lunes, 29 de abril de 2013
DIOS EN PERSONA (2009), DE MARC-ANTONIE MATHIEU. EL TODOPODEROSO ENTRE NOSOTROS.
¿Qué haría usted si un buen día anunciaran en el telediario que Dios ha venido a hacernos una visita? Seguramente de la incredulidad pasaría rápidamente a la estupefacción. El Todopoderoso que nos presenta Mathieu es un anciano de rostro cansado y lenguaje enigmático en el que los sabios atisban rasgos divinos. Pronto es Dios el que se va a tener que enfrentar a los humanos tanto como los humanos a Dios, porque todo se reduce a un inmenso juego de preguntas y respuestas en el que imperan los claroscuros. Dios no puede respondernos porque su sabiduría es infinita y no podemos asimilarla. O porque es un misterio tan insondable que ni él mismo puede explicarse.
Así pues, este personaje tan misterioso y tan profundamente metafísico que dice ser Dios tiene que someterse a los caprichos humanos, por lo que es sometido a un juicio tan complejo que deja en pañales al proceso de Nuremberg, donde lo enfrentan al computador más potente del mundo ante la expectación de millones de seres humanos, para los que Dios se ha convertido en una tendencia, en un trending topic, como se dice ahora. Entonces, a Dios lo único que le queda es someterse al dictado de la moda, someterse al mundo como un producto de consumo moviéndose entre su realidad inescrutable y su imagen divina.
Dios en persona es uno de los cómics más originales de los últimos años, porque la figura eterna del Creador no es más que una excusa para criticar a la sociedad actual, esa sociedad líquida de la que habla Zygmunt Bauman, siempre ávida de novedades, necesitada de que le muestren el último producto consumible, la última noticia para actualizar su estado en las redes sociales, que todo cambie para que todo siga igual. Y es que la auténtica señora del tiempo presente y del futuro inmediato es la publicidad, la omnipotente diosa del neoliberalismo.
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Ya que se menciona el tema de Dios y las computadoras, recordar que la ciencia ya ha abierto la via a la fabricación futura de Dios, es decir, de un ser omnisciente y todopoderoso, que sería, naturalmente, un computador de capacidad cognitiva infinita (al menos, desde el punto de vista humano) asociado a una fuente de energía infinita (la energía de fusión).
ResponderEliminarEsperemos que pronto haya un buen comic desarrollando este planteamiento, que de temas mágicos ya tenemos muchos...
Bueno, cómic no si hay, pero me consta que existe más de una novela de ciencia ficción dedicada al tema, algo con lo que especula también 2001, una Odisea del espacio, en la que la computadora, si no Dios, se cree por encima de los seres humanos.
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