martes, 30 de junio de 2009

EL GATITO ESPEJO (1861), DE GOTTFRIED KELLER. AGUDEZAS FELINAS.


Como verán, estos últimos días el blog se está inclinando hacia las historias de animales humanizados: mi magnífico relato de los perros en la Segunda Guerra Mundial, la obra maestra de Cervantes "El coloquio de los perros" y ahora este gatito Espejo, una obra tan maravillosa como desconocida en estos lares.

Gottfried Keller es un autor suizo decimonónico, aunque hizo parte de su vida en Alemania. En España se ha editado últimamente "Enrique el verde", quizá su obra más conocida. Esta narración breve que presento aquí constituye una auténtica delicia para cualquier paladar literario y solo puede conseguirse con un poco de suerte en alguna feria del libro de ocasión, por un par de euros. Se trata de la historia de un gatito hedonista, quizá el precedente del popular Garfield, un gatito filósofo, que practica con entusiasmo la máxima del Carpe Diem: "Hay un tiempo para todo. Hoy, una brizna de pasión; mañana un poco de reflexión y descanso. Cada cosa en su tiempo". Y sobre todo se revela al lector como un gato mucho más astuto que su amo y que utiliza las debilidades humanas en su provecho.

Una narración ágil, divertida y bien escrita, que se lee de una sentada y nos deja un grato sabor de boca.

lunes, 29 de junio de 2009

EL COLOQUIO DE LOS PERROS (1613), DE MIGUEL DE CERVANTES. VIDA DE PERROS.


(Libro comentado en el Club de Lectura de la Biblioteca Provincial del jueves pasado).

"Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro". Franz Kafka.

Cuando leí las Novelas Ejemplares, hace ya muchos años, me enamoré perdidamente de este texto, verdaderamente ejemplar por muchas razones. Solo por la evocadora imagen que se dibujó en mi mente de dos perros hablando plácidamente a las puertas del Hospital de la Resurrección de Valladolid (creo recordar que la edición que leí en aquella ocasión disponía de un precioso grabado de esta escena, pero no he podido encontrarlo por internet para colocarlo aquí), merecía la pena seguir el diálogo de tan singulares personajes.

El mismo Cervantes, como es sabido, vivió una vida muy perra, pero a él le hizo provecho, o más bien a nosotros, sus lectores. Era un hombre que sabía absorber sus experiencias vitales para luego plasmarlas de manera brillante sobre el papel. Pero no solo de las propias experiencias vive el hombre. Cervantes era un gran lector, llegando a ojear los papeles que se encontraba por la calle, según él mismo confiesa, por el puro vicio de la lectura. Se trata de un escritor que sabe hablar directamente al lector, como en una conversación privada. Te habla de sus propios problemas, de lo que ha conocido en sus viajes, de los tipos humanos que ha ido encontrando y sus costumbres y, sobre todo, de la decadencia absoluta de una España por la que ha puesto su vida en peligro en más de una ocasión. Cervantes era un hombre pesimista, pero seguramente, a tenor de lo que yo he podido leer de él, se trataba de un hombre alegre y divertido (hay un par de episodios en la narración con los que he tenido que reírme a carcajadas). Y también era un filósofo, capaz de escribir cosas tan hermosas como ésta:

"(...) la humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay ninguna que lo sea. Ella allana inconvenientes, vence dificultades y es un medio que a gloriosos fines conduce. De los enemigos hace amigos, templa la cólera de los airados y menoscaba la arrogancia de los soberbios; es madre de la modestia y hermana de la templanza. En fin, con ella no pueden atravesar triunfos que les sea de provecho los vicios, porque en su blandura y mansedumbre se embotan y despuntan las flechas de los pecados."

Pero también Cervantes es enormemente sincero en sus opiniones, o "políticamente incorrecto", como diríamos hoy día, tal y como nos recordó un compañero. En "El coloquio de los perros", moriscos y gitanos no salen muy bien parados, aunque al menos el autor admite excepciones en su mala impresión general acerca de estos colectivos humanos. La descripción de la España de su tiempo que realiza no deja títere con cabeza: un país miserable, donde todo el mundo intenta bregar a costa de los demás que, por desgracia, tienen un pensamiento parecido. Un auténtico desastre que debía hacer echarse las manos a la cabeza a cualquier extranjero que la leyese y que seguramente pasó la censura por milagro, quizá porque el censor creyó que se trataba de una inocente fábula y no de esta tremenda crítica que, por desgracia, puede prolongarse a nuestro tiempo en muchos aspectos.

"El coloquio de los perros" puede inscribirse sin problemas en la magnífica tradición española de la novela picaresca, quizá el equivalente a la novela realista en aquellos tiempos sombríos. Berganza va pasando de un amo a otro, con lo cual se convierte en un espectador privilegiado de las miserias de todos ellos, exponiendo sus vivencias con una lucidez admirable, pero desde el punto de vista de un observador perruno que saca consecuencias muy humanas a tales experiencias.

Hay que leer este librito con suma atención, no perderse ningún detalle y tratar de sacar conclusiones de todo ello. Aún así, en la siguiente lectura veremos que se nos han escapado infinidad de pormenores que engrandecen aún más el texto y que son capaces de enriquernos a nosotros mismos. Las dimensiones de los clásicos son inabarcables.

domingo, 28 de junio de 2009

EL ASESINATO DE RICHARD NIXON (2004) DE NIELS MUELLER. APRENDIZ DE BIN LADEN.


Cuando un cineasta estadounidense echa una mirada lúcida sobre su propia sociedad, a veces salen obras redondas como esta. Años setenta. Sam Bicke conjuga en su existencia las características esenciales de la definición de perdedor: separado, pero aún enamorado de una esposa que le ignora, avasallado en el trabajo, sin apenas amigos y sin posibilidad de cumplir su sueño de montar su propio negocio. Esta cara oscura del sueño americano se materializa en un odio creciente al sistema, que permite sus desgracias y las de miles de sus compatriotas. Tras un intento de acercamiento a los Panteras Negras, decide actuar solo y planea un delirante secuestro aéreo con el fín de destruir la Casa Blanca con todo el gobierno dentro.

Basada en hechos reales, la película se sostiene ante todo en la poderosa interpretación de Sean Penn, del que desconozco si estuvo o no nominado al oscar por este papel, aunque poco me interesa saberlo. He de reconocer que me equivoqué con este actor. La primera vez que tuve noticia de él era novio de Madonna o algo así. Aparte de su mal gusto escogiendo pareja, me pareció que tenía cara de cretino y que podría dedicarse a cualquier cosa menos a ser actor. Luego se fue convirtiendo en uno de los pocos actores que sabe escoger siempre buenos papeles, con lo cual su presencia en una película es casi garantía de calidad. Como digo, uno de los mejores intérpretes de su generación.

Como Sam Bicke nos transmite desesperación y ansiedad, como hombre que no sabe encajar los golpes de la vida y va descendiendo paulatimamente hacia la locura. El guión no se centra tanto en la crítica social (que la hay) sino en el retrato de un hombre enfrentado a unas circunstancias que le sobrepasan y a las cuales reacciona de la peor manera posible, estando convencido de que es la respuesta más honrosa a su problema, que considera un problema generalizado entre sus compatriotas, por otra parte. Contiene también un interesante retrato de las relaciones de poder en el mundo laboral.

Un film inspirado, de duración normal, pero cuyo visionado lo hace muy corto al espectador. Muy buena señal.

sábado, 27 de junio de 2009

EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO (1940), DE CARSON MC CULLERS. LA NADA COTIDIANA.


(Libro comentado el jueves en el Club de Lectura de la librería Cincoechegaray).

Lo primero que llama la atención acerca de esta obra es la precocidad de su autora. Parece increible, teniendo en cuenta su dura temática, la escribiera una joven de veintitrés años, impresión generalizada entre todos los miembros del club. Lo segundo es que esté tan bien escrita y nos haga sentir el grito interior que parecen llevar consigo todos los protagonistas: la imposibilidad de comunicación.

Y es que la incomunicación humana es el tema principal de la novela. Se retrata la vida en una ciudad pequeña del sur de Estados Unidos, los abusos laborales, la discriminación y racismo cotidanos. La incultura y falta de expectativas de sus personajes es evidente, algo que los deshumaniza y a veces llega a transformarlos en fieras salvajes. Mick, una de las protagonistas, es una joven extremadamente inteligente y sensible, con un gran talento musical, pero que se encuentra atrapada en las redes de una sociedad vulgar y pobre, que no le va a dar oportunidades y a veces prefiere exiliarse a su mundo interior, donde es ella misma. Mr. Singer es un mudo de aspecto bondadoso que saca, sin proponérselo, los mejores sentimientos de cuantos se acercan a él. Pero su pasión es otro mudo, al que considera su amigo, aunque este no le corresponde siempre como tal. El doctor Copeland es un médico entregado a la causa de la emancipación de su raza, pero que ni siquiera es capaz de que sus seres queridos más cercanos entiendan su mensaje... Una galería de seres humanos, perfectamente retratados tanto interna como exteriormente, enfrentados al muro de la realidad que intentan sobrevivir a una gran depresión que aún perdura diez años después del crack del 29.

