Nos encontramos ante una de las producciones más desmesuradas de la historia del cine, tanto que resultó ser una auténtica ruina económica - que no artística - para la Fox y uno de los rodajes más conflictivos que se recuerdan. Leer acerca de los avatares de la realización de Cleopatra es casi tan interesante como el visionado de la película. En su resultado final se nota la lucha titánica que se desató entre los productores y el director (el segundo director, puesto que su realización fue comenzada por Rouben Mamoulian). Los primeros querían espectáculo épico por encima de todo. Mankiewicz pretendía otorgarle un tono más intimista a una historia que ya había sido abordada por Plutarco, Shakespeare o Bernard Shaw. Contra todo pronóstico, los hados se conjuraron para que el equilibrio entre una y otra visión fuera perfecto y la Cleopatra que podemos ver hoy, después de una cuidada restauración, resulta ser una de las mejores películas de romanos jamás realizada, el retrato de una mujer poderosa que no se siente inferior a ningún hombre, aunque éste sea poseedor de un imperio. Míticas son las relaciones entre sus actores, sobre todo teniendo en cuenta el intenso romance que se desató en pleno rodaje entre Elizabeth Taylor y Richard Burton. A pesar de su larga duración, la película no decae en ningún momento y constituye un entretenimiento de primer orden para cualquier tipo de espectador, sea o no aficionado a la Historia. Es una lástima que muchas de sus escenas, descartadas de su montaje final, se encuentren hoy perdidas y solo se conozcan por algunas fotografías.
P: 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario