miércoles, 22 de julio de 2009

ARRUGAS (2007), DE PACO ROCA. LOS ABISMOS DE LA MEMORIA.


El premio nacional del cómic del pasado año merece realmente una lectura sosegada. El protagonista es un señor mayor que tiene alzheimer. Dicho así puede parecer un tema desagradable, sobre todo para este medio de expresión, pero el humanismo con el que Paco Roca impregna la historia atenua bastante su dureza.

Emilio es internado en un asilo por su familia. Allí conocerá el submundo de los apartados de la sociedad, de los que se encuentran en la antesala de la muerte dejando pasar el tiempo lo mejor posible. Su primer contacto con su nueva residencia es deprimente: las habitaciones se encuentran repletas de ancianos dormidos en el sofá con la televisión encendida, pero lo verdaderamente duro vendrá cuando tome verdadera conciencia de la naturaleza de su enfermedad, un mal que afecta sobre todo a los recuerdos más inmediatos, dejando casi intacta la memoria más remota. Emilio intenta disimular su enfermedad, llevar una vida lo más normal posible. Pero poco a poco sus actos y sus escandalosos olvidos le van delatando. Su mayor temor, ser transferido al piso de arriba, donde vegetan los ancianos que no pueden valerse por sí mismos va poco a poco tomando forma... Y es que los círculos del infierno son infinitos. Cuando creemos estar pasando un mal momento, siempre es posible caer en una situación aún peor...

Siendo un poco más positivos, el autor nos deja bien claro que estos enfermos nunca dejan de ser seres humanos. Aunque el momento actual les deje desorientados, se sostienen a base de recuerdos. Realmente es imposible saber el grado de consciencia en las etapas más agudas de la enfermedad, ni me gustaría saberlo. Son infiernos privados imposibles de compartir, imposibles de aliviar. Una enfermedad cruel e incurable que afecta a lo que hace único a cada persona: su identidad.

Felicitar a Paco Roca por haber descrito tan bien la batalla de un hombre contra su inevitable destino.

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