Jake es otro personaje interesante, quizá el más atormentado junto al doctor Copeland, con el que intentará un entendimiento imposible ya que las pequeñas diferencias parecen más poderosas en esta novela que los grandes intereses comunes. Es un pionero en la implantación del comunismo en América, pero se siente solo en su misión. Sabe que es dueño de la verdad, pero ha aprendido a ser excéptico, pese a su furiosa indignación:

"¡Las cosas que nos han hecho! Las verdades que han convertido en mentiras. Los ideales que han manchado y envilecido. Fíjate en Jesús. Él era uno de los nuestros. Él sabía. Cuando decía que le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos, sabía condenadamente bien lo que decía. Pero mire lo que la Iglesia ha hecho con Jesús durante los últimos dos mil años. Qué han hecho de él. Como han desfigurado cada palabra que pronunció para servir a sus malvados propósitos. Jesús estaría en la cárcel, si viviera hoy. Jesús sería uno de los que realmente saben. (...) Los hombres que lucharon por la Revolución Americana (...) Sabían lo que significaba libertad. Luchaban por una auténtica revolución. Luchaban para que éste pudiera ser un país donde todos los hombres fueran libres e iguales. ¡Ah! Y eso quería decir que todo hombre era igual a los ojos de la Naturaleza: con iguales posibilidades. Esto no quería decir que el veinte por ciento de la gente fuera libre de robar al otro ochenta por ciento restante sus medios de vida. (...) Esto no quería decir que los tiranos tuvieran libertad de llevar a este país a una situación en la que millones de personas están dispuestas a hacer lo que sea - engañar, mentir o lo que sea - con tal de trabajar por cuatro cuartos. (...)"

Setenta años después, este discurso sigue tristemente de plena actualidad. La brecha entre ricos y pobres se ha agrandado enormemente, aunque el Estado le presta asistencia a aquellos, culpables de la crisis, para que todo siga igual. Las ilusiones perdidas de los fundadores, tanto de los Estados Unidos como del Cristianismo. ¿Dónde fueron a parar? Se fueron perdiendo por el camino.

viernes, 26 de junio de 2009

UN AROMA, UN RASTRO ( y III ).


Wolf deliraba en medio de un páramo helado. Recordaba con dulzura los momentos de su infancia junto a sus hermanos, recordaba el cariño de su madre y anhelaba volver con ellos. Seguía siendo un perro fuerte. Sufriendo una agonía infinita se levantó con lentitud y echó a andar. Durante las siguientes semanas, Wolf se asilvestró y cazó toda clase de animales para sobrevivir. La guerra había terminado hacía días, pero él ya no se acordaba de eso. Una mañana, cuando ya se había acostumbrado a su nueva vida, entreabrió los ojos y se encontró con una figura que le observaba detenidamente. Era un pastor alemán como él, pero de mirada mucho más noble. "Mi nombre es Stubby, perro paracaidista de la 101 División Aerotransportada del Ejército de los Estados Unidos, procedente del destacamento Lackland para la formación de perros combatientes de San Antonio, Texas. Está usted detenido por crímenes de guerra, perro nazi." Wolf no salía de su asombro. Su primer instinto fue lanzarse sobre la garganta de su enemigo, pero Stubby era un soldado entrenado a conciencia: con un rápido movimiento esquivó el ataque y le inmovilizó. Pronto llegaron los amos del perro americano, que colocaron a Wolf en una jaula y le transportaron a Nuremberg para ser juzgado, pues su nombre estaba en una lista de perros criminales.

Wolf apenas se defendió durante su proceso: en su fuero interno sabía que había obrado mal, pero lo achacaba todo a la obediencia debida a sus amos, obligación de todo perro desde tiempos inmemoriales. Fue condenado a ser reeducado. Stubby, su captor, fue designado como su profesor. Durante los siguientes meses se dedicó a enseñarle las virtudes de todo buen perro: disciplina, corazón, valentía y lealtad. Le hizo ver que los perros combatientes debían servir para matar, que para eso se bastaban los hombres, sino para salvar vidas gracias a su poderoso olfato y a su especial visión nocturna, que le servían para localizar a los soldados heridos. Le enseñó a ser silencioso y a apuntar el peligro con el hocico. Stubby era un perro cariñoso y pronto entabló amistad con Wolf, que aprendía muy deprisa sus lecciones. Le contó que él procedía de una ilustre estirpe de perros combatientes que arrancaba de la Guerra Civil Americana. Finalmente, por recomendación de su amigo, Wolf fue admitido en el Ejército de Estados Unidos y se distinguió en la Guerra de Corea, alcanzando el grado de Teniente. Las siguientes generaciones de la familia Stubby siguieron la noble tradición hasta que..."

En este punto, Harpo, mi narrador, comenzó a llorar de la forma más lastimera del mundo. Me confesó que hasta hace poco había sido profesor en el destacamento de Lackland de San Antonio (quién lo hubiera dicho de este dulce yorkshire) y había tenido como alumno a un descendiente de los Stubby. "Ha debido ser un gran honor", le dije. Harpo volvió a sus lloros. Me confesó que su alumno había sido enviado a Guantánamo, a intimidar a prisioneros indefensos. Indignado, había desertado y se había lanzado a recorrer mundo. Según él, generaciones de buenos perros habían sido mancilladas y no podía soportarlo, ya que se estaba repitiendo la historia de Wolf. Yo consolé como pude a mi nuevo amigo. Le acaricié, le calmé con nuevas palabras y me lo llevé a casa. Desde entonces he tratado de inculcarle un sentimiento eminentemente humano: la esperanza.

UN AROMA, UN RASTRO ( II ).



"Sus primeros recuerdos estaban poseidos de una inmensa ternura. Se pasaba el día jugando con los otros siete cachorros, sus hermanos, aprendiendo a usar su sentido del olfato para seguirles el rastro y siendo mimado por su bondadosa madre. Wolf era un cachorro de pastor alemán de pura raza, fuerte y despierto, nacido en el mejor criadero de Berlín, por lo que en seguida llamó la atención de su futuro dueño. Conrad era un rudo oficial de las SS que necesitaba un animal apto para un adiestramiento especial. En aquel momento Wolf se sintió orgulloso por haber sido elegido. Meneó el rabo y lamió la mano del oficial. Echó una última mirada de despedida a su madre. Ella contempló como su hijo partía junto a aquel hombre vestido de negro, con una calavera decorando su gorra, que dejó un aroma durante días. Un aroma de los que solo puede exhalar el ser humano: a crueldad. Y sintió una tristeza infinita.

Los dos años siguientes resultaron muy duros para Wolf. El entrenamiento al que fue sometido en la escuela de Grunheide era extremadamente exigente y algunos de sus compañeros murieron. Por la noche se acostaba agotado en su pequeño lecho, pero feliz, porque le inculcaron que estaba sirviendo a su patria. El día de la graduación fue muy especial para todos aquellos perros alemanes. Les felicitó nada menos que Blondie, la perra de Hitler. Todos, especialmente Wolf, quedaron enamorados de su porte y distinción.

El Estado Mayor alemán tenía reservado un alto destino para nuestro protagonista. Fue enviado a Rusia, en apoyo de una compañía de las SS que luchaba en aquellas interminables estepas. Desde el primer día el comportamiento de Wolf se ajustó a lo que de él se esperaba: penetraba por las noches en los pueblos con sus compatriotas humanos y localizaba a los judíos en sus escondites. En la escuela le habían enseñado especialmente a distinguir el olor del miedo. Wolf se excitaba y ladraba cuando las SS reunían a unos cuantos cientos de judíos para que cavaran su propia fosa común. Si alguno intentaba escaparse se lanzaba presto a su garganta y ahorraba una bala a sus amos. El sabor de la sangre le enaltecía. En otras ocasiones los judíos eran utilizados para limpiar las carreteras de minas. Caminaban varios metros por delante de sus captores y de vez en cuando saltaban por los aires, víctimas de una explosión. El olor a carne quemada de judío no le disgustaba. Los amos de Wolf valoraban mucho menos las vidas de aquellos hebreos que la de sus entrenados perros.

Una tarde Wolf y sus amos sufrieron una escaramuza de partisanos soviéticos. Por primera vez, el bravo animal sintió el terror en sus propias carnes y, para su vergüenza, no pudo evitar echarse a temblar. Las balas silbaban sobre su cabeza, las explosiones retumbaban a su alrededor. No comprendía por qué el miedo de sus amos olía exactamente igual que el de los judíos, pero, en cualquier caso, no dispuso de mucho tiempo para meditar sobre tan grave cuestión, pues una bala perdida le rozó la base del cráneo y le dejó inconsciente en el campo de batalla.

Despertó muchos días más tarde en una sala de los servicios veterinarios de Berlín. Había sido evacuado a Alemania. Durante las semanas que estuvo internado en aquella habitación limpia y luminosa gozó de los mejores cuidados. Echó de menos una visita de su madre. Por primera vez en años se acordaba de ella, aunque esa debilidad duró poco. El era un perro de las SS, adiestrado para obedecer y no quería defraudar a sus amos. Su cicatriz en la cabeza le confería un halo de dignidad, significaría para sus compañeros caninos que él había sido un perro combatiente. Desgraciadamente, pronto se olvidó de su presunta dignidad y volvió el sentimiento de terror cuando comenzaron los bombardeos nocturnos sobre Berlín. Los humanos huían precipitadamente al sonido de las sirenas y Wolf pasaba noches terribles tratando de evitar los resplandores de los incendios. El alba le sorprendía aullando sobre un montón de escombros humeantes. En aquellos momentos lamentaba haber sido enseñado solamente a capturar fugitivos y no a salvar personas.

