor su personalidad y sus ambiciones a través de las difíciles relaciones con su padre (algo que anticipa las propias con su hijo). Aunque al principio sus intenciones son nobles - aunque las presente casi como un showman ante la comunidad científica - pronto tratará a su criatura más como un logro propio que cómo un ser sintiente, por lo que la rebajará a un estado cercano a la esclavitud. Uno de los puntos flacos de la película es la relación de la criatura con la esposa del hermano de Frankenstein, del todo inverosímil, ya que se intenta que ella sea el personaje humanista, que advierte de manera espontánea su verdadera naturaleza y deja atrás inmediatamente cualquier prevención al acercarse a un ser tan insólito. Sí que es muy acertado el comienzo de la película, en ese escenario hostil repleto de hielo, en el que la aparición de la criatura es verdaderamente terrorífica: así la ven las humanos después de haber pasado por varios traumas que se irán contando posteriormente. Frankenstein tiene, en suma, la acertada estructura de unas vidas paralelas - creador y criatura - que se muestran de manera muy cruda al espectador, a la vez que el director otorga a su película un tono casi onírico muy adecuado para contar esta historia.

P: 8

sábado, 22 de noviembre de 2025

SIN PERDÓN (1992), DE CLINT EASTWOOD.

Uno de los grandes prodigios del cine de los años noventa fue esta revitalización y puesta al día de un género que se creía extinto. No es que desde entonces se haya sucedido un torrente de películas del oeste, pero Sin perdón demostró que se podía dar una vuelta de tuerca a uno de los géneros más populares. Aquí no existe el heroísmo, la historia es absolutamente sórdida y por ello absolutamente realista. El protagonista no es un héroe, ni siquiera un antihéroe. Se trata de un antiguo asesino despiadado y cruel que redimió su existencia gracias al amor de una mujer que murió hace pocos años. Vive retirado en una pobre granja con sus hijos, tratando de llevarla adelante entre enfermedades de los animales y grandes cantidades de estiércol. Por eso, cuando se le ofrece la oportunidad de volver, aunque sea brevemente, a su antigua vida, la tentación será demasiado fuerte, puesto que comprende que todo era más fácil en aquellos días, pues solo se trataba de apretar el gatillo y emborracharse. En cierto modo, a William Munny se le convoca para hacer justicia, como un demonio vengador que tiene que ajustar la cuentas a quienes han marcado horriblemente el rostro de una prostituta. Todo es deshumanizador en el oeste que refleja Clint Eastwood. Las prostitutas son mera mercancía cuyo daño el consumidor debe compensar económicamente. La justicia está representada por un sheriff corrupto y violento que decide lo que es la ley con su mera voluntad, por lo que las víctimas deben recurrir a peligrosos forajidos para encontrar su anhelada venganza. Sin perdón está rodada por un Clint Eastwood en estado de gracia que retrata magistralmente a unos personajes que experimentan reacciones muy humanas frente al mundo violento en el que se ven inmersos. Una película que puede contemplarse una y otra vez sin que pierda un ápice de su fuerza y autenticidad.

P: 10

UNA BONITA MAÑANA (2022), DE MIA HANSEN-LOVE

La premisa con la que se inicia esta película es tan terrible que le puede pasar a cualquiera: la protagonista tiene que hacerse cargo de los cuidados de un padre que sufre una severa enfermedad neurodegenarativa, un antiguo profesor de filosofía que contempla desolado como se le va escapando la memoria mientras contempla su nutrida biblioteca, símbolo de tiempos mejores. Quizá para refugiarse de esta situación Sandra, que es una viuda joven, empieza una relación con un hombre casado. Todo en esta película apela a lo coditiano, a que el espectador se pueda ver reflejado en las circunstancias que tiene que vivir la protagonista, sus buenos y sus malos momentos. Mi escena favorita, que también tiene algo de siniestro, es el reparto de la biblioteca del fallecido profesor entre algunos de sus antiguos alumnos. Es como recoger fragmentos de una persona e intentar salvaguardarlos. Los libros duran más que las personas, es uno de los absurdos de la existencia y una de las grandezas de la palabra escrita, que puede ser aprovechada por nuestros sucesores.

