domingo, 28 de junio de 2009

EL ASESINATO DE RICHARD NIXON (2004) DE NIELS MUELLER. APRENDIZ DE BIN LADEN.


Cuando un cineasta estadounidense echa una mirada lúcida sobre su propia sociedad, a veces salen obras redondas como esta. Años setenta. Sam Bicke conjuga en su existencia las características esenciales de la definición de perdedor: separado, pero aún enamorado de una esposa que le ignora, avasallado en el trabajo, sin apenas amigos y sin posibilidad de cumplir su sueño de montar su propio negocio. Esta cara oscura del sueño americano se materializa en un odio creciente al sistema, que permite sus desgracias y las de miles de sus compatriotas. Tras un intento de acercamiento a los Panteras Negras, decide actuar solo y planea un delirante secuestro aéreo con el fín de destruir la Casa Blanca con todo el gobierno dentro.

Basada en hechos reales, la película se sostiene ante todo en la poderosa interpretación de Sean Penn, del que desconozco si estuvo o no nominado al oscar por este papel, aunque poco me interesa saberlo. He de reconocer que me equivoqué con este actor. La primera vez que tuve noticia de él era novio de Madonna o algo así. Aparte de su mal gusto escogiendo pareja, me pareció que tenía cara de cretino y que podría dedicarse a cualquier cosa menos a ser actor. Luego se fue convirtiendo en uno de los pocos actores que sabe escoger siempre buenos papeles, con lo cual su presencia en una película es casi garantía de calidad. Como digo, uno de los mejores intérpretes de su generación.

Como Sam Bicke nos transmite desesperación y ansiedad, como hombre que no sabe encajar los golpes de la vida y va descendiendo paulatimamente hacia la locura. El guión no se centra tanto en la crítica social (que la hay) sino en el retrato de un hombre enfrentado a unas circunstancias que le sobrepasan y a las cuales reacciona de la peor manera posible, estando convencido de que es la respuesta más honrosa a su problema, que considera un problema generalizado entre sus compatriotas, por otra parte. Contiene también un interesante retrato de las relaciones de poder en el mundo laboral.

Un film inspirado, de duración normal, pero cuyo visionado lo hace muy corto al espectador. Muy buena señal.

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