sábado, 24 de febrero de 2024

CUENTOS COMPLETOS (1911-1924), DE KATHERINE MANSFIELD. LA INTIMIDAD DE LAS CLASES ALTAS.

Miembro del famoso grupo de Bloomsbury, Katherine Mansfield fue siempre una mujer contradictoria para los que la conocieron de cerca. Unos la describen como desvalida, otros como valiente, pero de lo que no cabe duda es de que fue una mujer adelantada a su época y una de las escritoras más prestigiosas de su época, alguien que ha ido ganando con el tiempo. En cierto modo fue una mujer contradictoria, puesto que nació en el seno de una familia pudiente, pero intentó toda su vida renegar de sus orígenes, no adaptándose del todo al ambiente antiburgués de los círculos intelectuales de Londres.

Quizá por eso los personajes de sus relatos son también con frecuencia seres aparentemente adaptados a su entorno, pero que no lo están en absoluto a poco que nos asomemos a sus pensamientos más íntimos. Esto hace que estos mismos personajes tengan escasa capacidad de comprender a quienes le rodean, lo que desata pequeños conflictos, que son la materia de estos cuentos. Los ambientes en los que se mueven estos personajes suelen encontrarse en el seno de familias pudientes y también viajeras por el continente europeo, toda una moda en la época. Como en todos los buenos relatos en los de Mansfield es más importante lo que no se dice, lo que queda oculto pero se intuye que lo que se cuenta directamente. Así lo expresa Ana María Moix en la introducción:

"Soledad, silencio, anonadante desolación insospechada al inicio del relato cuyo argumento parece desarrollarse al margen de estas abrumadoras experiencias íntimas que, sin ser ni siquiera mencionadas, quedarán al final, para el lector, como el verdadero argumento no contado de la historia."

De entre todos sus relatos quizá el más admirable sea Fiesta en el jardín, un compendio estupendo de todas sus temáticas. En la narración, una familia muy pudiente prepara una fiesta que debe ser perfecta, pero muy cerca, en la casa de enfrente, se desatará una tragedia íntima propia de una clase social inferior, a la que la joven protagonista tendrá que asomarse y comprender hasta qué punto lo que le suceda al vecino pobre afecta a la celebración que se está preparando: suspenderla sería una extravagancia, pero tampoco viene mal, una vez que todo ha terminado, un pequeño gesto solidario tan fugaz como, esta vez sí, extravagante.

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