domingo, 24 de septiembre de 2023

BARBIE (2023), DE GRETA GERWIG.

El gran éxito inesperado de este año ha sido esta película basada en una popular muñeca. Con un gran diseño de producción, Barbie recrea el mundo utópico donde vive la protagonista, un lugar donde su existencia es perfecta porque todos conocen su función social y ella - la Barbie prototípica - ni siquiera tiene que trabajar, pues el fin para el que fue creado fue verse a sí misma divina todo el tiempo y asistir a fiestas todas las noches. Poco a poco iremos descubriendo que Barbieland no es un lugar tan perfecto después de todo. Los Ken, que han sido creados para ser compañeros o complementos de Barbie, no son tan felices, puesto que necesitan la atención permanente de la muñeca a la que han sido asignados para sentirse vivos y ellas no parecen estar muy por la labor. Además, ellos tienen un papel muy secundario en la sociedad, puesto que no gozan de ningún puesto importante en la misma. A raíz de tener unos repentinos pensamientos sobre la muerte y advertir unas leves imperfecciones físicas en su hasta ahora ejemplar cuerpo, la Barbie protagonista se ve obligada a emprender un viaje al mundo real en busca de la niña que está jugando con ella. Hasta aquí la película ha sido ejemplar, mostrándonos con trazos certeros unas reglas de juego que se mueven entre la saga Toy Story y El show de Truman, pero todo se va desmoronando lentamente cuando la muñeca llega al mundo real. La representación de nuestro mundo y, en concreto, de la ciudad de Los Angeles está subordinada al mensaje ideológico que pretende la película, por lo que es absolutamente tramposa. Que la protagonista, nada más llegar a una playa californiana empiece a ser acosada por todos los hombres presentes e incluso uno le llegue a pegar un cachete en el trasero no representa en absoluto la realidad actual. Tampoco la representan esos ejecutivos de Mattel, todos hombres y todos con una forma de hablar y de actuar propia de imbéciles. Si se quería representar la opresión del patriarcado, seguramente había formas mucho más realistas y efectivas de hacerlo. A partir de aquí Barbie se convierte en una obra vulgar más preocupada de lanzar su mensaje feminista - aunque al final los Ken queden de nuevo como ciudadanos de segunda - que de ofrecer una historia coherente con lo que se ha narrado al principio. En cualquier caso la película es disfrutable por el excelente trabajo de sus protagonistas, es especial de Ryan Gosling, que saca petróleo a un papel cuanto menos complicado.

P: 4

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