Las noches de Wolf bajo la granizada de bombas duraron algunas semanas. Cuando la situación se calmó, porque el enemigo eligió otra ciudad como objetivo, alguien debió acordarse de él y le envió a un nuevo destino. El campo de exterminio de Auswitch era ideal para un perro con su entrenamiento. Olía a miedo, pero a miedo ajeno, un olor que ni siquiera lograba disipar la lluvia. Inmediatamente se puso a las órdenes de Barry, el perro jefe del campo, que pronto le dio una lección acerca de como debía tratarse a los prisioneros, arrancando los genitales de un mordisco a un judío que intentaba escapar.

La guerra iba muy mal para Alemania, tan mal que pronto llegaron noticias de que el enemigo soviético se encontraba a pocos kilómetros del campo. Se organizó la evacuación. A Wolf le fue encargada la importante misión de custodiar a un numeroso grupo de prisioneros en un infernal marcha sobre la nieve. Al principio todo fue bien, su fiereza mantenía a raya a los judíos cautivos, muchos de los cuales caían por puro agotamiento para no volver a levantarse. A los pocos días Wolf sintió que se estaba quedando sin fuerzas. Un grupo de prisioneros debió advertir su debilidad, le rodearon y, armados con palos y estacas, le golpearon hasta dejarle medio muerto.

UN AROMA, UN RASTRO ( I ).



(Dedicado a Begoña y Franjamares).

Atardecía en el día más caluroso del verano. Los árboles de alrededor comenzaban a darme sombra y yo sentía cierto alivio. Llevaba desde mediodía en mi puesto de trabajo como vigilante de seguridad. Tenía que pasarme diez horas en una garita de vigilancia en uno de los aparcamientos del aeropuerto, sin aire acondicionado, con un Sol inmisericorde, que a esas horas transformaba la caseta en un verdadero horno. Recuerdo que salí de mi prisión para dar unos pasos. Estaba chorreando por el sudor y los pies me ardían por la incomodidad de los zapatos, que eran los mismos en cualquier estación del año. El pisar un asfalto recalentado no constituía precisamente un bálsamo, pero necesitaba respirar un poco de aire fresco. En aquel momento lo ví por primera vez. Avanzaba penosamente desde el horizonte, pues debía encontrarse extremadamente cansado. Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para oirme lo llamé. Al principio parecía asustado y se acercaba con muchas precauciones, así que fui yo el que me aproximé a él lentamente y con palabras suaves hasta que pude acariciarlo. Los perros son mi debilidad y aquel me dio mucha lástima por el estado en que venía. Era un pequeño yorkshire que me miraba con ojos inteligentes y suplicantes. Estaba macilento, sucio y despeinado y llevaba todo el día vagabundeando por ahí, padeciendo hambre y sed. Cuanto más le acariciaba, más me lloriqueaba, seguramente para despertar aún más compasión. Lo acerqué a la caseta y le ofrecí buena parte de mi cena. Rajé con el cuchillo una botella de agua vacía y le fabriqué un bebedero improvisado, para que se saciara.

Cuando terminamos de cenar salimos a dar unos pasos y a contemplar la puesta de Sol. Todavía me quedaban unas cuantas horas de destierro diario, pero al menos las pasaría en compañía. El animal ya no estaba triste, más bien al contrario, me movía el rabo y me hacía saltos y cabriolas, en un intento de que me apiadara de él y lo tomara como mascota. Me senté a meditar un poco y distraidamente tomé el libro que estaba leyendo. Entonces sucedió un hecho nunca visto. El perro me miró con ojos inteligentes y me dijo: "Veo que estás interesado en la Segunda Guerra Mundial. Yo podría contarte algunos hechos de los que no están en los libros..." En realidad no me habló con estas palabras, sino con unos elegantes ladridos que, con gran sorpresa por mi parte, yo podía entender a la perfección. Dejé mi volumen sobre Stalingrado en la mesa y me agaché para hablarle: "Pero ¿cómo es posible esto? ¿Es verdad que me estás hablando tú?". "Claro que sí", contestó, "somos pocos los perros que sabemos comunicarnos con los humanos y pocos los humanos que pueden entender nuestro lenguaje, pero por una vez parece que hemos coincidido." Un fuerte bocinazo interrumpió sorpresivamente tan interesante conversación. Un vehículo quería salir del aparcamiento y reclamaba mi presencia para que le levantara la barrera. Yo debía ofrecer un aspecto muy cómico agachado y manteniendo un serio coloquio con el pequeño animal, porque conductor y pasajeros soltaron una fuerte risotada al salir del recinto. Lo cierto es que no llegué ni siquiera a sentir vergüenza, sino que me apresuré a volver con mi nuevo amigo. "¿Quieres que te cuente una historia que me contaron? Así te distraeré", me espetó. "Claro, como no", le contesté. ¿Cómo podría negarme? Nos acomodamos dentro de la garita y Harpo, como más tarde decidí llamara a mi mascota, no sin cierta ironía, adoptó una actitud de seriedad y comenzó a hablar, o más bien a ladrar:"

martes, 23 de junio de 2009

EL CONTRATO DEL DIBUJANTE (1982), DE PETER GREENAWAY. EL ARTISTA INSOLENTE.



Peter Greenaway es un cineasta inclasificable y original, que realiza un cine muy personal en el que da rienda a sus obsesiones. Una de sus obsesiones es el arte y de ello es fiel reflejo esta cuidada producción.

"El contrato del dibujante" cuenta la historia de un artista que es contratado para realizar una serie de dibujos de una bonita propiedad de la campiña inglesa. El dibujante resulta ser el más insufrible y pedante de los hombres, pero sus servicios son requeridos a cualquier precio, incluso pagados con algo más de dinero por parte de la señora Herbert. A mí la película se me ha hecho larga, muy larga. Largas peroratas por parte de sus actores, declamadas en perfecto inglés digno de un curso de idiomas de la BBC, que intentan ser más originales y "maliciosas" que las del interlocutor, ambiente de serie televisiva cara y un argumento confuso. Entre sus virtudes: su valentía y originalidad y los momentos eminentemente creativos por parte de su protagonista, donde plasma sobre el papel unos dibujos realmente hermosos y que esconden mucho más de lo que parece.

Seguiré atreviéndome con Greenaway, pero con mucho recelo...

lunes, 22 de junio de 2009

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA "ARCADIA".



Este fín de semana se han celebrado en Málaga, con gran éxito, las primeras jornadas de novela histórica "Arcadia", organizadas por la Asociación "Mejor con un libro", dedicada a la organización de encuentros culturales entre autores literarios.

Se inauguraron el viernes por la tarde, con una Mesa Redonda, en la que se trató de dilucidar lo que es la novela histórica, formada por Juan Gálvez, presidente de la asociación, Olalla García, autora de "El jardín de Hipatia", Félix Modroño, autor de "Muerte dulce" y Santiago Morata, autor de "La sombra del faraón". Aunque no se llegó a conclusiones claras, ya que es enormemente difícil definir un género que tanto abarca, sí que se pudo consensuar que es la novela que trata acerca de unos hechos pretéritos, cuyo autor ha tenido que documentarse para escribirla para ser fiel a la época donde transcurre y, esto es ciertamente original, cuyos personajes en circunstancias normales, estarían todos muertos en la época actual. Se hizo mucho hincapié en la importancia de la documentación, para que la narración sea creible y el lector se sienta transportado a otra época, logrando así aprender historia sin apenas darse cuenta.

Ciertamente, cuanto más remota sea la época que elijamos para narrar, más dificultades encontraremos para acceder a fuentes y más lagunas tendremos que atravesar a base de imaginación. Cuanto más nos aproximamos a la época actual, el problema es el contrario, ya que la abundancia de fuentes puede ser apabullante. Bien es cierto que, tal y como ocurre con la historia de la pintura, los historiadores se han ocupado casi exclusivamente de los grandes hechos y de los grandes protagonistas. El pueblo llano, la gente humilde, apenas ha tenido protagonismo en la historiografía hasta hace bien poco, por lo cual, la vida cotidiana de la gente es un campo interesante a explorar.

El sábado se organizaron conferencias durante todo el día en la librería Luces. Yo tuve la oportunidad de asistir a la de Olalla García, en la que presentaba su libro "El jardín de Hipatia". Contra lo que pudiera creerse, no ha sido escrito aprovechando el tirón de la película de Amenábar, sino que es fruto de tres años de rigurosa investigación. Que haya coincidido con el estreno cinematográfico probablemente ayudará a las ventas, pero ha sido mera casualidad. Durante esta exposición se nos transportó a la Alejandría del siglo IV, al conflicto entre cristianismo y paganismo que tendría suma importancia en el devenir de occidente.

"Mejor con un libro" dispone ya de un lugar donde reunirnos regularmente. Personalmente, espero aportar mi granito de arena en la organización de futuros eventos y la puesta en marcha de nuevas actividades culturales. Mi felicitación a Juan por la idea de crear la asociación.

(La foto no está tomada en la Feria, sino en la celebración del sábado por la noche en la peña El Sombrero).

sábado, 20 de junio de 2009

DESAYUNO POR LA TARDE (2005), DE ANDI WATSON. INDICIOS DE CRISIS.


Otro de los comics prestigiosos que estoy leyendo últimamente que nos hablan de problemas cotidianos y reales. En esta ocasión narra la historia de una pareja que convive bajo el mismo techo, con planes de boda, que ve como su mundo se derrumba al quedarse en paro los dos, por cierre de la fábrica de porcelana donde trabajaban, en una ciudad de Reino Unido.

