domingo, 21 de diciembre de 2025

UN PÁJARO AZUL (2023), DE ARIEL ROTTER.

Un pájaro azul comienza con una escena muy interesante. Aunque veamos a una pareja desnuda en la intimidad de su dormitorio, no se trata de una escena erótica, sino de la convivencia cotidiana de un hombre y una mujer que son razonablemente felices, aunque una pequeña sombra enturbie su relación: la imposibilidad de ella de quedarse embarazada, a pesar de los reiterados intentos. Todo saltará por los aires cuando se descubra una infidelidad de Javier. Se acostó una sola noche con una compañera de trabajo cuando ambos asistían a un congreso y la dejó embarazada. Este hecho, que él considera una falta puntual y ella una infidelidad completa, hará saltar por los aires a la pareja. Javier será expulsado del domicilio común y comenzará una travesía en el desierto plena de sufrimiento y arrepentimiento, puesto que una tentación banal a la que quizá cedió por reforzar su ego masculino ha destrozado su existencia. El embarazo de la amante duele más a Valeria al contrapenerlo a su imposibilidad de haberlo conseguido durante tantos años. Simbólicamente es como si Javier hubiera amado mejor a esa desconocida que a ella misma. Aunque faltaría un poco más de desarrollo de personajes, Un pájaro azul es una interesante propuesta que aborda un conflicto de pareja desde una perspectiva sosegada y muy psicológica, adoptando casi en todo momento el punto de vista del protagonista, del que el espectador se hace cómplice y desea que se le perdone, pues su sufrimiento nos está diciendo (cada cual puede opinar éticamente lo que considere oportuno) que su castigo es excesivo frente a la falta cometida. Quizá todo esto sirva para reforzar la relación de la pareja o quizá sea una herida incurable durante toda la vida de la misma. Es el espectador el que debe decidir finalmente.

P: 6

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