No puedo ser imparcial con esta novela, ya que le tengo un cariño inmenso, por ser la primera que leí de niño. Ninguna mejor que esta para comprender el inmenso poder de la narrativa, que hacía que yo me identificara sin dificultad con el protagonista y absorbiera (al menos en aquel momento) muchos de sus valores. La lectura que acabo de hacer me ha traído muchos recuerdos, de las emociones que sentí descubriendo lo que era la literatura. Dejo aquí un texto que seguramente me animó a emprender la aventura de tener mi propia biblioteca:
"He ido a ver a Stardi, que vive en la casa que está frente a la escuela y he sentido verdadera envidia al ver su librería. No es que sea rico, no puede comprar muchos libros; pero él conserva con gran cuidado sus libros de la escuela, y aquellos que le regalan sus parientes, y todo el dinero que le dan, lo guarda y lo gasta con el librero: de esta manera se ha hecho una pequeña biblioteca, y cuando su padre se dio cuenta de que tenía esa pasión, le compró una bonita estantería de nogal con una cortinita verde, y le hizo encuadernar casi todos los volúmenes con los colores que a él le gustaban. (...) Está siempre alrededor de sus libros, limpiándoles el polvo, examinando la encuadernación; hay que ver con que cuidado los abre, con esas manos suyas cortas y gruesas, soplando las páginas; parecen aún todos nuevos. (...) Para él, con cada libro nuevo que compra, es una alegría alisarlo, ponerlo en su sitio y volverlo a coger para mirarlo por todos los lados y guardárselo como un tesoro."
Aquí el artículo:
La biografía de Edmondo de Amicis está marcada por su participación como oficial en la unificación de Italia, de ahí el exaltado amor por la patria que puede encontrarse en su obra. Son de destacar también sus trabajos como periodista y sus libros de viaje, uno de los cuales está dedicado a España. El escritor viajó a la Península Ibérica durante el breve reinado de su admirado Amadeo de Saboya y dejó una descripción muy tópica y costumbrista del país, aunque eso no resta a su crónica amenidad ni interés.
Corazón
es un libro que marca cuando se lee en la infancia por lo que, cuando
se vuelve a leer décadas más tarde, es como una especie de viaje al
pasado, al recuerdo de una serie de valores que el joven lector asumía
con inocencia y sin espíritu crítico alguno. Y es que la novela de
Amicis pretende ser ante todo una narración ejemplarizante, una especie
de guía de virtudes cardinales dirigida a las nuevas generaciones de la
joven nación italiana, apelando siempre a sus emociones. Para el
escritor Luis Mateo Díez, prologuista de la edición de la editorial
Gadir, fue un libro fundamental en su educación sentimental:
"Fue el primer libro del que Antón y yo nos hicimos propietarios, el que nos proporcionó la lectura más intensa, esa que te vence en la absoluta ingenuidad, que te gana el alma, que te conmueve hasta el límite, cuando todavía ningún libro te ha conmovido de ese modo, con el aliciente añadido del perturbador secreto que el propio libro acarreaba."
El libro está escrito en forma de un diario que escribe Enrico, un estudiante de tercer curso en la escuela Baretti de la ciudad de Turín. Enrico es un chico acomodado, pero en su clase hay alumnos de todas las clases sociales: el respeto absoluto a los compañeros menos afortunados, a los hijos de la clase obrera, va a ser uno de los valores prioritarios que el padre de Enrico va a tratar que aprenda su hijo, haciéndole ver que su esfuerzo para aprobar las asignaturas no es nada comparado con el de los chicos que deben ayudar trabajando en los oficios de sus padres (herreros, vendedores de leña, albañiles...) y cuyo ambiente social no es en muchas ocasiones el más propicio para los estudios. Además, no solo estudia la gente de su edad:
"Piensa en los obreros que van a la escuela por la tarde después de haber trabajado todo el día, en las mujeres, en las chicas de pueblo que van a la escuela el domingo, después de haber trabajado durante toda la semana; en los soldados que echan mano a los libros y a los cuadernos cuando vuelven agotados de las maniobras; piensa en los chicos mudos y ciegos, que a pesar de todo estudian; e incluso los prisioneros, que también ellos aprenden a leer y a escribir."
En la escuela Enrico va a conocer a compañeros inolvidables, que representan distintas cualidades: Garrone o la nobleza, Derossi o la inteligencia, Crossi o la humildad, Coretti o la amistad, Stardi o el afán de superación... También existe la oveja negra, representada por Franti, un muchacho díscolo y rebelde, que siempre opta por atormentar al más débil. Por encima de todos, su venerado maestro, que no solo educa a sus alumnos en el conocimiento, sino que pretende que sean buenos ciudadanos.
En Corazón el patriotismo, que no está reñido con las ideas socialistas del autor, es la cualidad que condensa todas las demás. Quien es patriota ama a su país, ve al resto de ciudadanos como hermanos y es capaz de derramar su sangre en defensa de estos y de su rey. Es curioso que en esta ecuación apenas se nombre a la religión, pero sus razones tendría Amicis para no hacerlo. Llama también la atención la continua presencia de la muerte y la enfermedad en la narración de Enrico: muere algún compañero del colegio, alguna madre, los niños enferman gravemente y él mismo está a punto de fallecer a causa de unas fiebres: el índice de mortandad en aquella época era todavía muy alto.