Cada uno se lo tomará de manera diferente. Mientras ella lo ve como una oportunidad de buscar nuevos horizontes, para él es una especie de fín del mundo, porque le gustaba tanto su trabajo que es incapaz de verse haciendo otra cosa. Rob empezará una caída que le llevará incluso a la ruptura de su relación. ¿Es tan dramático este cómic como pudiera parecer? La situación de partida es muy desagradable, pero resulta que estamos en el Reino Unido a principios de la era Blair, cuando la crisis podía afectar a algunos sectores de la economía, pero la gran mayoría gozaba de buena salud. De hecho a Andi se le presentan varias oportunidades de trabajo, pero su orgullo y cabezonería le impiden aceptarlos. Ya quisiéramos situaciones "dramáticas" como esta en España. Aquí quien pierde el trabajo sabe que lo va a tener enormemente difícil para volver a encontrar empleo en su sector o en cualquier otro. El índice de paro de hace un año y medio en nuestro país, cuando todo parecía ir viento en popa, resulta trágico en el Reino Unido o Alemania y verdaderamente los gobiernos se preocupan en adoptar medidas que suavicen la coyuntura. Por eso digo que, aunque la situación que propone este cómic es desagradable, no resulta desesperada. A ver cuando alguno de nuestros grandes autores hace algo parecido, pero centrándose en nuestro espeluznante mercado laboral.

jueves, 18 de junio de 2009

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES (2004), DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ. EL SOLTERÓN Y LA MENOR.



(Libro comentado en el Club de Lectura de la Biblioteca Provincial de Málaga).

No soy un gran amante de la literatura de García Márquez. En la clásica rivalidad entre los más populares escritores de Sudamérica me decanto claramente por Vargas Llosa, que me parece un autor mucho más completo. Todo esto lo digo sin desmerecer a Gabo, que posee una prosa estilísticamente difícil de igualar. El problema es que me suelen aburrir sus argumentos y no suelen interesarme sus tramas y personajes. "Cien años de soledad" y "El amor en los tiempos del cólera", dos de sus creaciones más queridas por los lectores me resultaron un poco pesadas, con tanto personaje de apellido Buendía en la primera y tanto amor contrariado en la segunda, pero en cualquier caso comprendo perfectamente a quien disfruta con estas narraciones, es una cuestión de gustos, no de calidad. "Crónica de una muerte anunciada" sí me pareció un libro redondo, una narración breve y humilde, sin la desmesura de las otras dos, pero con mucho más contenido.

Esta "Memoria de mis putas tristes" fue polémica en su momento por resultar para muchos una especie de elogio de pederastia. Sin ahondar en este litigio y defendiendo la libertad de cualquier autor para escribir acerca de lo que le de la gana, sí que me ha resultado desagradable leer la historia de este anciano de noventa años que, tras una discreta vida de putero, quiere darse un homenaje acostándose con una muchacha virgen de catorce años, pagando por ello. La relación resultará ser mucho más pura e inocente de lo que se preveía al principio, pero aun así nos encontramos ante un abuso de superioridad de quien se aprovecha de la pobreza y de la falta de opciones de la víctima. Una pregunta que he planteado a mis compañeros: ¿cambiaría mucho la historia de ser una viejecita de noventa años la que se acostara con un efebo de catorce? Ahí la dejo planteada, para que reflexionen los lectores.

Aparte de la obvia mención que se hace al principio a "La casa de las bellas durmientes", de Kawabata, la novela, por su temática, puede también compararse a la obra maestra de Thomas Mann "Muerte en Venecia" y así lo hemos hecho. A mí la del autor alemán me parece mucho más dramática que la del colombiano y su protagonista sale mucho peor parado, porque si en esta segunda el personaje principal conocía ya los ambientes malsanos de la prostitución, en "Muerte en Venecia" Gustav ha llevado una vida rigurosa e intelectual y todo esto se hace trizas (ridicula o grandiosamente, según lo queramos interpretar), con la presencia en la decadente Venecia de un bello adolescente que le rompe todos los esquemas racionales en los que había basado su vida hasta el momento y le hace conocer una pasión destructora.

Al final voy a acabar hablando más de Thomas Mann que de García Márquez. Cada cosa a su tiempo.

miércoles, 17 de junio de 2009

EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ A SU MUJER CON UN SOMBRERO (1985), DE OLIVER SACKS. ASUNTOS INTERIORES.


Oliver Sacks es un conocido neurólogo cuyos libros, relatando los casos clínicos a los que se enfrenta diariamente, son auténticos best-sellers. Lo más terrible de este que acabo de leer es que su título no es metafórico ni mucho menos, sino que se refiere, literalmente, a un hombre que realmente confundió a su mujer con su sombrero e intentó ponérsela en la cabeza, delante de los ojos del doctor Sacks. Realmente las magníficas historias de Rompetechos no me parecen ahora tan exageradas.

Desfilan por las páginas de este ensayo una gran variedad de tipos humanos, casi todos con un denominador común: se hallan perdidos en sus propios mundos a causa de enfermedades cerebrales de todo tipo y su anclaje con el mundo exterior, el que nosotros, seres normales, vivimos cada día, resulta ser enormemente dificultoso. Normalmente el autor puede hacer bien poco para remediar estos males, solo intentar hacer más llevadera la vida de estos inadaptados y, lo que es más importante, establecer canales de comunicación con ellos.

Resulta estremecedor constatar el poco terreno que nos separa de los abismos de la locura, como cualquier leve fallo de nuestro sistema cerebral puede alterar nuestra vida por completo: provocarnos fallos de memoria, de percepción, de movilidad, hacernos sentir que nuestro propio cuerpo no nos pertenece... o incluso llegar a experimentar accesos de felicidad instantánea y completa, pues no todas las experiencias son negativas y el doctor Sacks a veces deja entrever la idea de que no existe un "estado normal" de la mente, sino que cada individuo tiene una percepción distinta y original del mundo en el que vive. Él se ocupa de los estados más extremos de desviación de lo que consideramos normal y lo hace con gran humanidad, tratando de ponerse en el lugar del paciente, de comprender sus actos y sus sufrimientos. No siempre lo consigue claro, pero su escritura limpia nos da una idea de la lucha diaria a la que debe enfrentarse, una lucha desigual, pues se enfrenta a casos únicos y el desconocimiento acerca del funcionamiento y las posibilidades de nuestro cerebro es inmenso.

Un libro rebosante de humanidad, que nos ayuda a comprender lo que realmente somos, cuya lectura estremece y conmueve al lector a partes iguales.

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES (2009), DE NIELS ARDEN OPLEV. LA OTRA CARA DE SUECIA.



Siempre he pensado que el modelo de sociedad sueco es el menos imperfecto entre todos los países: un Estado esencialmente socialdemócrata que redistribuye con efectividad la riqueza entre todos sus ciudadanos para que no existan los ricos excesivamente ricos ni los pobres de solemnidad. Viendo la adaptación de la novela que he comentado en el anterior post me han cambiado algunas ideas sobre la perfecta sociedad sueca (aparte del hecho de que sea el país con mayor índice de suicidios, pero eso no me parece ni bueno ni malo, sino todo lo contrario): elementos antisistema, asesinos de mujeres sueltos, maltratadores impunes y especuladores admirados por sus conciudadanos. No es un cuadro tan de color de rosa, aunque sigo pensando que si lo comparamos con el que ofrece España, Suecia sigue siendo el paraíso en la Tierra.

Traigo esto a colación porque, independientemente de la trama policiaca, que resulta muy interesante, me parece que uno de los objetivos de Larsson en la novela es advertirnos de los peligros de la autocomplaciencia, hacernos tomar conciencia de que si removemos un poco en el sistema de su país, tan avanzado, la mierda va a salir rápidamente a la superficie. Resultan estremecedoras las cifras de maltrato y acoso sexual contra la mujer que expone al principio de cada capítulo. Hace plantearse muchas cuestiones acerca de la efectividad de las políticas de igualdad que tan pomposamente "desarrollan" nuestros gobiernos.

Centrándonos en el film, hay que decir que nos encontramos ante una buena adaptación: se ha mantenido lo esencial y se ha obviado lo superfluo del libro, realizando algunos cambios mínimos que agilizan la trama. Desde mi punto de vista los actores están perfectamente escogidos, es más, en pocas ocasiones he identificado tan plenamente a los personajes que había fabricado previamente mi imaginación con los que veo en la pantalla: eso me ayuda a no distraerme en comparaciones y seguir la trama, muy bien ambientada y dirigida a buen ritmo: los 152 minutos que dura la película apenas se notan. También es de agradecer que se hayan respetado las escenas más duras del libro y aparezcan con toda su crudeza en pantalla. Claro que no nos encontramos ante ninguna obra maestra, pues no podemos pedir peras al olmo, pero sí ante una obra correcta que respeta plenamente el espíritu de la novela en que se basa. Ya era hora de que nos presentaran a un detective que no es alcohólico ni drogadicto ni frecuenta a prostitutas... De la parte oscura ya se encarga sobradamente Lisbeth Salander, pero de un modo ciertamente original.

¡Ah! Y un huequecito para mi tierra al final. Quién lo iba a decir, Málaga, ciudad del paraíso, convertida en paraíso fiscal.

lunes, 15 de junio de 2009

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES (2005), DE STIEG LARSSON. LA SAGA DE LOS VANGER.


