Que un inmundo instrumento de tortura como el vergajo, sea uno de los grandes protagonistas de Antonio B. el Ruso, ciudadano de tercera, dice mucho de lo que significaba nacer pobre en la España profunda de la posguerra. La Baña es uno de esos territorios olvidados que tan bien retrató Luis Buñuel en Las Hurdes, tierra sin pan. Sus habitantes son seres primitivos. Los que pueden comer a diario al menos tienen la posibilidad de sofocar sus instintos. Antonio no es de esos. Si a esto se une su carácter rebelde y libre, su vida va a convertirse en un auténtico infierno de represión. Aquí el artículo:
http://asociacioncristobalcuevas.blogspot.com.es/2014/12/antonio-b-el-ruso-ciudadano-de-tercera.html
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