Pero Bond no sería nadie sin su elaborada galería de villanos que normalmente pretenden distorsionar el sistema capitalista que él defiende. Frente a su perfección física, el antagonista suele tener alguna tara que lo hace llamativo y diferente. Suelen ser unos resentidos con el sistema, que aprovechan las debilidades y contradicciones del mismo para enriquecerse y cambiar el destino del mundo a su favor, aunque no siempre sus motivaciones últimas sean exactamente éstas:
"Todas estas hazañas denotan un reconocimiento del capitalismo como estructura económica fundamental, así como, en paralelo, una voluntad férrea por dominar dicho sistema. En la mayoría de casos se busca dañar la solvencia del sistema financiero en el contexto de una economía productiva (especulación clandestina, extorsión, coerción de la oferta y la demanda) o bien desafiar directamente la libre competencia del mercado bajo la amenaza de un monopolio sine die; pero jamás se renuncia a las estructuras que conforman el ciclo del capital y que, en puridad, dotan de sentido al objeto último del crimen, a saber, la concentración de capital en forma dineraria."
Con la excusa del Brexit, evento que acababa de suceder cuando fue publicado el libro, el autor reflexiona acerca de la identidad británica del héroe y aprovecha para apuntar que muchas de las características de los villanos de Bond se reúnen en la figura de Donald Trump, emergente en aquellos días. Una lectura muy estimulante para los seguidores del personaje, escrita por alguien que conoce perfectamente y ha reflexionado acerca de las vertientes literaria y cinematográfica del mismo y que además está repleto de citas sacadas de distintas películas - con preferencia en la etapa de Daniel Craig - que aluden directa o indirectamente a los asuntos tratados en cada uno de los capítulos.
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