Desde luego esta novela no necesita presentación: la primera de la trilogía Millennium que está volviendo locos a millones de lectores. Yo la he leído estimulado por el estreno de la película. Quería, como es habitual en mí en tantas ocasiones, realizar de nuevo la placentera actividad de leer un libro para ver la película inmediatamente después. Es una actividad fascinante: comparas la visión del director con la tuya propia, juzgas si los actores son las más adecuados y reflexionas acerca de los cambios que se introducen en la versión cinematográfica.

La trama presenta el clásico argumento de la novela policiaca: un crimen sin resolver y una serie de sospechosos, pero con algunas peculiaridades: el crimen sucedió hace más de cuarenta años y los encargados de resolverlo no son unos detectives convencionales. Mikael Blomkvist es un periodista especializado en escándalos económicos: investiga las actuaciones de las empresas como otros investigan las actuaciones de los políticos. Es uno de los temas del libro que más me llaman la atención: mientras observamos con lupa a los políticos, los financieros y empresarios son capaces de provocar desastres con sus malas prácticas (ahora mismo estamos sufriendo uno a escala planetaria), pero normalmente se van de rositas e incluso son admirados, porque nadie les investiga seriamente. Además, en las últimas páginas Blomkvist realiza una lúcida distinción entre economía real y economía especulativa, algo muy básico, pero que no solemos tener presente cuando leemos la prensa económica:

"Hay que distinguir entre dos cosas: la economía sueca y el mercado de la bolsa sueca. La economía sueca está constituida por la suma de todos los servicios y mercancías que se producen en el país día tras día. (...) La bolsa es algo completamente diferente. Ahí no hay economía que valga, ni producción de mercancías ni de servicios. Simples fantasías; de una hora a otra se decide si esta empresa o la de más allá vale no sé cuantos miles de millones más o menos. No tiene absolutamente nada que ver con la realidad ni con la economía sueca".

Lisbeth Salander, la verdadera estrella del libro es una chica asocial, que oculta algunos secretos sorprendentes que se van desvelando a lo largo de este primer volumen pero que, intuyo, tomará protagonismo en la segunda entrega.

Juntos, y uniendo sus habilidades, que resultarán complementarias, van a resolver el misterio, por supuesto, pero, vayamos por partes. En su primera mitad la trama avanza muy lentamente y la sobreabundancia de información abruma al lector, que ha de leer muy atentamente la historia de la familia Vanger (me consta que hay quien se iba dibujando un esquema) para no perderse entre tanta familia, aunque poco a poco, de tanto nombrarlos nos vamos familiarizando con ellos. La segunda mitad resulta mucho más entretenida y brillante, con el encuentro de esta singular pareja y la aclaración progresiva de lo que sucedió aquel día que tanto obsesiona a Henrik Vanger.

Quien busque alta literatura es evidente que no la va a encontrar aquí, pero si que hay que reconocer que Larsson está bastante por encima de la mayoría de autores de best-sellers y que es muy competente en la creación de personajes, tarea fundamental para que una novela presente un mínimo interes. Aunque la trama esté descompensada y sobren bastantes páginas, me he quedado con ganas de seguir leyendo la trilogía y eso ya dice mucho de las virtudes de un autor tristemente desaparecido y que no pudo completar los diez volúmenes que tenía en proyecto.

domingo, 14 de junio de 2009

LOS COMBATES COTIDIANOS (2003-2006), DE MANU LARCENET. EL OFICIO DE VIVIR.


Aunque todavía no es una obra acabada, y por lo tanto no es redonda, no he podido resistir la tentación de leer los tres álbunes publicados en España (no estoy seguro de si el cuarto también lo está) de esta obra, una de las más alabadas últimamente en el prolífico mundo del cómic franco-belga.

Marco es un fotógrafo en crisis creativa. Ha viajado a los peores escenarios imaginables con la cámara al ristre, pero ahora se ve incapaz de trabajar, sufriendo unos agudos ataques de pánico a los que sobrevive a base de pastillas. Su vida está marcada por la necesidad de anclarse a una rutina concreta y no evolucionar, situación que no le hará mucha gracia a su bondadosa novia, que trata de ayudarle como puede , orientándole hacia lo que se supone que debe ser la vida en pareja. A través de las páginas del cómic le veremos enfrentarse a graves problemas familiares (el alzeimer de su padre) y a dilemas éticos, como el de su amistad con un simpático viejecito de oscuro pasado y que, para más inri, fue compañero de su padre en el ejército...

Una historia que va de menos a más, en la que Lancenet se va sintiendo cada vez más cómodo, de dibujos que parecen caricaturescos en un primer vistazo, pero cuyos personajes poseen rasgos y expresiones enormemente humanos. Me he quedado con ganas de saber como continua la historia.

BLANKETS (2003), DE CRAIG THOMPSON. EL PRIMER AMOR.


Hay que tener valor para emprender la tarea de realizar una novela gráfica de casi seiscientas páginas y consagrarse como uno de los mejores historietistas estadounidenses del momento. Tenía muchas ganas de poder leer este "Blankets". Su elevado precio era disuasorio para mi economía, pero la biblioteca ha resuelto el problema.

"Blankets" es una narración autobiográfica valiente y sincera. Cuenta la infancia y adolescencia del autor, marcada por su estricta educación religiosa, su relación con su hermano pequeño, sus malos tragos en la escuela y, sobre todo, su historia de amor con Raina. En realidad, prácticamente solo van a contar con dos semanas para conocerse y estar juntos, pero su relación va a ser tan pura como la nieve que les rodea. Craig estudia la Biblia, intenta cumplir con sus preceptos religiosos sin hipocresías, imagina represalias divinas cuando considera que ha pecado para finalmente sumergirse en un mar de dudas de las que saldrá reforzado como individuo para concluir que "la Biblia, las iglesias, el dogma... sólo crean barreras entre las personas y las culturas. Niega la belleza del ser humano, e ignora todos esos huecos que tienen que ser llenados por el individuo". Finalmente se siente liberado caminando por la nieve, dejando sus huellas donde le apetece.

Un volumen exquisito, obra de un autor que expone su vida con sinceridad y sensibilidad.

sábado, 13 de junio de 2009

LOS MUNDOS DE CORALINE (2009), DE HENRY SELICK. DE LO BELLO Y LO SINIESTRO.


De Neil Gaiman, a pesar de su fama y de mi amor por los comics, he leído realmente poco. Solo algunos números de su obra más representativa "Sandman" y algún cómic suelto de DC, como "La cruzada de los niños". Aún así, estas escasas lecturas me han dado la idea de un autor original como pocos, cuya fuente principal de creación se extrae de nuestros subconscientes, por lo que su lectura es altamente perturbadora, aunque no sepamos explicar exactamente por qué.

"Los mundos de Coraline" está basado en una novela de Gaiman. Lo primero que hay que decir es que no es una película para niños, aunque supongo que los niños la disfrutarán a su manera. Es una película para adultos que han sido niños, como supongo que habremos sido todos, sobre los vacíos de la infancia, que también los hay, y la búsqueda de la felicidad absoluta, cuando aún no se comprende que es una quimera y que lo que se nos muestra como tal, normalmente es una trampa.

El resultado de la adaptación de Selick es una de las películas más inquietantes de los últimos tiempos. Coraline se debate entre dos mundos: el aburrido y convencional que le ofrecen sus verdaderos padres y el mundo feliz y perfecto que le ofrece su otra familia, la de botones en lugar de ojos. Pronto descubrirá que todo es un anzuelo siniestro que busca su perdición. Escapar no le va a resultar nada sencillo. Y en medio de todo esto, una imaginación desbordante y sin prejuicios con escenas tan memorables como la del teatro de los perros. El desasosiego que se va apoderando poco a poco del espectador, como si estuviera viviendo un sueño propio. Estas impresiones son reforzadas por la vida que exhalan sus personajes, marionetas dotadas de una autenticidad y de unos registros interpretativos que ya quisieran para sí muchos actores.

NUNCA ES TARDE PARA ENAMORARSE (2008), DE JOEL HOPKINS. POLOS SIMILARES SE ATRAEN.



Veo esta película ante todo por la atracción de ver en la pantalla a estos dos grandes actores juntos, y no me decepcionan. Harvey es un músico divorciado y amargado. Acude a Londres desde Nueva York a la boda de su hija, pero ha estado tan distanciado de su familia que es un extraño entre ellos y ni si quiera le dejan acompañar a la novia hasta el altar, papel que asumirá su padrastro. Así excluido, la reunión familiar le resulta un infierno poco llevadero y su carácter borde tampoco le ayuda a ser sociable: se escapa de allí y da una excusa para no asistir al banquete.

Kate es una mujer solitaria, agobiada por la omnipresente figura de su madre y de caracter poco comunicativo y cortante. El encuentro casual con Harvey no podía ser sino un catálogo de borderías, pero he aquí que cuando se conocen mejor, se atraen y comienzan a vivir su particular historia de amor. Uno sale del cine esperando sinceramente que les vaya bien, porque esos caracteres de ambos, atenuados ahora por el comienzo de la relación amorosa, pueden ser una auténtica bomba de relojería, esperando al más mínimo contratiempo para que estallen hirientes disputas. Seguramente la magia del cine les cambiará para mejor y hará que los últimos años de estos maduros personajes sean sus años dorados, haciendo que el apoyo mutuo sea un bálsamo para los múltiples errores del pasado.

