A veces los movimientos sociales de éxito se extreman. Al protagonista de esta novela, un hombre muy de nuestro tiempo, se le ocurre que para hacer avanzar al movimento feminista hasta su siguiente paso lógico, la hegemonía total en la política, la estrategia pacífica no funciona. Por tanto, lo que debería funcionar es el enfrentamiento, el cuanto peor mejor. Desatar los peores demonios del machismo y del feminismo hasta llegar a la disputa violenta en las calles, hasta el estado de excepción si hiciera falta. Las redes sociales son el perfecto caldo de cultivo para calentar la situación hasta ese extremo (en esto la novela exagera, la expresión "arden las redes" suele ser efectiva solo para el mundo digital y no suele contagiar mucho de su ardor al mundo analógico).
Al final el protagonista se convierte en un ser casi esquizofrénico, alguien que debe ir cambiando radicalmente de pensamiento a cada paso para que su mascarada no sea descubierta, para que nadie sepa que ha organizado de forma anónima una de las mayores revoluciones de la historia. Y en la descripción de este procedimiento es donde se desarrolla el punto fuerte de la narración: su conseguida vena cómica, que está bien secundada por una acertada agilidad en la escritura.
Cuando cierra este libro, es el propio lector el que debe sacar sus propias conclusiones: ¿Repila nos está advirtiendo de algo? ¿la novela es un mero divertimento, un esperpento que lleva hasta sus últimas consecuencias el espíritu de nuestro tiempo o hay algo más? Lo mejor es considerarla una curiosa pieza del género distópico, una especie de Cuento de la criada, pero al revés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario