"Si somos indios y vemos una película francesa, o queer y vemos una cinta hetero, o jóvenes y vemos una película sobre mayores, o ricos y vemos un film sobre personas pobres, nos enfrentamos a algunas cosas que están al margen de nuestra experiencia inmediata, pero lo que vemos es también nuestro mundo porque utiliza nuestro lenguaje, el lenguaje del cine. Las películas son un esperanto del espacio-tiempo, un idioma de soñadores, rebeldes, idealistas, llorones y tímidos. Este tipo de personas seguirá existiendo dentro de mil años y también, en cierto modo, los placeres del cine."
Al margen del apabullante volumen de información que ofrece, el libro de Mark Cousins reivindica el cine más allá del sistema de estudios que se instauró en Hollywood durante su edad dorada, por lo que posa su mirada frecuentemente en cinematografías alternativas, como las de Japón, Irán, Egipto, India, Brasil y numerosos países europeos. Además, estudia detenidamente todas las innovaciones que se produjeron a partir de los años sesenta, formas narrativas que iban más allá del clasicismo romántico de Hollywood y que experimentaban nuevos lenguajes. Incluso el cine de los años noventa es reivindicado por Cousins como uno de sus momentos más creativos. El cine pasa a ser también una cuestión moral e incluso política.
Ni que decir tiene que esta es una lectura imprescindible para cualquier cinéfilo, no solo para apreciar en su justa medida la evolución de un arte, sino también para descubrir películas olvidadas y que Cousins reivindica como importantes e innovadoras, aunque muchas de ellas sean difíciles de encontrar. Además, la abundancia de ilustraciones ayudan a que su lectura sea un auténtico placer.
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