Una película entretenida, pero olvidable, porque la historia la hemos visto cientos de veces, aunque en esta ocasión los personajes no son seres encantadores precisamente y están muy bien llevados por dos monstruos de la interpretación. Una pregunta muy personal: ¿Qué tenía de malo el título original, "La última oportunidad de Harvey"? Creo que es mucho más ilustrativo acerca del contenido de la película que el que le han puesto en nuestro país.

viernes, 12 de junio de 2009

EL VIAJE DEL ELEFANTE (2008), DE JOSÉ SARAMAGO. LA SABIDURÍA DE SALOMÓN.



(Libro comentado ayer en el Club de Lectura de la Asociación de Amigos de la Cultura de Velez-Málaga).

Después de una penosa enfermedad, que le puso al borde de la muerte, Saramago entregó una nueva novela el año pasado, pero no una novela pesimista, como quizá correspondería a la dura experiencia vivida, sino quizá la más optimista de sus narraciones, la crónica (basada en un hecho histórico) del viaje de un elefante, el elefante Salomón, desde Lisboa hasta Viena. Un caprichoso regalo entre soberanos.

El estilo de Saramago apenas cambia. Sigue siendo de gran densidad de palabras, de ideas que se sobreponen unas a otras, a veces con doble sentido, para leer conteniendo la respiración. Para mí, como lector, funciona bien, pues logra zambullirme en la historia, sentir lo que sienten los personajes, captar las pinceladas de sus descripciones, sentir la fatiga del polvo del viaje o percibir los olores que emana Salomón. Puede ser un estilo fatigoso para quien no se haya acercado nunca a la obra de Saramago, con su particular utilización de los signos de puntuación o de las reglas de la ortografía, pero superada la extrañeza inicial, es fácil dejarse llevar.

Particularmente tengo un pequeño problema con Saramago, pues el primer libro suyo que leí, "Ensayo sobre la ceguera", me deslumbró. Cuando he leído otras de sus novelas como "El evangelio según Jesucristo", "Memorial del convento" o "La caverna" siempre lo he hecho comparándolas inevitablemente con aquella. Y "Ensayo sobre la ceguera" ha salido ganando con mucha diferencia, algo que he corroborado este mismo año en una segunda lectura. Pero se que esas son apreciaciones estrictamente personales.

Centrándonos en el libro que nos ocupa, yo no lo considero un mero divertimento de Saramago ni una improvisación, como sostenían algunos compañeros, sino un relato meditado y que, si lo pensamos bien, tiene su sentido. Para mí el personaje de Salomón (o Solimán, como lo rebautiza arbitrariamente el archiduque), resulta todo un logro. No es un animal humanizado, sino un bondadoso elefante, con todas las consecuencias que eso trae: aún sin proponérselo, va sembrando una breve felicidad entre los pobres aldeanos de los lugares por donde pasa y entre los humanos que viajan con él, casi se podría decir que su sola presencia evita una escaramuza entre soldados portugueses y austriacos, aunque, como bien dice Saramago, de haberse declarado guerra entre los dos países, hubieran tenido dificultades para encontrar un campo de batalla. Salomón no se opone al viaje en ningún momento pero, eso sí, él marca los ritmos del mismo. El cornaca, el cuidador del elefante, el único que sabe controlarlo, es el otro personaje imprescindible en este cuadro, resultando muy divertidas sus reflexiones sobre las costumbres y la religión de occidente. El clero, que mucho ha sabido de manipulación de conciencias desde tiempos inmemoriales, no desaprovechará la ocasión de utilizar el elefante a su manera, en su paso por Padua: nada menos que convencerá al cornaca para provocar un milagro frente a la famosa basílica. Saramago no desperdicia su oportunidad de lanzar un nuevo dardo contra la religión católica. Nunca está de más.

Me ha agradado leer un libro optimista, donde los personajes no sufren más de lo necesario y en el que, casualmente, conozco casi todas las ciudades del itinerario elefantino: Lisboa, Valladolid, Padua, Verona y Viena. Un hermoso viaje, aunque muy penoso en pleno siglo XVI y con elefante incluido. Sí que le tendría que poner un pero, y bastante importante. Son las referencias continuas a hechos y costumbres posteriores a la época en la que se enmarca la novela, sobre todo de hoy día, que creo que nos interrumpen bruscamente el hilo temporal sin ninguna necesidad práctica. Es la manera de narrar de Saramago: fabulaciones y disgresiones, que a veces se alejan por completo del tema principal.

Un libro que gustará a los seguidores de Saramago que, aunque inferior a muchas otras de sus narraciones, resulta tremendamente interesante, pues se trata de uno de esos escritores cuya voz siempre merece la pena ser escuchada.

Después del debate, estuvimos tomando algo en la magnífica terraza del hotel Torremar, para despedir el curso entre interesantes conversaciones. La fecha de regreso es el 15 de octubre, con dos libros leídos: "Donde el corazón te lleve", de Susanna Tamaro y la interesantísima "Anatonía de un instante", de Javier Cercas.

miércoles, 10 de junio de 2009

ORDET (1955), DE CARL THEODOR DREYER. LA FILMACIÓN DE UN MILAGRO.


Llegamos aquí a un punto culminante en la filmografía de Dreyer. "Ordet" es una obra insuperable, quizá la película más profundamente religiosa que se haya filmado y a la vez una obra sencilla y desnuda de todo artificio.

Hay que ver "Ordet" en versión original, escuchar los matices de la voz del "loco" Johannes cuando predica como un nuevo Jesucristo y sus familiares mueven la cabeza resignados. Extraña enfermedad esta, la de la religiosidad, que obliga a creer en lo que no se ve y volver, en cierto sentido, a la inocencia primigenia de la infancia. Las sencillas prédicas de Johannes están muy por encima de las mezquinas disputas teológicas de las dos familias rivales, la de los protagonistas, que viven su fe con cierta alegría y liberalidad y la del sastre, mucho más estricta y temerosa de Dios. ¿Consiste la verdadera fe en seguir al pie de la letra ciertas ceremonias satisfaciendo así a un Dios del que apenas sabemos nada? ¿o más bien consistirá en intentar llevar una vida plena en todos los sentidos queriendo a los demás como a uno mismo? Personalmente hace años que no me defino precisamente por mi religiosidad, sino más bien al contrario. No creo que unas instituciones tan atadas a un ceremonial absurdo y con tanta ambición de poder terrenal representen a ningún Dios y mucho menos al personaje histórico de Cristo. Pero cuando uno se sumerge en una buena historia, sea en forma de libro o de cine, en cierto modo deja su vida de lado durante un rato y comparte la de unos personajes de cuya existencia nada sabiamos hasta ese momento, pero que de vez en cuando se quedan con nosotros largo tiempo, algunos incluso para siempre. En el caso de "Ordet" no pude dejar de tratar de comprender a Johannes, cual era su misión en esa pequeña comunidad, por qué decía palabras tan trascendentes con esa seguridad y lucidez...

La última escena es a la vez una sorpresa y no lo es, pues resulta coherente con el resto de la narración, por lo que no podía ser otro. Al final la pureza de la religión, o de la bondad, para los que no somos religiosos, estriba no tanto en las palabras pronunciadas como en la sencillez de nuestros actos. Quizá al buen cine le suceda lo mismo. El estilo de Dreyer hace que sus historias sigan perdurando dentro del espectador. Sencillez en las formas, complejidad infinita en el fondo.

martes, 9 de junio de 2009

STAR TREK (2009), DE J.J. ABRAMS. EL SENTIDO DE LA AVENTURA.


Nunca he sido fan de Star Trek, más bien me parecía una serie bastante cutre (en sus diferentes versiones) y una serie de películas que oscilaban entre lo simplemente correcto y lo decididamente ridículo. Cuando veía alguna película era exasperante su lentitud y los largos diálogos en el puente de mando entre los tripulantes de la nave, se supone que tomando apasionantes decisiones en situaciones límite.

Sin embargo, tenía muchas ganas de ver este nuevo comienzo auspiciado por J.J.Abrams, el creador de "Perdidos" (que todavía no he podido ver, mea culpa) y productor de "Monstruoso", que para mí es una película de culto, como he dejado patente ahí abajo. Es difícil de creer pero, siendo respetuoso con el pasado de la serie e incluso manteniendo la continuidad con una vuelta de tuerca muy original, Abrams logra modernizar el universo treekie y hacerlo realmente interesante, incluso para quien ha tenido poco contacto con los personajes. Aquí Kirk y Spock tienen un pasado y una personalidad definida, transmitiendo su carisma al espectador. No es que esta producción llegue, ni de lejos, al nivel de "La Guerra de las Galaxias", como he leído en algún sitio, pero sí que logra que las dos horas pasen en un suspiro, pues la acción no da respiro y las escenas están verdaderamente bien filmadas (especialmente la secuencia del tubo de perforación, un prodigio en cuanto a planificación y manejo de cámara para que no nos perdamos ni un solo movimiento de los contendientes).

Además de todo esto, es notorio el respeto a los fundamentos de la serie original: un mundo futuro en el que distintos pueblos de distintos planetas cooperan entre sí en una Confederación Galáctica. Las naves como el Enterprise patrullan por el espacio en misión de vigilantes de la paz (como las tropas de la ONU en nuestros días, pero con mayor efectividad), pudiéndose equiparar a los galeones que cruzaban antaño los mares explorando tierras desconocidas. Una premisa muy interesante que puede dar lugar a una buena saga, si se respetan las bases que ha colocado Abrams en esta primera entrega, que son respetuosas a la vez que rompen con todo lo anterior. Y eso que ha manifestado en más de una ocasión que siempre ha odiado Star Trek. Quizá esa haya sido la principal razón para tanta innovación y frescura.

lunes, 8 de junio de 2009

MONSTRUOSO (2008). DE MATT REEVES. HIPERREALISMO INTELIGENTE.


