jueves, 14 de abril de 2022

DE AQUÍ A LA ETERNIDAD (1953), DE FRED ZINNEMANN.

Película mítica dentro de la historia del cine, no solo por su reparto, sino por el tono adulto en el que se describen las emociones de los personajes, algo insólito para la época. En De aquí a la eternidad, adaptación de una prestigiosa novela de James Jones, aparece un adulterio que es justificado a los ojos del espectador y le es mostrado con toda su fuerza erótica a través de unos espléndidos Burt Lancaster y Deborah Kerr. El Ejército tampoco es mostrado como una institución modélica, sino como un estamento social en cuyo seno se pueden da las peores injusticias, aunque su retrato como institución al final es salvado porque la mayoría de sus miembros actúan con camaradería frente al resto y además, a la hora de repeler el ataque por sorpresa japonés a Pearl Harbor todos pelean heroicamente. Para conocer retratos verdaderamente demoledores de la institución militar habría que esperar a Vietnam y a películas como La chaqueta metálica o Platoon. La obra dirigida por Zinnemann sabe moverse en los límites de la censura de la época y también - y esto es muy importante - equilibrar las apariciones y la importancia de las tramas que protagonizan el elenco de estrellas contratado para la ocasión, todas perfectas en sus papeles, incluso los más secundarios como el de un magnífico Ernest Borgnine, que borda su interpretación de un oficial sádico encargado de la prisión militar. Una película de pasiones humanas filmada con un gran sentido del espectáculo.

P: 9

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