sábado, 19 de marzo de 2016

CUENTOS DE FANTASMAS (1904-1925), DE MONTAGUE RHODES JAMES. CORAZONES PERDIDOS.

Leyendo a grandes rasgos la biografía de M.R. James, nada llevaría a pensar que el escritor británico se convertiría en uno de los grandes clásicos del difícil género del relato sobrenatural. Se puede decir que su entera existencia estuvo consagrada a la erudicción histórica, a la investigación del medievo y de la Biblia, dos de sus grandes pasiones. Y como buen estudioso del pasado, era muy aficionado a dejarse caer por bibliotecas y librerías de viejo en busca de volúmenes raros, algo que se refleja en casi todos sus cuentos en los que, a la manera de Borges, se citan libros antiguos y extraños para potenciar la atmósfera de misterio del relato.  Todo esto se refleja, por ejemplo, en el comienzo del relato Límites de propiedad:

"Los que pasan la mayor parte de su tiempo leyendo o escribiendo están, por supuesto, en situación de tomar nota especial de las acumulaciones de libros cuando se encuentran con ellas. No pasarán junto a un estante, una tienda, o incluso el anaquel de un dormitorio, sin leer algún título y, si se hallan en una biblioteca desconocida, ningún huésped debe inquietarse por entretenerles. El ordenar los tomos que no lo están, o acomodar como corresponde los que, al quitar el polvo, la criada ha dejado en una situación caótica, les atrae como si se tratara de hacer una obra menor de caridad."

A diferencia de otro de los grandes del género de terror de comienzos del siglo XX, Lovecraft, a James no le interesan las amenazas de monstruos milenarios que se despiertan para acabar con toda la humanidad. Él prefiere situaciones mucho más sutiles, más ambiguas, que siembren duda en el lector acerca de si los hechos que se están narrando podrían tener una explicación racional, aunque según sus propias palabras, "ese resquicio debe ser tan estrecho que apenas sea practicable":

"Le pregunté si le parecía haber visto, alguna vez, algo que explicara los sonidos que había oído. La mujer me respondió que no más de una vez, durante la más negra de las noches en que hubo de atravesar el Bosque; en tal ocasión, se obligó a mirar hacia atrás, ya que de los arbustos surgía un ruido de roces y pensó que veía a alguien, cubierto de andrajos, con los brazos tendidos hacia adelante, acercándose a toda prisa, y al verlo se echó a correr a lo largo de la valla, y la ropa se le hizo hilas al pasar por encima de ella."

Casi todos sus relatos se localizan en entornos rurales, en los que la leyenda se confunde con la realidad y son pocos los testigos de los hechos que hablan abiertamente de los mismos. Bebiendo de las fuentes del folklore y las creencias supersticiosas que se mantienen en muchos pueblos, James sabe como mantener el suspense en unos relatos que se van construyendo poco a poco por indicios, por relatos secundarios, hasta que se produce la aparición del ente sobrenatural. Los fantasmas, si es que son reales dentro de la lógica del relato, suelen ser espectros del pasado, muertos sin descanso que protagonizaron un hecho traumático en su momento, circunstancias que han sido previamente investigadas por el protagonista. Otros cuentos, como La fuente de los lamentos, tienen un planteamiento más brutal y cruel. En este caso lo sobrenatural es representante de una maldad primordial que lleva a la perdición a quien se atreve a enfrentarse cara a cara con ella. 

Cuentos de fantasmas es una lectura deliciosa, sobre todo cuando el autor establece un diálogo morboso con el lector para hacerle partícipe de los hechos más extraños. Cualquier aficionado a escribir cuentos puede acercarse a James para estudiar los mecanismos de composición de un relato de suspense.

2 comentarios:

  1. Nunca había oído hablar de este autor. Gracias por la sugerencia.

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  2. A ver qué te parecen cuando les eches un vistazo.

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