martes, 17 de mayo de 2022

VETE DE MÍ (2006), DE VÍCTOR GARCÍA LEÓN.

Vete de mí parte de un planteamiento interesante, pues narra la llegada de un hijo que acaba de cumplir los treinta a la vida de un actor maduro divorciado. Santiago - el padre - apenas ha tratado a su hijo, hasta el punto de que no sabe a qué se ha dedicado en los últimos años. Por su parte Guillermo, el hijo, es un ser absolutamente amoral y parasitario que se mueve bajo una fachada encantadora. Guillermo dice que estudia Derecho, aunque tampoco estamos seguros de que eso sea verdad, ya que en los últimos años ha probado con mil estudios y cursos y ninguno ha terminado de seducirle, por lo que su existencia en el presente es un limbo del que solo espera poder seguir viviendo a costa de sus progenitores, ya que su gran habilidad es exhibir con cierto encanto una cara dura como el cemento. Por otro lado Santiago, ante el acontecimiento de la llegada de su vástago se mueve entre el miedo a que la situación se eternice y termine viviendo en su angosto apartamento - y eso afecte a su relación con otra actriz mucho más joven que él - y el amor que se despierta de pronto por su hijo semidesconocido. Dicho planteamiento es francamente desaprovechado porque, a partir de su segunda mitad la película se transforma en un sinsentido de broncas y borracheras, quedándose al final en tierra de nadie. Ni siquiera el recientemente fallecido Juan Diego realiza un papel memorable, porque realiza una interpretación un tanto exagerada de un personaje colérico que no es capaz de mantener una conversación racional con su hijo. En cualquier caso, la película no carece del todo de interés y se ve con simpatía, aunque con un guion más ajustado podría haberse convertido en una obra muy estimable.

P: 4

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