sábado, 7 de febrero de 2015
HISTORIA MÍNIMA DE ESPAÑA (2012), DE JUAN PABLO FUSI. EL AZAR Y LA NECESIDAD HISTÓRICA.
Todavía me acuerdo de aquellas declaraciones de uno de nuestros ex-presidentes de gobierno, cuando decía que España fue invadida por Al-Qaeda en el siglo VIII. No sé si fueron pronunciadas por pura ignorancia o por puro instinto manipulador, pero dejan patente que en demasiadas ocasiones la historia de nuestro país no es más que una excusa para que ciertos grupos políticos y nacionalistas puedan interpretar los hechos a su antojo (otro ejemplo terrible es el de la Guerra de Sucesión y sus presuntos vínculos con el independentismo catalán). Por eso es importante que todos conozcamos los azares (porque la historia no la dicta ninguna Providencia, sino el azar) que nos han traído hasta donde estamos. Que sepamos que todo es relativo, que no tenemos ninguna "misión", más allá de lograr el bienestar de los ciudadanos que formamos parte de este país que, después de todo, ha superado crisis mucho más graves que la actual. Conocer la propia historia evita ante todo que nos engañen, que nos manipulen y nos lleven como corderitos a escenarios que solo interesan a unos pocos. El patriotismo, esa palabra que siempre ha gozado de tan buena prensa, ha sido el caldo de cultivo de demasiadas injusticias.
Por eso es bueno que, a pesar de que en el mercado haya abundancia de historias de España escritas por los más prestigiosos divulgadores, se sigan escribiendo. Y si es una síntesis tan estupenda como la de Juan Pablo Fusi, capaz de llegar a todo tipo de lectores, el libro cumple una función fundamental y pedagógica para el ciudadano que estudió estos temas en el instituto y necesita refrescar estos conocimientos básicos. Una de las características más agradables de este libro es que intenta no tomar partido, ser lo más objetivo posible, aunque esta pauta se rompa hasta cierto punto en la descripción de las distintas etapas del actual régimen democrático. Lo que Fusi pretende es normalizar la historia de nuestro país, equiparándola a la del resto de los países de nuestro entorno. No voy a ponerme a resumir aquí el contenido del volumen, pero sí apuntaré un detalle que me ha parecido muy revelador: que el término español no se generalizó por lo menos hasta el siglo XII, por lo que el proyecto de España como nación no se inció con don Pelayo ni nada parecido, como quisieran hacer creer algunos. El mejor resumen de Historia mínima de España puede extraerse del último capítulo del libro, que sigue abundando en la idea de que es el azar, lo imprevisible, lo que al final gobierna nuestras vidas. El pleno sentido a lo que sucede solo podemos dárselo mucho después:
"La historia futura de esa España refundada democráticamente desde 1975 será, por definición, imprevisible, a menudo inquietante y siempre problemática: en ningún sitio está escrito que la historia sea o racional o justa. España, muchas historias posibles, era -si se recuerda lo escrito al principio- la tesis de este libro. España, en efecto, pudo haber quedado de forma permanente, como Turquía, dentro del mundo islámico, o pudo haber cristalizado, como Italia hasta 1861, en una pluralidad de reinos y estados, tal como se constituyó en los siglos XIII a XV. España se asomó a la historia europea con los Reyes Católicos. Fue un imperio universal y la gran potencia hegemónica en los siglos XVI y XVII. Fue, luego, un estado fallido en el siglo XIX y un país en buena medida trágico (Guerra Civil, dictadura de Franco), en el XX. La historia española no es -quede claro- ni una historia única ni una historia excepcional.
Como la historia de cualquier otro país, la historia española es, sencillamente, una historia muy interesante, cuyo conocimiento -una obligación política y moral para hablar apropiadamente de España- plantea un amplio repertorio de cuestiones esenciales. La verdad histórica, escribió Ranke, al fin y al cabo el más importante historiador de los tiempos modernos, es “infinitamente más hermosa e infinitamente más interesante que la ficción novelesca”."
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Una buena cosa de leer sobre historia es que te hace más razonable ante los acontecimientos presentes (que en el futuro serán historia... sin grandilocuencia alguna en esta simple alusión). Así desaparecen ideas un poco tontas sobre el destino de las naciones y cosas por el estilo.
ResponderEliminarHoy España se ha enganchado al carro de la Unión Europea y es lo mejor que nos podía pasar. Qué desgracia que esa posibilidad no existía en 1936...