miércoles, 22 de julio de 2009
HAMBRE (1890), DE KNUT HAMSUN. UN ARTISTA DEL HAMBRE.
Todo un descubrimiento ha supuesto la lectura de este libro de Knut Hamsun. Yo nunca lo había escuchado, pero voy tomando conciencia de que se trata de un autor de culto. Uno de esos ganadores del Nobel semiolvidado para muchos, pero que creo que conviene recuperar. Al menos esta gran novela.
El protagonista, un ser sin nombre y sin apenas pasado que el lector conozca, vaga por las calles de Cristianía. Se trata de un ser humano despojado de algunos de los elementos que le pueden identificar como tal: no está capacitado para la más elemental supervivencia y padece un hambre atroz durante toda la novela. En la lucha darwiniana por la vida, él es el ser más bajo en el escalafón, condenado a extinguirse por su falta de adaptación al medio. Ni siquiera sirve para pedir limosna. Aún cuando tiene oportunidad de solicitar ayuda suele desperdiciarla, por vergüenza de sí mismo y por no importunar al prójimo. Poco a poco la locura se va adueñando de sus actos y se conduce impulsivamente, de un modo totalmente absurdo, desperdiciando el poco dinero que a veces cae en sus manos. Luego se arrepiente y pasa jornadas de verdadero tormento interior. Escribe compulsivamente acerca de los más diversos temas y trata de vender dichos textos a los periódicos. A veces tiene éxito y disfruta de un breve periodo de redención. Pero pronto vuelve a caer en la espiral autodestructiva... En realidad hay momentos en los que siente verdadero asco de sí mismo y vocifera mentalmente contra Dios, al que estima responsable de su miserable destino...
Uno de los grandes temas de la novela es la soledad del individuo entre una gran multitud. El protagonista es incapaz de establecer relaciones sociales que le ayuden a superar su desgracia. Más bien parece complacerse en ella en ocasiones, pues estar consigo mismo le satisface sobremanera. A destacar sus pensamientos siempre oscilantes entre el optimismo y el pesimismo. Dadas sus circunstancias, este último suele ganar fácilmente la partida.
"Hambre" es una novela a caballo entre el naturalismo del siglo XIX y la novela más experimental, más volcada hacia el interior del ser humano del siglo XX. Hamsun consigue un perfecto equilibrio entre las dos tendencias, tomando lo mejor de cada una de ellas e inaugurando en cierto modo la novela moderna. Insisto: el monólogo interior del protagonista, aún con sus palabras alucinadas, resulta la parte más fundamental de la narración.
Seguramente sentiré la necesidad de releerlo más adelante. Absolutamente recomendable.
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Hola Miguel, he llegado a tu blog a partir del comentario que has dejado en el artículo 'La conspiración fascina', publicado en El País. Coincido contigo, jajaja. Me ha gustado tu blog, aunque aún no lo he leído en su totalidad, ya lo iré haciendo con tiempo. Un saludo.
ResponderEliminarUn saludo también para tí, pensador difuso. Le he echado un vistazo a tu blog y parece buen material. Lo iré leyendo poco a poco también.
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