viernes, 27 de mayo de 2022

VESTIDA PARA MATAR (1980), DE BRIAN DE PALMA.

De esta película, que vi en televisión hace ya décadas, recordaba sobre todo sus primeros veinte minutos, que siguen pareciéndome lo mejor de la misma, con esa espléndida Angie Dickinson seguida en todo momento por la ágil dirección de Palma. Es maravilloso el paseo al que lleva al espectador a través del Museo de Arte Moderno. Toda esa parte rezuma erotismo y sorpresa y el director desarrolla la historia en un ambiente casi onírico que es muy eficaz para lanzar la sorpresa que nos tiene reservada. Es una lástima que el resto de la película no mantenga ese nivel, aunque resulte muy estimable y sea un goce admirar el buen hacer de Michael Caine en un papel complicado. Vestida para matar intenta funcionar sobre todo como un homenaje a Hitchcock y sobre todo a su obra maestra Psicosis, pero queda muy alejada de la perfección de las obras que firmaba el maestro del suspense. El final es demasiado convencional y casi previsible pero lo importante es que la película se disfruta y es prototípica del estilo efectista que se empezaba a imponer a principios de los ochenta.

P: 6

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