Las fronteras entre escritores profesionales y aficionados son cada vez más difusas. Internet y los nuevos métodos de difusión de la escritura van dejando obsoletas las formas tradicionales de edición. Los libros autoeditados son cada vez más frecuentes, aunque hay que reconocer que raramente funcionan más allá de un círculo más o menos reducido. El poder de las grandes editoriales sigue siendo omnímodo, pero poco a poco se van abriendo brechas en el mismo. Digo esto porque me ha sorprendido muy gratamente leer un libro escrito por autores que no se dedican a esto profesionalmente, pero de gran calidad literaria y primorosamente editado. Y nada de esto ha sucedido por casualidad.
Los integrantes de Punto y seguido escritores se conocieron a raíz de su paso por un taller de escritura. Se ve que les enganchó la magia de crear historias y decidieron seguir reuniéndose todas las semanas para seguir compartiéndolas. El proyecto dio sus frutos con "Album de familia", un libro colectivo que editaron hace un par de años. Era un volumen pequeño, pero que contenía enormes ilusiones que se han visto colmadas con la publicación de este "Cuando viviamos aquí". Estuve en su presentación, como no podía ser de otra manera, y puedo dar fe de que en el salón de actos del Ateneo no cabía ni un alfiler.
Los relatos han colmado mis expectativas como lector. No son cuentos escritos por principiantes, sino por autores que han pulido su estilo, cada uno con una forma muy personal de entender la literatura. Mención especial me merecen los de Loli Pérez, que tantas ganas tenía de leer, que aporta una visión agridulce de la existencia, retratando desde lo esperpéntico (Noranoranora123), que parte de las nuevas formas de comunicación para mostrarnos el vacío en la vida de su protagonista hasta lo cruel y erótico en "Alcoba con vistas al jardín" una narración valiente y desconcertante.
Hay otros muchos cuentos en esta antología que tiene la virtud de la regularidad. "Camino bravo", de Isabel Merino González exhibe un dominio perfecto de los giros en una trama muy sorpresiva para el lector. Otros, como "Crónicas de desajustes", de Miguel Núñez Ballesteros inciden en los absurdos de la vida contemporánea, sobre todo en estos tiempos de crisis. "Se acabó el aire", de Pedro Rojano es un buen retrato psicológico, con tintes de novela negra. Sería imposible hablar de todos ellos, pero sí puedo mandar desde aquí mi más sincera felicitación por un trabajo bien hecho. Ahora toca la aventura de los libros individuales.
Si a alguien le interesa comprar un ejemplar, (si es que no se han agotado ya) puede ponerse en contacto con ellos en esta dirección:
puntoyseguido_escritores@hotmail.com
Miguel, es un honor para Punto y Seguido estar en esta reseña del Hogar de las Palabras.
ResponderEliminarAbrazos
L;)
El honor es mío, que sois lo que me habéis hecho disfrutar.
ResponderEliminarAbrazos a todos.
Miguel, muchísimas gracias por esta entrada en tu blog, por venir a la presentación, por leer nuestro libro, y por la delicadeza con que tratas a nuestros cuentos a sus autores.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel Merino
(puntoyseguido)
Mil gracias Miguel por comentar nuestro libro, por haber estado junto a nosotros el día de la presentación y por haberlo leído.
ResponderEliminarUn saludo,
Andrea
Geniales vuestros cuentos, Andrea e Isabel. He disfrutado mucho.
ResponderEliminarAbrazos.
"Alcoba con vistas al jardín" podría ser la base para desarrollar un buen guión cinematográfico si Loli se atreviera, es verdad que resulta desconcertante pero eso es precisamente lo que me gusta de ese relato.
ResponderEliminarTienes mucha razón, Pepe, habrá que lanzarle el guante a Loli, a ver si se atreve con una adaptación al cine. Quedaría muy bien.
ResponderEliminarSaludos.