Película famosa ante todo porque dio pie a una colaboración - fallida, todo hay que decirlo - entre Alfred Hitchcock y Salvador Dalí. Recuerda contaba con todos los ingredientes para haber sido una obra muy superior a la que terminó siendo, sobre todo por el muy deficiente y poco creíble guion de Ben Hecht, que utiliza las teorías del psicoánalisis de modo caprichoso para construir una historia muy mal resuelta. Con todo, el genio de Hitchcock asoma en ciertos momentos muy conseguidos: el beso de los protagonistas con esas puertas abriéndose sucesivamente o los planos subjetivos del vaso y la pistola. Cuando llega el momento culminante, el sueño diseñado por Salvador Dalí, se nota que sufrió agudos recortes y que nada quedó como lo concibió originalmente el genio de Figueras, aunque el conjunto consiga transmitir algo muy inquietante al espectador. Se nota mucho que Recuerda nació lastrada por los encontronazos entre Hitchcock y el productor David O. Selznick, que quería que las películas que financiaba llevaran su marca, no la del director que las rodaba.
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