domingo, 12 de diciembre de 2010

EL DESPRESTIGIO DE LA DEMOCRACIA.


Este es el siglo de China, oimos decir insistentemente. El gigante asiático ha despertado y su voracidad parece no tener límites. Sin una opinión pública libre, sin oposición política y con un apetito capitalista desaforado, los tentáculos económicos chinos se mueven por todo el mundo firmando negocios sin tener en cuenta principio ético alguno. Es el sueño hecho realidad para muchas empresas: un mercado de mil millones de personas ansiosas de consumir y mejorar su nivel de vida, que trabajan por sueldos irrisorios.

El mejor ejemplo de todo esto es Foxconn, una empresa que pronto va a sobrepasar la barrera del millón de trabajadores en nómina, famosa por el alto número de suicidios entre sus empleados, que trabajan a destajo para que en occidente podamos disfrutar de las ventajas de la novedosa tableta de Apple, cobrando algo más de cien euros al mes. Es lógico que los chinos aspiren a mejorar, que sean ambiciosos. La pena es que tengan que hacerlo en condiciones laborales propias de las novelas de Charles Dickens. Lo malo es que esta imbatible competencia nos acaba afectando. Algún día, los trabajadores chinos organizarán sindicatos independientes y reclamarán mejoras laborales. Mientras tanto, es a los trabajadores occidentales a los que se obliga a flexibilizar sus condiciones de trabajo en nombre de la competitividad.

¿Es el sistema político chino el sistema del futuro? Las democracias caen cada vez en un mayor desprestigio, roidas por las luchas internas entre partidos políticos, que deben planificar sus políticas, no pensando en una estrategia como país a largo plazo, sino intentando contentar lo más inmediatamente posible a los votantes, a través de la promoción de líderes populistas. Esto da pie a políticas erradas que dan lugar a enormes déficits, que al final deben pagar los trabajadores. En estas estamos, mientras las llamadas "economías emergentes" (muchas de ellas de países democráticos) se llevan el gato al agua.

Las mismos gobiernos democratas son aplaudidos cuando imponen (cada vez con más frecuencia) soluciones duras a los conflictos. En España lo hemos visto con el tema de los controladores aéreos. Aunque en esta ocasión la solución haya sido acertada, por ser prácticamente la única posible, el gobierno debería evitar la tentación de gobernar a partir de ahora a golpe de decreto. En la última reunión del Ecofín, la ministra Salgado ha sido felicitada por sus colegas, que se han mostrado impresionados por las medidas económicas impuestas en España para superar la crisis. Todas son medidas impuestas desde el ejecutivo con escaso consenso social.

¿Son más efectivas las dictaduras que las democracias? A principios de los años noventa la respuesta a esta cuestión no admitía dudas. La caída del muro de Berlín hizo que la democracia se prestigiara de una manera inédita hasta entonces. Hoy día ese entusiasmo está en franco decrecimiento. El prestigio de la política se encuentra en sus niveles más bajos y los ciudadanos los aprecian más como causantes que como solución a sus problemas cotidianos. La continua campaña electoral transmite mensajes vacíos y reiterativos que solo calan en los ya convencidos. La abstención en las próximas elecciones será un buen barómetro para medir el auténtico descontento social. Además, en las revelaciones de Wikileaks se prueba el doble rasero que siempre habiamos sospechado que existe en las relaciones internacionales de Estados Unidos.

En el caso español, el principal problema está en la educación, un factor imprescindible para el progreso que se ha ido deteriorando con el paso de los años, por lo que una buena parte de las ciudadanos son altamente manipulables y no les interesa demasiado informarse de lo que sucede a su alrededor, algo que siempre han buscado las dictaduras para perpetuarse en el poder. ¿Quiere esto decir que exista el peligro de volver a la dictadura? Ni mucho menos, pero sí que la democracia vaya perdiendo sentido paulatinamente, al ir restando cada vez más derechos al ciudadano de a pie y que este cada día se muestre más distante con la política, como si de una fatalidad inevitable se tratara.

En cualquier caso, nunca se sabe como evolucionarán los acontecimientos. Aunque no es probable, no sería inverosímil que en los próximos años se fraguara una revolución democrática en una China que hoy por hoy se dedica a vetar a su Premio Nobel de la Paz. La prosperidad económica acaba siempre llevando aparejada ansias de libertad a sus beneficiarios. Además, la economía es una ciencia tan impredecible que es capaz de hacer ganadores a los perdedores de hoy y viceversa. Lo importante es que, ya que estamos perdiendo nuestro bienestar económico, no acabemos perdiendo también nuestras libertades. Ese sí que sería un camino sin vuelta atrás.

