sábado, 16 de noviembre de 2024

MOONRAKER (1955), DE IAN FLEMING Y DE LEWIS GILBERT (1979).

Aunque oficialmente la película sea una adaptación de la tercera de las novelas de la saga Bond de Ian Fleming, en realidad prácticamente solo aprovecha del material literario el título y el nombre del villano. La novela transcurre enteramente en Inglaterra y el objetivo de Hugo Drax no es la creación de una nueva raza humana en el espacio, sino la destrucción de Londres, en venganza por la derrota de la Alemania nazi diez años antes. Moonraker supera a las dos anteriores obras de Fleming en profundidad psicológica del protagonista. Aquí vemos a un Bond muy alejado del que adaptó Roger Moore. Se trata de un personaje frio y calculador que tiene una gran devoción a su trabajo y a su jefe y además aparece en algún capítulo en actitudes de acosador sexual que serían impensables hoy día. Fleming quiere transmitir a un personaje sacrificado en su misión de defender a Inglaterra, pero que también es capaz de disfrutar de una buena partida de cartas y de una buena comida.

La adaptación cinematográfica es una de las peores producciones de la saga Bond, ofreciendo secuencias muy espectaculares, como la del salto en avión sin paracaídas, en contraste con otras realmente ridículas e infantiles, como la mayoría de las intervenciones de Tiburón, un secuaz del villano que tenía potencial para convertirse en uno de los más siniestros, pero que acaba transformado en una parodia de sí mismo. En su último tercio la película se convierte en un puro delirio que quiere acercarse al reciente éxito de Star Wars, pero queda muy por debajo de ésta en emoción y en efectos especiales. No obstante se puede romper una lanza a favor de Moonraker en el sentido de pura diversión cinematográfica, sin más pretensiones que pasar un buen rato delante de la pantalla. Así sí funciona bastante bien la película de Lewis Gilbert, sobre todo cuando va mostrando la investigación de 007 por diversas partes del mundo. A destacar la presencia de Corinne Cléry, la chica Bond que probablemente tiene la muerte más cruel por parte del villano. Y es que no había chica que pudiera resistirse a una noche de pasión con el Bond de Roger Moore, que solo con mirarlas ya las seducía y las ponía en disposición de contarle todos los secretos de su jefe.

P: 5

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