martes, 23 de junio de 2009
EL CONTRATO DEL DIBUJANTE (1982), DE PETER GREENAWAY. EL ARTISTA INSOLENTE.
Peter Greenaway es un cineasta inclasificable y original, que realiza un cine muy personal en el que da rienda a sus obsesiones. Una de sus obsesiones es el arte y de ello es fiel reflejo esta cuidada producción.
"El contrato del dibujante" cuenta la historia de un artista que es contratado para realizar una serie de dibujos de una bonita propiedad de la campiña inglesa. El dibujante resulta ser el más insufrible y pedante de los hombres, pero sus servicios son requeridos a cualquier precio, incluso pagados con algo más de dinero por parte de la señora Herbert. A mí la película se me ha hecho larga, muy larga. Largas peroratas por parte de sus actores, declamadas en perfecto inglés digno de un curso de idiomas de la BBC, que intentan ser más originales y "maliciosas" que las del interlocutor, ambiente de serie televisiva cara y un argumento confuso. Entre sus virtudes: su valentía y originalidad y los momentos eminentemente creativos por parte de su protagonista, donde plasma sobre el papel unos dibujos realmente hermosos y que esconden mucho más de lo que parece.
Seguiré atreviéndome con Greenaway, pero con mucho recelo...
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Pues ¡fuera el recelo! Es un cineasta muy personal y eso para un cinéfilo ya es interesante. El recuerdo que yo tengo de sus películas es algo así como si hubiera entrado en una cueva profunda, profunda en todos los sentidos, visual y temáticamente. Claro que es una visión muy personal y tamizada pro el paso de los años que han pasado desde que vi sus películas, y por ello puede resultar un tanto molesto. He estado unos días fuera y se me ha acumulado el agradable trabajo de leer tus post.Así que continúo.
ResponderEliminarCoincido contigo en tu opinión sobre Vargas Llosa y García Márquez excepto en Cien años de soledad. Los libros de Vargas Llosa me han cautivado, absorbido y entusiasmado siempre, otra cosa son sus opiniones y su posición política, pero eso es otra historia, podemos recordar el caso de Celine por ejemplo. ¿Tu reflexión? Creo que está clara la distinta visión que tenemos del hecho, incluso aunque se tratar de edades más próximas pero puede que éste no sea el sitio más adecuado para extenderme; el final de Muerte en Venecia: grandioso y ridículo a la vez. ¿Suecia? En Déjame entrar también aparece otra visión de Suecia diferente a la que estamos acostumbrados; una película digna de ver.
Y no sigo, ya es demasiado. Tú tienes la culpa por provocar con estos textos tan llenos de contenido.
Un abrazo
Victoria
Otro abrazo agradecido para tí, Victoria. Seguiremos intentándolo con Greenaway. Sobre "Déjame entrar", es curioso lo que sucedió aquí en Málaga, porque llenaron la ciudad de carteles publicitarios de la película, pero luego miraba uno la cartelara y no estaba en ningún cine de la provincia, aunque sí en otros de Andalucía. Publicidad engañosa llamaría yo a eso.
ResponderEliminar¡Hola Miguel!
ResponderEliminarMe encanta Peter Greenaway, esta peli que tú comentas no la he visto, pero sí que he visto: "The Belly of an Architect" Y me encantó!!!
SAYONARA.
Bueno, como ya dije, prometo seguir viendo películas de Greenaway en cuanto me sea posible.
ResponderEliminarSaludos aoi.