7 comentarios:

  1. En todo de acuerdo menos en que le llames a la economía "ciencia impredecible". Ese oxímoron es para echarse a temblar y más refiriéndose a la República Comunista China.

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  2. Tienes razón, tendría que quitarle la denominación de ciencia al fenómeno económico.

    Un abrazo.

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  3. No cabe duda de que China es la gran amenaza del siglo XXI. Durante todo el siglo XX la "utopía" de la tecnocracia fue frenada por otro tipo de formas políticas, fuesen autoritarismos exaltados, con ideologías nacionalistas o fieles a tradiciones reaccionarias, o fuesen diversas formas de socialismo, pero ahora nos enfrentamos a lo que tarde o temprano tenía que aparecer: el abandono de la persona a un sistema económico que se basta a sí mismo.

    El caso de China tiene precedentes. Corea del Sur vivió su desarrollo económico a partir de dictaduras militares y sólo recientemente se convirtió en democracia, por no hablar del caso chileno e incluso los buenos tiempos del Desarrollo franquista. Pero en estos casos se trataba de estados pequeños que habían de someterse políticamente a la corriente democrática preponderante en su entorno. Con China, las tornas han cambiado. La dictadura tecnocrática ahora no sólo no es influida por el entorno, sino que es ella la que permite el mantenimiento de otras dictaduras, como Myanmar y Corea del Norte. Para que la dictadura china sobreviva, necesitará crear su zona de influencia, extender su modelo a otras naciones. Con su poder económico y militar estarán en condiciones de hacerlo.

    Mucha gente sencilla dirá: "necesitamos un gobierno como el chino, que impulsa el crecimiento económico". Como bien opináis, el desarrollo económico es impredecible, incluso cifras de crecimiento industrial pueden producirse al mismo tiempo que crisis financieras, como está pasando ahora. Por otra parte, dentro del éxito económico se incluyen numerosos factores de engaño, como la publicidad, la propaganda, la generación de falsos estados de confianza. En un sistema dictatorial, las crisis económicas se pueden ocultar y cuando se hacen visibles, la ciudadanía no tiene medios para hacer nada por sí mismo.

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  4. Toda una lección de historia y economía, Francisco. Realmente es cierto que las abultadas cifras de crecimiento actuales de la economía china no garantizan ni mucho menos el bienestar de sus ciudadanos, y que el futuro es impredecible.

    Saludos.

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  5. Ni que decir que China es un gigante. Pero,quienes lo ayudaron a crecer y fortalecerse el último decenio? La codicia de Occidente.¿Cuántas fábricas se cerraron y trasladaron su producción a China?No pensaron que mientras desmantelaban fábricas dejaban sin futuro a millones de europeos y americanos por ende colapsaban sus propias economías.Han gestado un dragón que se devora a si mismo.Lo de Wikileaks tiene varias lecturas.La principal de ellas tiene que ver con dos facciones que dentro de un sistema se estan tirando los muertos y la derrota militar.Pareciera una operación destinada a desenmascarar los tejemanejes de la diplomacia que no es tal, sino pinzas y tenazas de fuerza contra el resto del Mundo.

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  6. Mucha razón tienes, Beatriz. Occidente ha estado alimentando a un monstruo que se revuelve ahora contra él. A ver si somos capaces de competir, nosotros, los adalides del libre mercado.

    Cordiales saludos.

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  7. Así han evolucionado los imperios. Recordemos que para que viniera el siglo de la dominación inglesa, primero sus trabajadores fueron explotados y Dickens se inspiro para escribir sus novelas.Ahora China va por un camino parecido.
    Sobre si la democracia o dictadura es mejor, hay varios ejemplos clásicos. La democracia ateniense era mas odiada por sus vecinos que la dictadura espartana, por su tendencia imperialista y de doble moral.
    La república romana no pudo subsistir pues a sus políticos les importaba un comino el pueblo y los lideres populares como Cesar lo trataban mejor.
    Ahora mismo la democracia de EUA es odiada por su carácter imperialista y por que es una fachada para mantener a una poderosa oligarquía.
    Lo mismo en México, no hay democracia.
    Ejemplo sobran, pues ¿cual sistema es mejor?. En teoría ninguno, una democracia no funciona por que el pueblo es tonto, una dictadura no funciona por que el poder corrompe y unos pocos pueden oprimir a muchos.
    ¿Quien debe pues gobernar?
    A todo esto respondería Deng Xiao Ping que el que lo haga mejor "por que no importa de que color sea el gato lo importante es que case ratones".

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