Comedia romántica que consigue distanciarse de los tópicos del género a través de una mirada irónica bastante interesante. Steve Carell interpreta al típico padre de familia de mediana edad en crisis matrimonial que intenta compensar sus desgracias a través de una especie de deconstrucción personal - y estética - a cargo de un joven guapo y triunfador al que conoce en una noche de borrachera. La película se ve con agrado en todo momento y aunque muchas de sus subtramas no sean en absoluto creíble el tono general de la misma consigue que dicha circunstancia no moleste al espectador. A pesar de su voluntad levemente provocadora, el final de Crazy stupid love es bastante conservador, una situación en la que se intenta que las aguas vuelvan a su cauce y todos los personajes hayan aprendido tolerancia a través de sus diversas experiencias. Un buen divertimento para una tarde de domingo.
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