Para Gustavo Bueno la realidad de España es un hecho apodíctico, una comunidad política de surge con un objetivo común y frente a un enemigo común y que, en cierto modo, es heredera del Estado visigodo:
"La nación, en su sentido moderno, representa un nuevo género de solidaridad derivada del oficio, de la religión o del negocio: es una solidaridad nueva, cuyo contenido es el propio de una comunidad política que se recorta frente a otras comunidades políticas. Esta nueva sociedad política, entendida como una sustancia dinámica en marcha hacia un futuro lleno de promesas para satisfacer los intereses de todos, es lo que comenzará a llamarse nación, en sentido político."
Después de definir España en términos de nación biológica, nación étnica y finalmente política, para convertirse finalmente en una nación moderna a principios de finales del siglo XVII. España frente a Europa se ocupa ampliamente también del proyecto común de Imperio desarrollado por la monarquía española, estableciendo un legado de luces y sombras, pero en el que prima más lo positivo, por no ser considerado un imperio depredador, sino integrador, aunque lo fuera desde un punto de vista religioso además de político. Por supuesto, frente a todo esto existe la leyenda negra, que Bueno trata de combatir con una interpretación erudita de numerosos textos y testimonios de la época.
España frente a Europa no es un ensayo de lectura fácil. Unifica filosofía e historia en búsqueda del ser de España, algo que ya intentaron otros pensadores como Ortega o Unamuno. Así pues, el libro de Gustavo Bueno constituye un trabajo intelectual de primer orden que se esfuerza en ordenar conceptos y normalizar el hecho de que España sea una nación, cuyos orígenes pueden ser similares a otras europeas, aunque sus tradiciones religiosas y filosóficas sean diferentes.
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