martes, 8 de agosto de 2023

LA SAL DE LA TIERRA (1954), DE HERBERT J. BIBERMAN.

Película realizada al margen del Hollywood de la época, por gente marcada en la lista negra del Comité de Actividades Antiamericanas, se acerca a un tema insólito para la época: la narración realista de las huelgas mineras de 1951, en la que los trabajadores mexicanos pedían algo tan sencillo como la equiparación salarial con sus homólogos estadounidenses y la mejora de unas condiciones de seguridad tan deplorables que se cobraban frecuentemente vidas de compañeros. Aquí el gran héroe no es individual, sino la masa obrera que lucha con sus medios precarios - la solidaridad entre todos será imprescindible para conservar la fuerza - contra una empresa que se niega en redondo a negociar. Además, la presencia activa de las mujeres de los trabajadores va a ser fundamental para mantener el espíritu de lucha frente a la discriminación que sufren en todos los aspectos de su existencia, en primer lugar por parte de sus maridos. La sal de la tierra está impregnada por la épica de lo cotidiano. Aquí no se busca una sociedad nueva ni una revolución, sino un poco de justicia social que acerque más a sus protagonistas al ideal de una vida digna. Como película ideológica, su mensaje es tan poderoso que fue vetada en Estados Unidos, estrenándose solo en trece salas, aunque el filme gozara posteriormente de una gran repercusión internacional y se convirtiera finalmente en un clásico incontestable del cine norteamericano.

P: 8

2 comentarios:

  1. Narra hechos y fue polémica. Eso quiere decir que hay que verla

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  2. Hay que verla, por su calidad y por ser una rara avis en el cine norteamericano de su tiempo. ¡Saludos!

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