No es lo mismo ver esta película en el cine, en formato digital, que en dvd. En el cine, queramos o no, nos vemos envueltos por la historia, casi como si estuvieramos en medio de un Nueva York devastado. El grandilocuente sonido hace el resto. En formato dvd nos sentimos más bien como si contempláramos un telediario, algo que está sucediendo en la distancia pero que de cualquier modo nos estremece.

"Clovefield", como se titula originariamente la cinta, provocó polémica en su momento entre partidarios y detractores. Yo estoy entre los que disfrutaron con la propuesta del productor J.J. Abrams. Pocas películas consiguen esa sensación hiperrealista, con la ayuda inestimable de las imágenes del 11 de septiembre, que a todos se nos quedaron grabadas a fuego. Cuando vimos con la boca abierta aquel interminable telediario nos quedó la impresión de que todo era posible a partir de aquel momento. Aunque a veces puede parecer exagerada la valentía del muchacho que lleva la cámara, resulta alucinante dejarse llevar por lo que sucede en la pantalla e ir descubriendo poco a poco el aspecto del monstruo que arrasa Manhattan. El punto de vista escogido, unos testigos que intentan sobrevivir es muy acertado, porque es el punto de vista que tendriamos que padecer nosotros mismos si algún día nos sucediera algo parecido. De entre los muchos apocalipsis cinematográficos neoyorkinos que hemos visionado, yo me quedo con este y sus conseguidos efectos especiales, que están al servicio de la historia y no al contrario.

sábado, 6 de junio de 2009

NAZARÍN (1958), DE LUIS BUÑUEL. QUIÉN BIEN ANDA, MAL ACABA.


Cualquiera que conozca un poco mis gustos sabe que Luis Buñuel en el cine y Benito Pérez Galdós en la literatura son dos de mis grandes pasiones. Buñuel era lector de Galdós y adaptó varias de sus obras, interpretándolas a su gusto, como hacen los grandes genios. Bien es cierto que el escritor y el cineasta pueden parecer a primera vista personalidades antagónicas. Galdós en sus "novelas contemporáneas" quería plasmar la realidad sobre el papel y dejar una crónica implacable del tiempo que le tocó vivir. Buñuel buscaba transgredir, burlarse de lo sagrado y experimentar a través del cine. Pero si profundizamos un poco en Galdós comprobamos que don Benito no se conforma con meras descripciones de ambientes y personajes, sino que penetra en el interior de sus criaturas y analiza sus conflictos, sus propias trasgresiones de las normas establecidas en la sociedad madrileña del siglo XIX y no se amilana en absoluto a la hora de profundizar en los infiernos personales de sus criaturas, llevados en más de una ocasión hasta sus últimas consecuencias.

Este material debió fascinar a Buñuel, como fascina a cualquier lector de Galdós, que para mí está muy por encima de sus críticos. Una obra como "Nazarín" era un material absolutamente aprovechable para el cineasta: la bondad religiosa llevada hasta sus últimas consecuencias.

A Nazarín, sus compañeros de oficio le advierten en más de una ocasión de que al no respetarse a sí mismo no está respetando la dignidad sacerdotal. Él hace oídos sordos, pues su modelo es el mismísimo Jesucristo y su desprendimiento de los bienes terrenales, absoluto. No hay más que ver su vivienda en una sucia posada, poblada por pelanduscas y otras gentes de mal vivir. El bendito Nazarín es impermeable a todo mal, tan bondadoso que cualquiera puede aprovecharse de él: está acostumbrado a poner la otra mejilla, aunque sus buenas intenciones suelen provocar nefastos resultados. No obstante, tan peculiar personaje no puede pasar desapercibido y toma fama de santo entre las mujeres de mal vivir que le conocen, convirtiéndose estas en sus discípulas, muy a pesar del pobre Nazarín.En su peregrinar con sus mujeres apóstoles compone un cuadro francamente risible. Solamente le hará reaccionar una sentencia demoledora; cuando está preso, el buen ladrón que le ayuda le dice: "Usted por bueno y yo por malo, en realidad ninguno de los dos servimos para nada". Toda una advertencia para quien se lanza a hacer el bien sin pensar en sus consecuencias.

La película goza de muchos de los elementos que definen el cine de Buñuel, sobre todo en su etapa mexicana: el retrato de la pobreza extrema, de los miserables y sus supersticiones, los personajes quijotescos, la visión destructora de la religión católica...

viernes, 5 de junio de 2009

PÍLDORAS AZULES (2001), DE FREDERIK PEETERS. UN RINOCERONTE AMENAZANTE.


Observen a esta pareja. Mantienen una relación desde hace tiempo y son felices. Se quieren. Pero nada es perfecto. Ella tiene el virus del sida, al igual que su hija, fruto de una relación anterior. Él lo acepta y toman las más elementales precauciones a la hora de hacer el amor. Pero la noche antes a esta imagen el preservativo se ha roto. Noche de angustia y rápida visita al médico. El médico sonríe. Les dice que las posibilidades de haber contraido el sida son las mismas que encontrarse a un rinoceronte cuando salgan por la puerta. Gran sorpresa en sus rostros y en el del lector. La afirmación tiene su lógica: si el virus se transmite por la sangre, solo puede haberse producido contagio si el chico tenía una herida en el pene y, aún así, un contagio diagnosticado tan temprano puede ser curado con cierta facilidad. Rápido análisis del pene. Ni una heridita. Falsa alarma. A pesar de ello, la pareja se siente como si un rinoceronte les estuviera esperando a sus espaldas. Toda una historia en una sola viñeta.

Frederik Peeters crea una historia de amor autobiográfica con el sida de fondo. Pero no es una historia dramática, como pudiera parecer. La pareja se quiere y disfruta de su amor, conviviendo con un niño enfermo que debe someterse a tratamientos cada vez más agresivos. Con una generosidad infinita Frederik siempre está ahí, apoyando a sus seres queridos, al igual que lo hacía el personaje de Gino en la novela que comenté hace un mes, "Hacia la boda", de John Berger. El protagonista saca fuerzas de su interior para afrontar la situación. A veces dialoga consigo mismo de forma onírica. Una creación delicada y valiente este cómic, que le ha valido varios importantes premios al autor. A mí como lector me ha enseñado que sigue habiendo mucho desconocimiento acerca del sida. Los enfermos no son moribundos, sino personas que pueden llevar una vida relativamente normal, tomando ciertas precauciones.

El autor consigue en muchos momentos algo muy dificultoso para un artista: que el lector se implique en la historia y comparta los sentimientos de los protagonistas, que se angustie con ellos y celebre sus pequeñas alegrías. Una obra que recomiendo a todos los amantes de la literatura. Un perfecto primer acercamiento al cómic adulto europeo para quien nunca se haya atrevido y una respuesta de peso a quienes siguen pensando que los "tebeos" son algo infantil.

jueves, 4 de junio de 2009

LA PERDIDA (2002) DE JESSICA ABEL. TRAMPA MEXICANA.


Siempre resulta interesante examinar las relaciones entre países fronterizos, sobre todo cuando uno es rico y el otro es pobre. Normalmente existirá un flujo continuo de población del país pobre al rico. Si hace falta mano de obra barata y explotable, las fronteras se relajan. En las crisis económicas se blindan como si se esperara una invasión militar y los pobres inmigrantes deben jugársela para entrar en la tierra prometida.

"La perdida" narra una inmigración a la inversa. La protagonista vive en Chicago, pero le atrae México, país del que es originaria una parte de su familia. Desea dejar atrás una vida razonablemente cómoda para probar una existencia que considera más auténtica. Los personajes que conoce allí no parecen muy recomendables desde el principio. Son prototipos de la mala fama de Ciudad de México: pequeños traficantes, anticapitalistas furibundos y violentos... Parece mentira que aguante con tanto estoicismo el trato que recibe y como se aprovechan de ella de un modo totalmente machista. Durante la primera parte del cómic asistimos fundamentalmente a las relaciones entre personajes, que llevan vidas errantes y sin mucho futuro y a las experiencias de Carla en una cultura distinta, a la que intenta adaptarse con todo su empeño. En la segunda mitad se produce una violenta vuelta de tuerca, encajando algunos detalles que no habían pasado desapercibidos para el lector: la vida de Carla se convierte en un infierno, que no habría podido imaginar ni en sus peores suposiciones. Desde ese momento el título del album cobra su verdadero sentido. La protagonista comprende que tendrá que arreglárselas sola para salir de una situación de la que es culpable por ingenuidad y tolerancia extremas.

Merece la pena acercarse a un cómic tan prestigioso como este, bien documentado en las experiencias de la autora y con un dibujo excelente en el que destaca la expresividad de los rostros, un perfecto complemento a los bocadillos de texto. En la versión original el contraste cultural se enfatiza aún más por la mezcla de idiomas, efecto que inevitablemente se pierde con la traducción.

Si no han leído últimamente ningún cómic, prueben con este. No tengan prejuicios con el noveno arte. A veces, como en este caso, la historieta se convierte en literatura dibujada.

martes, 2 de junio de 2009

MONO Y ESENCIA (1948), DE ALDOUS HUXLEY. UN MUNDO INFELIZ.