P: 5

jueves, 20 de noviembre de 2025

PRESENTES (2024), DE PACO CERDÀ. UN FANTASMA DESPUÉS DE LA BATALLA.

Finalizada la Guerra Civil, en el otoño de 1939, se produjo un hecho singular, que solo había tenido un precedente en el peregrinaje de Juana la Loca con el cadáver de su esposo por los caminos de su Reino. Se trata del traslado a pie de los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera desde Alicante hasta El Escorial, donde se le había preparado una tumba en un lugar reservado a los Reyes. Se trata de un hecho verdaderamente notable, una procesión de muchos días en los que diferentes agrupaciones de falangistas se iban relevando para llevar los restos de su líder a hombros mientras pasaban por diferentes localidades que se engalanaban para la ocasión. El cortejo fúnebre era algo impresionante a la vez que grotesco en las circunstancias de una guerra fraticida recién acabada, en una época en la que el bando nacional se estaba ensañando en una depuración salvaje de los prisioneros del enemigo.

En realidad todo fue un macabro espectáculo orquestado por un Franco que quería consolidar su poder personal utilizando la figura de José Antonio, convirtiéndolo en un mito que se habría sacrificado para que fuera posible el nuevo Estado que se estaba construyendo. Se dio orden para que periódicos y radios glosaran al gran héroe que junto al Caudillo había hecho posible resurgir de la verdadera España. El autor transcribe muchos de estos elogios, escritos casi todos en un lenguaje pomposo e imperial muy propio de la época. El final fue apoteósico, incluyendo en el homenaje al fallecido representantes de la Italia fascista y de la Alemania nazi, que respaldaban con su presencia al nuevo caudillo de España.

Pero Presentes no se limita a una descripción minuciosa del cortejo fúnebre de José Antonio. Mira alrededor del mismo y se ocupa de la suerte de los vencidos, de aquellos que esperaban la muerte en prisiones miserables, de los que estaban escondidos como topos y de aquellos que habían tenido que emprender un doloroso exilio. Además, también se aproxima a los vencedores, a aquellos que habían bendecido su suerte en la victoria y aquellos que habían sido mutilados y prácticamente abandonados a su suerte, pese a haber luchado en el bando ganador. Paco Cerdà realiza un magnífico retrato de una época oscura, en la que la política del nuevo Estado era la de la venganza y en la que no podía haber esperanza de regreso a un régimen democrático que había fracasado también por sus errores internos. Es necesario asomarse a un libro que describe como pocos lo que significa una lucha fraticida y sus funestas consecuencias. 

domingo, 16 de noviembre de 2025

UN FANTASMA EN LA BATALLA (2025), DE AGUSTÍN DÍAZ YANES.

El estreno de está película ha venido marcado por las inevitables comparaciones que se han establecido con una que estuvo presente en los cines hace unos meses: La infiltrada, de Arantxa Echevarría, ya que cuentan con un argumento similar, aunque el tono sea distinto. Mientras La infiltrada tiene más características de thriller, aquí se pretende ofrecer un fresco histórico de un periodo determinado de la lucha contra ETA a través de la historia de Amaia, que permanece, sin desvelar nunca a sus compañeros terroristas su condición de guardia civil, más de una década como miembro de la banda terrorista. Lo más sugerente de Un fantasma en la batalla es que está mostrando un guerra oculta, que se producía mientras el resto de ciudadanos del país realizaba una vida normal, que se manifestaba de vez en cuando con feroces acciones que conmocionaban durante unos días a la opinión pública. Mientras tanto gente como la protagonista se jugaba la vida día a día intentando que los atentados fueran los menos posibles. Pero los personajes más interesantes de esta película son las dos mujeres de ETA que aparecen. Ambas con expresión amargada, resentidas y protagonistas de una lucha baldía cuyos frutos solo se manifestaban como un intenso dolor para ambas partes. Mujeres que se representan como la quintaesencia de lo fanático y que son capaces de sacrificar sus vidas y las de sus familias en pos de objetivos irreales mientras el pueblo al que dicen representar mira hacia otro lado y solo espera que llegue de una vez la anhelada paz.

P: 7