Debido a su gran velocidad y sus pequeñas dimensiones, a Oumuamua solo se le pudo estudiar durante unos días y ni siquiera existió la posibilidad de fotografiarlo para poder contemplar su verdadera forma que seguramente es alargada o con apariencia de disco. Lo que si es cierto es que debido a su extraña órbita, que no se adecuó a la previsible atracción solar, a su forma y a su reflectancia, podemos calificarlo como el objeto más insólito al que se han enfrentado hasta ahora los astrónomos, puesto que su comportamiento no se parece a nada conocido. Su descubrimiento fue una mera casualidad, lo que puede hacer pensar que quizá hemos tenido visitantes parecidos con cierta regularidad, pero no hemos sido capaces de detectarlos.
Loeb propone inversiones en la búsqueda de vida inteligente en el espacio que no se limiten a la detección de señales electromagnéticas, sino también a una observación más exhaustiva y directa del espacio dirigida a encontrar indicios de otras civilizaciones. Aunque en cierto modo sería como buscar una aguja en un pajar, el descubrimiento de cualquier objeto artificial no proveniente de nuestro planeta sería tan revolucionario que supondría un salto para nuestra especie no solo en ciencia, sino también en otras ramas como filosofía, política o ética. Según el autor, Oumuamua podría ser una especie de vela solar, un artefacto no tripulado destinado a investigar el espacio. También podría tratarse de chatarra alienígena, algún componente abandonado que ha seguido flotando por el espacio. Sea lo que sea, para Loeb merece la pena estar mejor preparados para la próxima vez que aparezca en nuestro horizonte un objeto semejante para poder estudiarlo con más profundidad y sacar conclusiones más sólidas. El universo es tan vasto y sabemos tan poco de él que una mirada más ambiciosa y libre de prejuicios al mismo podría traernos sorpresas insospechadas:
"El mayor beneficio de un encuentro con seres superiores sería la oportunidad de hacerles esa pregunta clave que nos ha preocupado durante siglos: ¿cuál es el sentido de la vida? Espero vivir lo suficiente para poder oír su respuesta, lograda tras adquirir conocimiento científico a lo largo de muchos milenios. No obstante, también me temo que nuestra arrogancia entorpecerá el ritmo al que la humanidad avanza hacia la respuesta, dado que muchas veces nos ha llevado a aferrarnos a nuestro grano de arena, en vez de mirar a la vastedad de las estrellas."
Qué buena pinta, que encanto de reseña, te invita.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por compartir