viernes, 15 de agosto de 2025

LOS AÑOS NUEVOS (2024), DE RODRIGO SOROGOYEN.

La premisa de la última serie de Sorogoyen es muy original: retrata la relación entre dos personas durante diez años, retratando sus encuentros y desencuentros en una fecha muy determinada: Nochevieja y Año nuevo, por lo que cada capítulo corresponde a un año, comenzando con la Nochevieja de 2014 hasta llegar a la última que hemos vivido. Está claro desde su primer encuentro que Óscar y Ana se atraen, y no solo desde el punto de vista sexual, pero las inseguridades de él y la inconstancia de ella en diferentes aspectos de su vida, harán que la relación sufra unos tremendos altibajos de los que será testigo el espectador a través de los años. La mayor virtud y a la vez la mayor limitación de Los años nuevos es precisamente el tener que mostrar la historia con esos tremendos saltos temporales. Al principio de cada capítulo estamos desconcertados, porque no sabemos muy bien qué es lo que ha sucedido en los anteriores doce meses y poco a poco se va dejando información de manera inteligente para completar las lagunas. La vocación de la serie es plenamente realista, por lo que las interpretaciones y las situaciones intentan ser cotidianas, muy naturales, hasta el punto de que cualquiera puede sentirse identificado en algunas de ellas. La forma de rodar de Sorogoyen ayuda a que la narración fluya y, sorprendentemente, un producto con unas reglas tan aparentemente enconsertadas consigue ser ágil y adictivo. Los años nuevos no alcanza el nivel de excelencia de Antidisturbios, pero consigue un relato generacional muy logrado.

P: 7

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