jueves, 18 de agosto de 2011

EL ABRAZO PARTIDO (2003), DE DANIEL BURMAN. LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD

Por cuantos avatares ha transcurrido la historia reciente de Argentina... Ariel, tan joven, ya se siente una de sus víctimas. Siente que la única solución para progresar es la emigración a Europa y la única manera de conseguirlo es haciendo uso de los orígenes familiares polacos que le otorgarían el ansiado pasaporte.

Su familia es judía y sus abuelos huyeron de Polonia para librarse del holocausto. De hecho su abuela está convencida de que en Europa siguen queriendo matarlos, por lo que solo en Buenos Aires se siente segura. Todas esas historias le quedan muy lejanas a un Ariel que prefiere mirar hacia el futuro, aunque este también tenga tintes grises y no tenga muy claro la orientación que pretende darle a su vida.

"El abrazo partido" es una película pequeña y sin grandes pretensiones y por ello resulta amable para el espectador. Me gusta mucho la presentación del submundo que componen los ocupantes de una pequeña galería comercial porteña. Da la impresión de que podría realizarse una novela con la historia de cada uno de sus habitantes, cuyas existencias transcurren paralelas y a veces se cruzan (con consecuencias insospechadas para la vida de Ariel) a través de los años. Lo cierto es que la mayoría de los comercios son absolutamente decadentes y anticuados, pero eso no les resta ni un ápice de encanto. De hecho, y muchos de ustedes compartirán mi opinión, los centros urbanos de las ciudades se han vuelto clónicos a raíz de la implantación de franquicias comerciales, siempre las mismas, en todas las ciudades civilizadas del mundo. Cuando uno encuentra un comercio original e independiente, parece haber encontrado un oasis en el desierto.

El gran tema de la película, que la hace oscilar entre la comedia y la tragedia, es la relación con el padre ausente, aquel ser misterioso que le dio la vida a Ariel para hacer enseguida mutis por el foro. Su regreso va a ser toda una prueba para el pobre protagonista, que oscila entre la atracción y la huida de ese ser tan misterioso y a la vez tan cercano. Una película que, sin pretender ser una obra maestra, constituye una lección de como hacer buen cine con pocos medios.

2 comentarios:

  1. Miguel, parece un film interesante, estoy de acuerdo en lo que dices de las franquicias que nos invaden, pero supongo que es cosa de la globalización.
    El otro día vi en el Albeniz una película Búlgara, "El mundo es grande y la felicidad está en cualquier esquina" Me gustó bastante, era en VOS.

    b7s
    L;)

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  2. He escuchado hablar de ella, Loli, a ver si me da tiempo a verla... El problema para mí en el Albéniz es que sufro mucho con esas filas de butacas tan apretadas, jejeje...

    Saludos.

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