Curiosa manera de comenzar a leer a John Fante, con una novela muy amable, y muy alejada de sus relatos de supervivencia durante la Gran Depresión. Es un interesante retrato del ambiente de los Estados Unidos de los años cincuenta (que tan bien refleja la magistral "Mad men" que estoy visionando estos días), de lectura agradable. He debatido alguna vez con los amigos acerca de si la mejor literatura es la que cuenta hechos dramáticos. Yo creo que sí, porque la vida es realmente una gran tragedia (y una gran comedia a la vez, lo cual viene a ser lo mismo) y los seres humanos se ven más profundamente retratados ante las dificultades. En todo caso, siempre es bueno descansar y leer algo más amable. Aquí el enlace:
Los años cincuenta y sesenta representaron para Estados Unidos la culminación del ideal del "American way of life". La sociedad de consumo se desarrolló enormemente, llegándose a cifras cercanas al pleno empleo. Fue la época dorada de la publicidad, tal y como se refleja en la serie "Mad men". Una sociedad que todavía conservaba la inocencia y que comenzaba a olvidar la Gran Depresión del 29 y los horrores de la Segunda Guerra Mundial, era una víctima propiciatoria de los reclamos publicitarios con los que continuamente era bombardeada.
La obra de John Fante ha sido dada a conocer en España gracias a la editorial Anagrama, que publica también a Charles Bukowski,
que decía que su principal fuente de inspiración había sido Fante, como
auténtico creador de la corriente del "realismo sucio", es decir, la
escritura que se caracteriza por la sencillez y la precisión.
Lo más popular de Fante es el ciclo protagonizado por su alter ego Arturo Bandini, que sobrevive en los años de la Gran Depresión. "Llenos de vida" es una obra mucho más amable, pero aun así contiene una referencia a esos días oscuros:
"No hacía muchos años había vagabundeado por aquellas calles, solo y sin un centavo. Dormía en la Sushine Mission y fumaba las colillas que encontraba en los ceniceros de arena que hay en la puerta de los ascensores. Fue una época en la que no tenía ni calcetines. (...) Me alegraba de estar lejos de los hoteles baratos de Temple Street, del café de dos centavos, de asearme en lavabos públicos, con agua fría y hojas de afeitar viejas. Había habido días , mientras circulaba por aquellas calles, en que un solo dolar en el bolsillo significaba aflojar temporalmente el ansia de vivir, relajar el paso, tomárselo con calma durante veinticuatro horas.
(...)Al otro lado de Pershing Square estaba el cine abierto toda la noche donde, por los diez centavos de la entrada, dormía hasta las cinco. A esa hora nos echaban a puntapiés."
¿Son mejores las novelas trágicas que las de tono más ligero? Para un novelista, así como para cualquier cineasta, siempre resulta más sencillo hacer llorar o pasar miedo al espectador que lograr su sonrisa. "Llenos de vida" cuenta una historia familiar. Su asunto principal es la relación entre un padre y un hijo. El hijo ha dejado atrás los recuerdos de los malos tiempos. Está prosperando y quiere vivir sin complejos el sueño americano. El padre es un inmigrante de primera generación, un personaje a la vez tierno y severo, cuya mayor especialidad es hacerse continuamente la víctima. Recuerda su infancia en Italia, la lucha diaria por la supervivencia e intenta inculcar en su hijo la idea de que desperdiciar un solo centavo es un pecado.
En medio de todo esto, el embarazo de la esposa del protagonista cuyo caracter deriva en un raro misticismo que le hace querer convertirse al Cristianismo, lo cual deriva en algunas escenas propias del cine de Woody Allen: profundidad de temas, tono ligero y protagonista un tanto neurótico. En realidad John Fante parece enseñarse a veces con su alter ego, pero termina tomándole cariño. Quizá porque casualmente se llama igual que él. El lector que esté acostumbrado a leer episodios más dramáticos se sentirá reconfortado. Sabrá que no se encuentra ante una obra maestra, pero sí ante una novela bien escrita y sin excesivas pretensiones. La cara afable de la vida.
Lo más popular de Fante es el ciclo protagonizado por su alter ego Arturo Bandini, que sobrevive en los años de la Gran Depresión. "Llenos de vida" es una obra mucho más amable, pero aun así contiene una referencia a esos días oscuros:
"No hacía muchos años había vagabundeado por aquellas calles, solo y sin un centavo. Dormía en la Sushine Mission y fumaba las colillas que encontraba en los ceniceros de arena que hay en la puerta de los ascensores. Fue una época en la que no tenía ni calcetines. (...) Me alegraba de estar lejos de los hoteles baratos de Temple Street, del café de dos centavos, de asearme en lavabos públicos, con agua fría y hojas de afeitar viejas. Había habido días , mientras circulaba por aquellas calles, en que un solo dolar en el bolsillo significaba aflojar temporalmente el ansia de vivir, relajar el paso, tomárselo con calma durante veinticuatro horas.
(...)Al otro lado de Pershing Square estaba el cine abierto toda la noche donde, por los diez centavos de la entrada, dormía hasta las cinco. A esa hora nos echaban a puntapiés."
¿Son mejores las novelas trágicas que las de tono más ligero? Para un novelista, así como para cualquier cineasta, siempre resulta más sencillo hacer llorar o pasar miedo al espectador que lograr su sonrisa. "Llenos de vida" cuenta una historia familiar. Su asunto principal es la relación entre un padre y un hijo. El hijo ha dejado atrás los recuerdos de los malos tiempos. Está prosperando y quiere vivir sin complejos el sueño americano. El padre es un inmigrante de primera generación, un personaje a la vez tierno y severo, cuya mayor especialidad es hacerse continuamente la víctima. Recuerda su infancia en Italia, la lucha diaria por la supervivencia e intenta inculcar en su hijo la idea de que desperdiciar un solo centavo es un pecado.
En medio de todo esto, el embarazo de la esposa del protagonista cuyo caracter deriva en un raro misticismo que le hace querer convertirse al Cristianismo, lo cual deriva en algunas escenas propias del cine de Woody Allen: profundidad de temas, tono ligero y protagonista un tanto neurótico. En realidad John Fante parece enseñarse a veces con su alter ego, pero termina tomándole cariño. Quizá porque casualmente se llama igual que él. El lector que esté acostumbrado a leer episodios más dramáticos se sentirá reconfortado. Sabrá que no se encuentra ante una obra maestra, pero sí ante una novela bien escrita y sin excesivas pretensiones. La cara afable de la vida.
Acabo de leer este libro, supongo que nunca es tarde para redescubrir a un buen escritor...
ResponderEliminarRealismo sucio americano, en mi opinión mejor que Bukowsky o Burroughs, más sutil, más auténtico... Saludos.
trentavuit.blogspot.com
Saludos también a ti, amigo.Buen blog.
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