Si están aburridos y no tienen nada mejor que hacer, prueben a buscar este título en la web de la Casa del Libro: se llevarán un chasco, pues actualmente se encuentra descatalogado. Yo he podido leerlo por estar editado conjuntamente con "Un mundo feliz" en la edición de Círculo de Lectores que compré hace algunos años, perteneciente a la magnífica colección "Utopías" a la que, por supuesto, me suscribí en su día.

Digo todo esto porque es pena grande que el libro sea inencontrable, porque resulta un complemento estimable a la novela más famosa de Huxley. Nos encontramos en un mundo postnuclear, un siglo después de la Tercera Guerra Mundial (cuando Huxley escribió esta novela, la guerra nuclear era una posibilidad cierta y parece que aún hoy sigue siéndolo, aunque a menor escala). Solo Nueva Zelanda ha conservado una civilización tal y como la conocemos hoy, por no haber sido objetivo estratégico. Unos científicos de este país se dirigen a California para investigar, una vez que han calculado que la radiación debe estar disipándose.

Lo que va a encontrar el protagonista no es una sociedad agradable. En Los Ángeles se venera a Belial, es decir, al diablo, invocado respetuosamente mediante el signo de los cuernos con los dedos. Los hombres han aceptado su desgracia y se han lanzado al culto diabólico, convencidos de que es el mayor poder que existe sobre la Tierra, en una especie de veneración del sufrimiento donde, como es habitual, la mujer tiene todas las de perder. La sociedad está totalmente degenerada y existen brigadas que se dedican a saquear los cementerios, único medio de conseguir ropa y joyas de la edad dorada de antes de la guerra.

La explicación que dan los peculiares dirigentes religiosos a la intervención del diablo en el mundo es bien sencilla:

"Entre la Segunda y la Tercera Guerra Mundial tuvieron todo el tiempo y todo el equipo que necesitaban. Pero prefirieron divertirse con la política de fuerza. ¿Y cuáles fueron las consecuencias? (...) Peor alimentación para mayor número de personas. Una mayor inquietud política, con el resultante aumento de agresividad nacionalista e imperialista. Y finalmente Aquello. ¿Y por qué prefirieron destruirse a sí mismos? Porque eso era lo que Belial quería que hiciesen, pués Él había tomado posesión..."

Son razonamientos con cierta lógica. Si este mundo imperfecto es un paño de lágrimas ¿por qué no admitir que es gobernado por el diablo en vez de por Dios? Una inocente guerra nuclear es capaz de convencer a cualquiera, por lo que no es extraño este culto fanático. Una auténtica "muerte de Dios". Una nueva religión que, en el fondo, tiene mucho de la vieja: irracionalismo, represiones y privilegios para sus ministros. Tampoco resulta un cambio tan profundo.

En esta ocasión y a diferencia de "Un mundo feliz", donde la escritura era seria y concentrada, aquí resulta burlesca y adopta la forma de guión cinematográfico, incluyendo a veces unos coros que anuncian el fín de la humanidad tal y como la conocemos. Se puede estar más o menos de acuerdo con la forma de relatar elegida por Huxley, pero creo que más de un lector estará de acuerdo conmigo en que el primer capítulo, con el hallazgo del manuscrito y la búsqueda de su autor, sobra. A mí me resultó bastante aburrido y lo leí con total desinterés, sabiendo que lo mejor vendría después, con la lectura del guión propiamente dicho. Y es que el autor se nos vuelve a revelar como un genio en la creación de sociedades insólitas

ÁNGEL SEFIJA (2000-2002), DE MAURO ENTRIALGO. AGUDAS OBSERVACIONES.


Leer las tiras de Mauro Entrialgo crea adicción. Yo lo hago a diario en el diario Público. Es uno de los más agudos observadores de la realidad. Cuando terminas de leerlo sientes que tiene toda la razón en lo que dice acerca de los ámbitos de la vida urbana que padecemos analizados en las tiras. Todo lo que cuenta seguramente estaba ya en nuestro inconsciente, pero él, haciendo uso de la mayéutica, como un moderno Sócrates, lo saca al exterior de un modo desenfadado. Por eso nos sentimos cómplices de este peculiar antropólogo que es Ángel Sefija. Ángel toma sus distancias para mirar la vida desde fuera y no suele participar en la acción, con lo cual puede ser absolutamente objetivo en sus valoraciones. Quizá sea este su secreto para sacarnos los colores cuando nos identificamos con alguno de los seres absurdos que pululan por sus viñetas.

lunes, 1 de junio de 2009

ALL STAR SUPERMAN (2008), DE GRANT MORRISON Y FRANK QUITELY. EL SUPERHOMBRE ANTE LA MUERTE.


Entre las muchas novedades del Salón del Cómic de este año ha sido opinión generalizada entre los especialistas que ésta ha sido una de las más interesantes. Y es que disfrutar del tratamiento que Morrison le da a un héroe tan puro como Superman resulta un festín para los sentidos.

Superman es un personaje muy antiguo. Arrastra miles de historias a sus espaldas, la mayoría malísimas. Un héroe tan poderoso difícilmente podía enfrentarse a retos a su altura. Con Batman ocurre justamente lo contrario: es un ser humano, muy entrenado, pero con muchas limitaciones. Eso hace interesantes sus historias, que suelen dotarse de un marcado tono detectivesco. Superman solo funciona bien cuando es tratado por el guionista como un semidiós, alguien muy por encima de los simples mortales, pero que elige libremente sacrificarse por ellos, asumiendo humildemente su rol de Clark Kent para comprenderlos mejor.

Morrison no se basa en la continuidad del personaje para narrar su historia, sino que se olvida del lastre de sesenta años de aventuras y sitúa a Superman ante un universo creado por él, aunque respetando los principales elementos que han sido una constante durante todos estos años: el plantel de secundarios integrantes de Daily Planet y su archienemigo Lex Luthor.

Precisamente es Luthor quien pone una trampa a Superman, que acaba contrayendo una enfermedad degenerativa. Ante esta triste realidad, el superhéroe debe hacer balance, aprovechar el tiempo que le queda (realizará doce hazañas, cuán Hércules moderno) e intentar encontrar a alguien o algo que le sustituya cuando ya no esté. Ante la muerte el superhombre se vuelve profundamente humano: si todo quería compartirlo con los hombres, la triste realidad de la muerte no podía ser una excepción.

Los mejores capítulos de esta memorable serie transcurren, desde mi punto de vista, en la Fortaleza de la Soledad, donde Superman se despide de su mundo privado y abre su alma a Lois Lane. Páginas irrepetibles, de gran delicadeza. Algo más flojo el tratamiento de Luthor, que se mueve por prisión, tras ser condenado a muerte, como Pedro por su casa, con tiempo y materiales para urdir nuevos inventos. Chirría un poco todo esto, pero en seguida nos olvidamos, cuando vemos la grandeza de los últimos momentos de Superman y de su heroico destino final.

Los soberbios dibujos de Quitely acompañan a la perfección la narración de Grant Morrison, como ya ocurriera en su recordada etapa juntos en los X-Men, aunque en esta ocasión sí que hay que resaltar ciertas influencias de Frank Miller y Alan Moore en el guión, otros dos monstruos del cómic americano.

Una serie magníficamente editada. Para conservar y volver a leer de vez en cuando, recreándose en sus muchos detalles. Y lo mejor de todo es que no hay por qué saber nada de Superman para disfrutarla. Los superhéroes también pueden ser shakesperianos.

EL VECINO (2007), DE SANTIAGO GARCÍA Y PEPO PÉREZ. PODER DE AUTODESTRUCCIÓN.


Leo los dos tomos de "El vecino" de un tirón, sacados en préstamo en mi nueva condición de ratón de biblioteca. Me encuentro con una historia muy agradable, de una gran frescura, una reflexión de lo que significa ser superhéroe, sin ninguna escena superheroica.

El protagonista no eligió su condición, pero está enganchado a los rituales superheroicos: tiene un enemigo con el que se pelea un día sí y el otro también, sin ninguna excusa especial, simplemente porque el otro es supervillano, aunque cuando se conocen un poco más íntimamente llegan a llevarse bastante bien. La vida de Javier resulta muy problemática, sobre todo para los que le rodean, especialmente su vecino, un muchacho bonachón que lo da todo por su amigo. Javier vaga sin rumbo, perdiendo trabajos, en una vida sin sentido que le lleva a una espiral de decadencia. En el segundo album le encontramos ejerciendo de mendigo, hundido en la miseria por elección propia. Solo sus amigos pueden redimirle, pues su único poder parece ser ocasionarse su propia autodestrucción. Este segundo album es más sórdido y amargo que el primero. Javier, que podría ayudar a la humanidad gracias a sus poderes solo sabe hundirse en la miseria.

El tratamiento no es exactamente realista, aunque los personajes están muy bien concebidos. El que el protagonista sea un superhéroe solo es una excusa para lo que verdaderamente interesa a los autores: hablar de relaciones humanas. Sus temas nos los resume su propio dibujante, el malagueño Pepo Pérez en laguiadelcomic.com:

"El autoengaño y las fantasías personales para rehuir la vida real, el contraste entre los sueños personales y la realidad, las vidas equivocadas, las crisis y el miedo al cambio vital (...), las adicciones, la soledad, la alienación, la incomunicación, el intento de conquistar a la persona de la que crees estar enamorado..."

Y es que hay veces que preferimos salir corriendo antes que afrontar grandes responsabilidades. Todos necesitamos un pequeño empujón de vez en cuando...