viernes, 23 de septiembre de 2011

LAS LUNAS DE JÚPITER (1982), DE ALICE MUNRO. DE LA VIDA ÍNTIMA DE LOS CANADIENSES.


Alice Munro está considerada como una de las mejores autoras de narrativa breve de la actualidad. Si leemos su biografía resulta de lo más anodina: infancia pobre pero feliz en Ontario, en contacto con la naturaleza que termina como ama de casa, aunque felizmente con un marido librero. El matrimonio y los hijos le habían obligado a abandonar prematuramente una incipiente carrera literaria que comenzó en la universidad. De todos modos, su vida cotidiana y lo que iba conociendo a través de sus vecinos y amigos iba a ser la materia prima sobre la que cimentaría sus relatos, hasta el punto de que ella misma es modelo para muchos de sus personajes: mujeres que se sienten frustradas en su matrimonio, agobiadas por el peso de la responsabilidad maternal, a las que les gustaría tener las mismas oportunidades que los hombres y no ejercer el papel que le reserva la sociedad. Por suerte Munro es canadiense y ha podido observar el inmenso cambio social que progresivamente se ha ido instalando en su país, y en la mayor parte del mundo occidental desde los años cincuenta, como la mujer se ha ido emancipando y ha adquirido un protagonismo que era insospechado en sus años de juventud.

Las mujeres de los relatos de Alice Munro suelen estar en constante búsqueda de su identidad. Muchas llevan un par de divorcios a cuestas, con toda la mala conciencia que eso produce en quien ha sido educado en la santidad del matrimonio, pero intentan salir adelante aún a costa del escándalo social y del empobrecimiento. Una de sus heroínas aprovecha la muerte del hijo de su amante para huir con él, otra envidia a sus hermanas que han sabido sobrevivir sin depender de los hombres...

A mí como lector me cuesta mucho seguir el hilo de algunos de sus relatos. Aún siendo una gran narradora, sensible, que sabe meterse en la piel de sus personajes, considero un defecto que se presenten tantos personajes, tantos nombres, tantas profesiones, en un breve espacio y que uno tenga que recordarlo todo para seguir el discurrir de la acción. Entre las narraciones que componen el libro que acabo de leer destacaría la que da título al volumen, un sólido retrato de una mujer que se mueve en un laberinto de sentimientos cuando su padre está ingresado en el hospital, a punto de morir. Y es que la vida nunca suele ofrecer estabilidad: el ser humano, hombre y mujer, se pasa la existencia planificando el futuro, decidiendo que camino tomar en las infinitas encrucijadas que se presentan. De eso tratan las narraciones de Munro.

2 comentarios:

  1. Miguel, supongo que Alice Munro, aparte de escribir bien, hace que el lector no se pueda despistar. Supongo que en sus relatos los personajes se buscan a sí mismos, tan normales y tan extravagantes en algunas situaciones.
    Demasiada felicidad, me está gustando mucho, tiene unos relatos bastante inquietantes.

    Abrazos

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  2. Quizá "Demasiada felicidad" sea un libro más redondo que éste. He leído buenas críticas de él. Ya lo leeré, pero no creo que a corto plazo.

    Abrazos.

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