Uno de los elementos más interesantes de la novela es que intercala los llamados cuentos mensuales, narrraciónes dentro de la narración, cuyos protagonistas son niños o adolescentes que se sacrifican de alguna manera para ayudar a su familia, a la patria o simplemente a los demás. Entre ellos destaca De los Apeninos a los Andes, cuyo protagonista, Marco, fue popularizado en España a través de una serie de dibujos animados que se estrenó a finales de los setenta. Resulta curioso este pasaje, una descripción de la ciudad de Buenos Aires que parece firmada por la pluma de Jorge Luis Borges:
"Era una calle recta y sin fin, pero estrecha, flanqueada por casas bajas y blancas (...) A cada tramo del camino, girándose a derecha e izquierda, él veía otras dos calles que huían rectas hasta perderse de vista, flanqueadas también por casas bajas y blancas, y llenas de gente y de carros, y cortadas al fondo por la línea recta de la inmensa llanura americana, similar al horizonte del mar. La ciudad le parecía infinita; sentía que se podía caminar durante días y semanas viendo siempre aquí y allá otras calles como aquellas, y que toda América estuviera cubierta de ellas."
Corazón, del que se dice que era el libro favorito del general De Gaulle, resulta así un libro idóneo para ser leído varias veces en la vida, a distintas edades. La primera lectura dejará un poso imborrable. Las siguientes serán un ejercicio de nostalgia en el que se valorará el mérito literario de una novela cuyos valores pueden haber quedado algo anticuados, pero cuyo mensaje cívico sigue plenamiente vigente en estos tiempos en los que se pone en duda el valor de la escuela pública.
"Fue el primer libro del que Antón y yo nos hicimos propietarios, el que nos proporcionó la lectura más intensa, esa que te vence en la absoluta ingenuidad, que te gana el alma, que te conmueve hasta el límite, cuando todavía ningún libro te ha conmovido de ese modo, con el aliciente añadido del perturbador secreto que el propio libro acarreaba."
El libro está escrito en forma de un diario que escribe Enrico, un estudiante de tercer curso en la escuela Baretti de la ciudad de Turín. Enrico es un chico acomodado, pero en su clase hay alumnos de todas las clases sociales: el respeto absoluto a los compañeros menos afortunados, a los hijos de la clase obrera, va a ser uno de los valores prioritarios que el padre de Enrico va a tratar que aprenda su hijo, haciéndole ver que su esfuerzo para aprobar las asignaturas no es nada comparado con el de los chicos que deben ayudar trabajando en los oficios de sus padres (herreros, vendedores de leña, albañiles...) y cuyo ambiente social no es en muchas ocasiones el más propicio para los estudios. Además, no solo estudia la gente de su edad:
"Piensa en los obreros que van a la escuela por la tarde después de haber trabajado todo el día, en las mujeres, en las chicas de pueblo que van a la escuela el domingo, después de haber trabajado durante toda la semana; en los soldados que echan mano a los libros y a los cuadernos cuando vuelven agotados de las maniobras; piensa en los chicos mudos y ciegos, que a pesar de todo estudian; e incluso los prisioneros, que también ellos aprenden a leer y a escribir."
En la escuela Enrico va a conocer a compañeros inolvidables, que representan distintas cualidades: Garrone o la nobleza, Derossi o la inteligencia, Crossi o la humildad, Coretti o la amistad, Stardi o el afán de superación... También existe la oveja negra, representada por Franti, un muchacho díscolo y rebelde, que siempre opta por atormentar al más débil. Por encima de todos, su venerado maestro, que no solo educa a sus alumnos en el conocimiento, sino que pretende que sean buenos ciudadanos.
En Corazón el patriotismo, que no está reñido con las ideas socialistas del autor, es la cualidad que condensa todas las demás. Quien es patriota ama a su país, ve al resto de ciudadanos como hermanos y es capaz de derramar su sangre en defensa de estos y de su rey. Es curioso que en esta ecuación apenas se nombre a la religión, pero sus razones tendría Amicis para no hacerlo. Llama también la atención la continua presencia de la muerte y la enfermedad en la narración de Enrico: muere algún compañero del colegio, alguna madre, los niños enferman gravemente y él mismo está a punto de fallecer a causa de unas fiebres: el índice de mortandad en aquella época era todavía muy alto.
Uno de los elementos más interesantes de la novela es que intercala los llamados cuentos mensuales, narrraciónes dentro de la narración, cuyos protagonistas son niños o adolescentes que se sacrifican de alguna manera para ayudar a su familia, a la patria o simplemente a los demás. Entre ellos destaca De los Apeninos a los Andes, cuyo protagonista, Marco, fue popularizado en España a través de una serie de dibujos animados que se estrenó a finales de los setenta. Resulta curioso este pasaje, una descripción de la ciudad de Buenos Aires que parece firmada por la pluma de Jorge Luis Borges:
"Era una calle recta y sin fin, pero estrecha, flanqueada por casas bajas y blancas (...) A cada tramo del camino, girándose a derecha e izquierda, él veía otras dos calles que huían rectas hasta perderse de vista, flanqueadas también por casas bajas y blancas, y llenas de gente y de carros, y cortadas al fondo por la línea recta de la inmensa llanura americana, similar al horizonte del mar. La ciudad le parecía infinita; sentía que se podía caminar durante días y semanas viendo siempre aquí y allá otras calles como aquellas, y que toda América estuviera cubierta de ellas."
Corazón, del que se dice que era el libro favorito del general De Gaulle, resulta así un libro idóneo para ser leído varias veces en la vida, a distintas edades. La primera lectura dejará un poso imborrable. Las siguientes serán un ejercicio de nostalgia en el que se valorará el mérito literario de una novela cuyos valores pueden haber quedado algo anticuados, pero cuyo mensaje cívico sigue plenamiente vigente en estos tiempos en los que se pone en duda el valor de la escuela pública.
Por lo que he leído el libro que Ud leyó no es la traducción de Giner de los Ríos pues los nombre y apellidos aparecen como en el original¿Qué edición era? Si puede indicarmelo se lo agradeceré pues no encuentra otras sino con los nombres castellanizados
ResponderEliminarSaludos
J. Peris