sábado, 27 de julio de 2024

EL RAPTO (2023), DE MARCO BELLOCCHIO.

Lo más sorprendente de esta historia real es que se produjera no en la remota Edad Media, sino a mediados del siglo XIX, cuando la Iglesia gozaba todavía de unos amplios Estados Pontificios que gobernaba el papa como soberano absoluto. El rapto cuenta la historia de Edgardo Mortara, un niño judío de Bolonia que, bautizado por una criada a espaldas de sus padres, fue raptado por la autoridad pontificia y llevado al Vaticano para ser educado como católico. La lucha de la familia Mortara para rescatar a su hijo se ve reflejada en la película de Bellocchio como la lucha del pueblo italiano por unificarse y desprenderse de monarcas medievales como el papa: un momento crucial en la historia de Europa. Lo más tenebroso de este secuestro es que se realizó a plena luz del día, con amparo de la legislación vigente. El único medio de rescate legal es que los padres se convirtieran a su vez al cristianismo para así poder recuperar a su hijo. El rapto también es un retrato del fanatismo, resumido en la figura de un Pio IX que reclama tener la razón divina en sus acciones frente a viento y marea, puesto que la opinión pública internacional se hizo eco del caso y lo convirtió en uno de los grandes escándalos de aquel tiempo. En este sentido, la película de Bellocchio es un estupendo retrato del paso de la sociedad italiana del oscurantismo a la modernidad, un proceso traumático que no estuvo exento de violencia.

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