lunes, 16 de enero de 2023

PERDERSE (2001), DE ANNIE ERNAUX. LA PASIÓN RUSA.

La de Annie Ernaux es una maravillosa literatura del yo que no teme exponerse al público ni siquiera al describir sus pensamientos o sus experiencias más sórdidas. Aquí se reproducen sus diarios de una época muy concreta, a finales de los años ochenta, cuando conoció a un diplomático ruso con el que vivió un apasionado romance de contenido intensamente erótico. Justifica su crónica porque escribe "en lugar del amor, para rellenar ese vacío, y por encima de la muerte. Hago el amor con el mismo deseo de perfección que cuando escribo".  Aquí el deseo de la escritora por el amante es casi enfermizo. Se pasa casi todo el tiempo necesitándolo anhelando esas pocas horas en las que pueden verse de vez en cuando, unas horas que son dedicadas casi exclusivamente al sexo salvaje, profusamente descrito por Ernaux como un momento de catarsis en el que el mundo exterior deja de existir para dar paso a la consumación del deseo, algo que difícilmente puede ser descrito a través de un arte tan limitado como la literatura:

"Entre los dos ha habido ese tiempo en el que nada contaba, salvo el Otro, solo él, su piel, el abismo del deseo. Cómo podría la escritura traducir esto, siempre estará por debajo. Y sin embargo es todo lo que tengo cuando él está ausente."

Pero de todas formas Ernaux no puede evitar plasmarlo todo en un diario privado y luego público, puesto que su vida es la principal materia prima de "esta necesidad que tengo de escribir algo peligroso para mí, como la puerta de un sótano que se abre, donde hay que entrar cueste lo que cueste". Además, escribir le sirve para rellenar ese inmenso vacío que le sobreviene cuando no sabe si va a volver a ver al amante. En segundo término, la historia de aquel tiempo transcurre, el comunismo se tambalea y eso empieza a perjudicar a esta relación. A él seguramente, como ella intuye, no le afectará demasiado la separación, puesto que ella no ha sido más que una historia divertida y erótica sin ninguna implicación sentimental. Ella sufre y lo necesita más cuanto peor él se comporta, incluso cuando su actitud bordea el desprecio. Todo ello plasmado en unas páginas repletas de sufriente ansiedad que a la vez son muy humanas y pura literatura.

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