Harleen es uno de esos cómics de autor en los que el artista tiene (relativa) libertad artística para otorgar su visión personal a los personajes icónicos de DC. En este caso se trata del origen de Harley Quinn, un personaje que vive bajo la sombra del Joker, pero que tiene una interesante personalidad propia, puesto que su locura se alimenta del enamoramiento que siente por el villano. La obra de Sejic es lo suficientemente compleja y adulta como para mantener en todo momento el interés de un lector que se siente identificado con los sentimientos de su protagonista. Porque Harleen, pese a su indudable atractivo físico y su brillantez como psiquiatra, es un personaje solitario y acomplejado que encuentra en el Joker a una figura carismática que le ofrece un mundo absolutamente libre de preocupaciones y de restricciones morales. Todo el cómic ofrece una impresión al lector de perfecta planificación y conocimiento de los personajes, incluyendo a toda la mitología que rodea a Batman. El dibujo de Sejic, muy expresivo, es perfecto para reflejar los estados de ánimo de la protagonista, de un proceso que es a la vez de liberación y de hundimiento en las tinieblas. Harleen demuestra que también en la industria de los cómics de superhéroes se puede ser original si se otorga al autor la libertad necesaria para serlo.
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